Llevar al extremo la importancia de no enrollarse puede desvirtuar tanto esa importancia que haga confundirla con el muy desaconsejable proceder al bloguear que la pura e impulsiva improvisación representa. No enrollarse no significa ni mucho menos renunciar a explayarse y, por lo tanto, ni de lejos comporta que se tenga que improvisar por sistema.
Del mismo modo que tenemos que procurar bloguear a base de un tiempo necesario de consumo inmediato, que sería el tiempo imprescindible para captar cuando menos la idea esencial del post publicado, cabe que partamos de un tiempo imprescindible de elaboración con mínimamente buena calidad para que, en torno a tal tiempo, ni nos explayemos en exceso, ni nos limitemos a improvisar de manera precipitada e impulsiva. Máxime cabe que fijemos ese tiempo de elaboración como referente para, a su vez, procurar no cometer errores ni imprecisiones, ya sea por demasiada relajación, ya sea por demasiada tensión.
Será el propio avance de tu trayectoria lo que irá perfilando ese tiempo imprescindible de elaboración con mínimamente buena calidad en cualquier post que elabores. Bloguear conlleva, pues, también una voluntad y un proceso de autoconocimiento para delimitar tu propio margen de relajación y de tensión como autoría no sólo, de hecho, como autoría de algún blog, sino por extrapolación como autoría de prácticamente cualquier clase de pieza comunicacional.
OscarWeblogs
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