Pluritonía

Del mismo modo que la planicie discursiva causa monotonía, la circularidad discursiva causa pluritonía, garantizando que el discurso en cuestión goce de variedad como para captar y mantener captada la atención de quien consuma tal discurso. Yendo más aún hacia el extremo opuesto de la monotonía se encuentra en última instancia la, asimismo conveniente de evitar, multitonía.

Un discurso plurítono es el que logra variar a lo largo de su extensión en la justa medida tanto en forma como en fondo, tanto en texto como en contexto, y así hacer de la experiencia de quien sea receptor o de quienes sean receptores un momento de a lo menos un cierto despertar del interés por tal discurso. No está de más tener muy presente la naturaleza laberíntica que, bajo mi perspectiva, no deja de subyacer en la idiosincrasia del pensamiento humano, sin perjuicio de que esa naturaleza sea compatible con la otra más estrictamente lógica, algorítmica, también del pensamiento humano; viene esto a cuento porque monotonía y multitonía, una por defecto y la otra por exceso de variedad debidamente centrada, no hacen sino que quien esté o quienes estén ante el discurso desvíe o desvíen su atención en favor de la inercia laberíntica que ya de por sí es propia en el habitual discurrir humano. Mediante pluritonía, en cambio, atraeremos mejor y mantendremos también mejor la atención de cualquiera, ya que ofreceremos a su pensamiento de por sí laberíntico un buen conducto por el que dejarse llevar.

Al identificar monotonía con uniformidad y multitonía con caos, tendrás un concepto diáfano de lo que, además de la monotonía y la multitonía, es la pluritonía. Se trata, en efecto, del término medio gracias al cual estableces en tu condición de emisor la pertinente interactividad, bidireccional muy concretamente en blogs y todo lo telemático, con el receptor o los receptores a fin de que tu discurso devenga atractivo e interesante.

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