Si nos preguntamos ¿y qué hacer con el también actual gregarismo?, tal vez hallemos que más bien debiera tener tendencia a diluirse en pro de precisamente el individualismo con el que, quizá un tanto paradójicamente, ha tenido que convivir. De acentuarse lo individual, en cualquier caso, no conviene que justo derive en el individualismo más recalcitrante.
Al gregarismo no le faltan características y consideraciones negativas por la ausencia de autonomía y criterio que implica para quienes por él están, menos o más voluntariamente, afectados; pero el individualismo tampoco está falto de aspectos nada positivos en quien lo lleve a la práctica. En el mundo global que debiera terminar de configurarse, tenemos sobrados recursos de comunicación, en especial Internet y la blogosfera, para lograr un equilibrio.
Va a ser determinante que una globalización auténticamente social, educacional y cultural promueva una clase diferente de conductas en comparación a las muchas peyorativas que la extraña combinación de individualismo y gregarismo parece haber creado. La presencia de cada cual en la blogosfera y en el conjunto de Internet puede representar una buena contribución a tales efectos.
OscarWeblogs
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