La propia dinámica histórica acostumbra a hacer que por más trascendental que un cambio sea, a quienes ya lo viven plenamente establecido no les supone algo precisamente trascendente. Puesto que en definitiva un trascendental cambio no lo suele ser para sus contemporáneos, por lo común resulta que lo histórico no se define sino por generaciones posteriores a quienes han experimentando tal cambio.
Quienes emprenden o experimentan sustanciales cambios que luego resultarán históricos, seguramente no los distinguen con facilidad porque la notoria necesidad que yace en el origen de todo cambio de esa índole no lo facilita; entonces, es pasado el tiempo cuando casi o por completo otra generación intuye y, dado el caso, confirma la trascendencia histórica de lo que se trate. Lo histórico requiere cierta permanencia temporal, así que puede que casi no sea factible otra manera de determinar la trascendencia en la historia. ¿Qué ocurre, pues, con lo informático en general y lo telemático y la blogosfera en particular? ¿Son alrededor de tres décadas de plena generalización social suficientes como para asegurar que se trata de fenómenos históricos?
Encontrarás no con demasiada dificultad muchos acontecimientos históricos que, aun de menor duración, han trascendido, por lo cual estás en lo cierto al considerar la trascendencia histórica de los weblogs y, por extensión, todo lo cibernáutico y lo informático. Aun siendo breve, un acontecimiento histórico puede serlo también sólo por su intensidad, pero justo por su actividad, o más en concreto interactividad, tiene por supuesto intensidad de sobra la blogosfera.
OscarWeblogs
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