Hasta tal punto puede devenir relevante la puesta en marcha de un proyecto, que tal puesta en marcha puede incluso considerarse en su medida un proyecto en sí mismo. Dentro de cada iniciativa, bien puede concebirse cada ciclo o cada conjunto de ciclos, un proyecto con propio sentido: de ahí que los ciclos incipientes de lo que emprendas son, a su vez, los ciclos preparativos de los de madurez.
Si por algo muy claro se distinguen los proyectos a corto y a largo plazo es porque, en los de corto plazo, la puesta en marcha es, al mismo tiempo, en buena parte si no del todo, la fase de conclusión de la iniciativa de la que se trate; los proyectos a largo plazo, llegan o deben llegar, en cambio, a consistir en una sucesión de muchos ciclos de los cuales en el de, o los de, la puesta en marcha no tiene por qué, y de hecho no debe, haber exacta similitud con los más recientes de los sucesivos. Cuando acometemos la puesta en marcha en sí en tanto que proyecto, estaremos en todo caso en la correcta senda tanto si nuestro proyecto va a ser de condición estática o dinámica.
La correspondencia más evidente entre, de un lado, corto y largo plazo y, de otro, blog u otro proyecto estático o dinámico es la que combina respectivamente los elementos de estos conjuntos entre sí. A corto plazo, pues, y en lo que en especial a la puesta en marcha se refiere, va a suponerte lo propio, más bien, un proyecto estático, mientras que a largo plazo, debieras optar por hacerte a la idea de un proyecto dinámico.
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