Por mucho que Internet siempre parece que da la impresión de haber surgido ayer mismo, observar hoy con cierta perspectiva del tiempo lo que lleva la red de redes implementada de manera amplia conduce, más bien, a darse cuenta de lo contrario. Más aún si nos remontamos a su etapa como Arpanet.
Nótese que existen ya generaciones que carecen de recuerdos y experiencias de un mundo sin Internet, por lo que nos encontramos ante un fenómeno que, si no del todo, prácticamente puede descartarse por completo como simple moda pasajera o como algo que es secundario, irrelevante o prescindible. La no precisamente poco amplia etapa en la que fue tomando forma como Arpanet, todavía refuerza más tal condición de Internet como fenómeno clave de nuestra era.
El desarrollo de las infraestructuras que Arpanet, Internet e IoT respectivamente definen reflejan una clara expansión continua del ciberespacio como soporte y herramienta de transmisión de datos y de comunicación social. Justo en el momento de la eclosión de lo que propiamente podía llamarse Internet, se produce lo que también propiamente puede por lo menos empezar a denominarse posmodernidad.
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