El uso, que no el abuso, de emoticonos

Aun siendo tan fáciles, cómodos y divertidos de usar, los emoticonos cabe que se utilicen en su justa medida para así no saturar de éstos el mensaje que se transmita. Salvando finalidades eminentemente humorísticas o coloquiales, son los emoticonos unos elementos a considerar tan dignos como otras imágenes y como los términos alfanuméricos a los que de habitud acompañan.

Su propia denominación incita al uso emotivo, o sea casi sin pensar y más bien dejándonos llevar por precisamente las emociones, pero los emoticonos empleados en piezas comunicativas de un blog o similar y que no estén dotados de cierto uso coherente y ordenado corren el riesgo de ser elementos más desvirtuadores que aclaradores, lo cual no nos interesa en absoluto, pues contribuye a que se resienta la incidencia positiva respecto a cualquier público al que nos dirijamos. Dentro de la blogosfera es en las redes sociales, por tanto los microblogs, el ámbito en el que, en particular dentro de la vertiente generalista de tal nivel de la blogosfera, parece más propicio el uso, que no el abuso, de emoticonos ya que las redes sociales denotan, en general, mayor grado de estilo informal en lo que queda publicado en ellas.

También en la macroblogosfera, y por ende en un blog al uso, bien puedes e incluso en según qué casos debes utilizar emoticonos, pero puesto que el nivel de los macroblogs, por su elevado grado de customización, es más propicio a marcar el sello genuino de cada autoría, pueden unos elementos como los emoticonos, tan de uso sencillo y generalizado, dar a entender falta de esfuerzo. Usa, tanto en macroblogs como en microblogs, emoticonos con la debida mesura y tu resultado será impecable.

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