Elementos en reserva

Una buena actitud con la que en todo proyecto se da pie a una preparación consistente es la fundamentada en no hacer funcionar con perspectiva cortoplacista la continua actualización de la iniciativa de la que se trate. Hasta en las cosas menos relevantes de un proyecto y sea cual sea el ritmo de actualización que se siga, una previsión será útil y para ello, en base a una perspectiva más a medio y largo plazo, hacer una reserva de posibles elementos con los que dar forma a lo siguiente que se publique es de notable idoneidad.

Ante la necesidad de improvisar y, en particular, de hacerlo en lo que se refiere a publicar contenidos como los que puedan ser propios de un blog, la reserva que a menudo procuremos ir elaborando en cuanto a elementos útiles en futuras publicaciones será lo que nos aportará una considerable comodidad a pesar de la poca disposición de tiempo que en mayor o menor número de ocasiones tengamos. Esta reserva tiene que intentar estar en sintonía con la constante definida en el proyecto: si no lo está, por mucha rapidez con la que la empleemos en cualquier contenido para el que tengamos poco tiempo de elaboración, el resultado a lo sumo estará bien pero con toda probabilidad creará una manifiesta discordancia con lo que represente nuestra constante; si esto se produce de una manera puntual tampoco hay aún motivo para la alarma, pues toda discordancia que en alguna ocasión produzcamos no tiene por qué impedir que el conjunto del proyecto retome el ritmo de su ciclo en la próxima publicación. Al disponer de elementos en reserva, sean tales elementos ideas en nuestra mente sean anotaciones por poner ejemplos de lo más propio en ámbitos como el bloguero, estaremos mejor preparados ante una necesidad de improvisar que requiera poco, o muy poco, margen de reacción.

Siendo tu caso el de bloguero con experiencia es muy probable que ya estés acostumbrado a ir preparando de manera constante una cierta reserva de elementos, en particular posibles contenidos, a los que recurrir más o menos, y según te programes cada vez, ante lo siguiente que vayas a publicar: es importante que no abandones esta costumbre; no confíes en que después de ya haberte habituado a reservar elementos serás capaz de manejarte con la improvisación impulsiva para conseguir lo que esté más que bien. Dejándote a merced de improvisar desde el impulso, por más experiencia que tengas en blogs o en otro proyecto del que se trate, el azar va a hacer que peligre tu capacidad de dar un resultado óptimo.

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