Junto a la blogosfera, la teleofimática y el e-mail, aparece también el libro electrónico como forma particular y genuina de la posmodernidad para crear y difundir contenidos, concretamente en el área literaria y editorial. Representan, en este sentido, un formato eficiente para el consumo bajo demanda.
Los contenidos editoriales, y de hecho también las autopublicaciones independientes, logran con los e-books una capacidad ilimitada en tiempo y espacio para ser accesibles al público. Suponen, además y como no podía ser de otra manera, en comparación a los tradicionales libros impresos, y por lo tanto analógicos, una forma mucho más interactiva para el usuario.
¿Son, sin embargo, los e-books un formato propiamente web? No exactamente; aunque puede por lo menos considerarse que de algún modo se aproximan mucho o bastante a serlo. En cuestión de formatos y entornos propiamente web, lo que más se les parecería serían o bien weblogs literarios que formalmente imiten bastante un típico libro impreso, o bien el procesador de texto como recurso teleofimático.
OscarWeblogs
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