Desde los dígitos en los que el código binario se fundamenta, hasta lo alfanumérico normal y corriente, pasando por el HTML, no deja de ser lo textual aquello en lo que esencialmente el ciberespacio se sustenta. Por sus innecesarias puesta en escena y buena voz, bien puede corroborarse que en el texto se halla una cómoda forma, la mejor de hecho, a fin de publicar de manera ágil y eficaz.
En los mismos comienzos de lo informático, incluso ya avanzado lo multimedia y desplegada la Internet que hoy conocemos, era de todos modos el texto más fácil de practicar que lo audiovisual y sonoro, pero es cierto que esto sucedía porque no eran tan simples las opciones de grabar vídeo y audio. Actualmente, desde cualquier dispositivo tenemos igual opción de teclear texto o grabar vídeo o audio, en todos los casos con la misma presteza. No obstante, si no dejamos de considerar que a lo menos aquello que, sobre todo en un blog, publiquemos esté elaborado con cierta buena calidad, siempre nos permitirá el texto obrar de manera más cómoda porque con lo audiovisual o lo sonoro conviene que nos aseguremos de preparar la debida escenificación, lo cual al escribir nos lo evitamos. Respecto al formato imagen, es aplicable lo que a lo audiovisual.
Fundamentar tu blog en lo textual te facilitará la ubicuidad y la atemporalidad en lo que a preparar y publicar concierne, si bien debieras entonces enfocar con una perspectiva particular aquello que difundas, en especial, en redes especializadas por formato. Los títulos, por su parte, constituyen una vertiente de lo textual que incluso en los posts de otros formatos continúa soliendo, y conviniendo, estar presente.
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