Lo técnico sentenciador y lo técnico proponente

Al abordar la contundencia discursiva en lo que es más de carácter técnico, esto es lo impersonal, los extremos que suponen sentenciar y proponer se encuentran en el ámbito que por costumbre se les suele conferir, lo cual no conlleva que valga ir de cualquiera de tales extremos al otro de cualquier manera. Lejos de que por asociarlos fácilmente con lo impersonal se les trate indistintamente en esta clase de contenidos, hay que por esa fácil asociación tratarlos hasta con mayor rigor.

Todo lo impersonal, desde lo más propiamente técnico hasta lo más científico, conviene que lo caractericemos por sentenciar desde la especialización y proponer desde la versatilidad, por lo menos y al igual que al tratar de aplicar esto a lo personal, en un primer ciclo de recorrido entre grados de contundencia, empezando por la especialización. No nos parece que vaya a dar demasiado buen resultado alterar tal orden entre lo técnico sentenciador y lo técnico proponente por lo menos en un principio, ni siquiera por considerar que al ser lo técnico donde sentenciar y proponer son actitudes más propias dé lo mismo empezar por una u otra; mejor partamos de la base de que por ser estas actitudes tan propias en el referido ámbito están estandarizadas de modo tal que merece respetarse aún más si cabe el conveniente orden de empezar por lo sentenciador y seguir por lo proponente, ambos aún faltos con toda seguridad de poder considerarlos originales en buena medida en ese punto. Será en un segundo ciclo de especialización y de versatilidad cuando estaremos en mayor disposición de, además de aportar una originalidad por lo menos notable, alterar si lo estimamos oportuno el orden para empezar, o en verdad continuar, con las propuestas, pero ya más originales, para ser luego cuando pasemos en su caso a un tono sentenciador por segunda, y también más original, ocasión. Alterar así el orden en un segundo ciclo de recorrido entre grados de contundencia en cuanto a lo artístico sentenciador y lo artístico proponente sería asimismo aceptable.

Sentenciar y proponer son ambas actitudes que en definitiva emanan de las convenciones mismas que todo ser humano acostumbra a aprender y a desarrollar a lo largo de su vida. Cuando aplicas esto a blogs y a otros proyectos, no estás sino trasladando al emprendimiento de aquello de lo que te ocupes unas actitudes que son completamente esenciales en la propia naturaleza humana y hasta en la de, si no todos los seres vivos, por lo menos el resto de los animales, a su manera, claro.

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