Como hasta muy recientemente no se ha conocido otra tecnología que la analógica, ésta no ha podido sino tender a crecer y copar así cualquier ámbito y tendencia de los avances que la humanidad ha ido produciendo a nivel material. Ante la insostenibilidad en la que ello termina derivando, lo digital aporta soluciones que cabe valorar e implementar.
Sería interesante, cuando menos, concebir que la indisoluble combinación entre hardware y software en informática es representativa de lo que a lo analógico, el hardware, le ha faltado a lo largo de la historia y que definitivamente ha encontrado al fin. La digitalización así entendida y la reorientación analógica consiguiente nos conducen entonces a ni seguir abusando de lo analógico, ni querer pasar al otro extremo que sería pretender virtualizarlo todo digitalmente.
Las tecnologías, y especialmente las de la información y la comunicación, tienen que ir hallando el apropiado equilibrio entre analógico y digital, como entre hardware y software, para ser sostenibles al mismo tiempo que la humanidad prospera. Cuanto más nos decantemos por eso, más podrá afianzar lo analógico una tan renovada como necesaria valía.
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