De las facetas comunicacionales envolvente, introspectiva e inmersiva, las que por interactividad destacan son las eminentemente digitales, que son la introspectiva y la inmersiva. Si bien lo digital puede ser también envolvente, no es entonces por defecto una faceta muy interactiva, en concreto muy bidireccionalmente interactiva.
La enormemente larga etapa comunicacional analógica que la humanidad ha vivido ha sido bidireccionalmente poco interactiva en comparación a la históricamente recién nacida etapa comunicacional digital que a nuestros días caracteriza. Con la digitalización en general y la telematicación en particular, se ha vuelto la comunicación muy interactiva tanto cualitativa como cuantitativamente: la calidad bidireccional interactiva ha aumentado ya que estamos elaborando la interactividad de tal índole con un alto índice de, en efecto, que tal interactividad se produzca en la forma que queramos, en concreto a través de lo multimedia; y la cantidad bidireccional interactiva ha asimismo aumentado por el alcance mundial que la propia telematicación permite.
Es telematicación el resultado de telematicar o, en otras palabras, hacer que algo devenga no sólo digital sino telemático. Desde el momento que se empieza el despliegue de la Internet que hoy conocemos, puedes apreciar que lo que justo es denominable telematicación ha avanzado y se ha expandido sin cesar. Respecto a todo lo que en la historia ha abarcado lo analógico, o sea lo de por sí más envolvente, les queda a las facetas digitales mucho aún para tener semejante recorrido.
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