Aunque propia de discursos que por albergar una considerable complejidad suelan devenir de cierta extensión larga, es la circularidad discursiva aplicable a discursos de prácticamente la extensión que sea, e incluso con mayor mérito potencial aún al emplearla de modo acertado en contenidos de extensión corta. La principal diferenciación respecto a tal circularidad radica, más bien, no tanto en cuestiones de extensión sino en lo que a fondo y forma atañe.
Dándose un discurso de extensión corta, por lo común no habrá por tal propia extensión corta sino más opción que un discurso poco circular, tanto en fondo como en forma, y de ahí un discurso casi que inevitablemente monótono, aunque siendo una monotonía de extensión breve no deja de resultar llevadera. Ahora bien, en las extensiones largas, no reflejar circularidad en el fondo o en la forma, y más aún sin reflejarla en ninguno de ambos casos, deriva en una monotonía discursiva atroz. Tengamos también en cuenta que muchos discursos breves y además monótonos terminan por causar la misma mala sensación que un solo discurso monótono largo. Sin dejar de lado, así pues, en ningún caso la importancia que la circularidad discursiva en fondo y forma tiene en cuanto a la elaboración de todo mensaje en el ámbito temático y en el formato mediático que sean, estaremos en condición de ofrecer una pieza comunicativa que, al margen de la extensión que tenga, no resulte monótona, más que cuando en verdad convenga o cuando no haya más opción.
Ten muy presente la circularidad, la variedad en definitiva, tanto en fondo y forma de posts en un blog al uso, o macroblog, y por lo general posts de extensiones largas, como en posts de redes sociales, o microblogs, y por lo común posts de extensiones cortas. La variedad entendida como circularidad no debes dejar de precisamente asimilarla en el sentido de una variedad que es tal por tener un punto céntrico y no por ser, en cambio, un conjunto inconexo de elementos.
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