Muchos blogs, en particular los que sean proyectos en sí mismos y tengan la finalidad de llegar a generar beneficios económicos, no es extraño que se encuentren con que los ciclos iniciales de su trayectoria estén faltos de producir resultados lucrativos, por lo menos remarcables o inmediatos. Que un blog funcione desde un principio en tanto que complemento de un negocio ya en marcha, o bien, que un blog en tanto que proyecto en sí mismo e inicial busque ser complemento de un negocio, facilitará que tal blog sea fuente de ingresos. Asimismo pudiera darse el caso de que sea un negocio el que busque anexarse un blog que esté en funcionamiento.
Aunque los blogs puedan llegar a constituir en tiempos bastante próximos unas vías muy generalizadas de obtención de beneficios económicos, y no sólo puntuales sino hasta el nivel de tratarse de auténticas rentas, hacer cualquier clase de blog desde una perspectiva no lucrativa nos parece que va a ser igualmente una modalidad muy importante de moverse por la blogosfera. Y no es que esto aplique en exclusiva a las entidades sin ánimo de lucro que hagan algún blog: se trata de que, por pura inquietud personal y hasta en el caso de quien sea muy materialista, estamos convencidos de que crear algo que esté falto por completo de esperar recompensa alguna resulta gratificante. Sin un entorno como Internet en general y la blogosfera en particular, hacer un proyecto no lucrativo no es que fuese algo escaso, pues el asociacionismo y el voluntariado son ámbitos sociales con larga tradición, pero con la generalización de lo telemático, y en concreto los blogs, se abren muchas más posibilidades en cuanto a emprender proyectos no lucrativos a título individual y personal, en el sentido de querer ofrecer desde uno mismo algo a los demás y sin esperar nada a cambio.
Si te planteas ofrecer desinteresadamente algo al mundo, tengas prácticamente la edad que tengas, volcar eso en un proyecto bloguero puede ser la vía ideal de cumplir con tu objetivo. No te es necesario recurrir a una institución a dejar tu legado con la esperanza de que si lo ponen más o menos a disposición del público alguien consultará lo que hayas entregado a tal institución y entonces sirva de algo: mejor haz un blog, construye un blogolegado. Con el acceso abierto y de alcance mundial que lo telemático tiene, aquello que difundas en concreto por la blogosfera y en general por Internet tendrá mayores cotas de impacto, por lo menos potencialmente.
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