Ceremonias como la de la coronación acontecida hoy en Reino Unido son ejemplos de hechos que la tradición civilizacional apunta a quizá poder seguir sosteniendo en mayor o menor medida ante el paso hacia la posmodernidad. El tiempo dirá hasta qué punto esta clase de actos van a mantenerse como definitorios cultural y civilizacionalmente.
Aunque la era que va abriéndose camino es entendible bajo una perspectiva de mundo de civilizaciones y, por ello, de cierta eclosión de una nueva tradicionalidad civilizacional en Occidente y otras civilizaciones del mundo, esta nueva etapa parece que debiera tender a ser, en lo bueno y en lo malo, muy distinta a las etapas civilizacionales anteriores. Tecnológica, infraestructural y materialmente, desde luego, lo es y seguirá siendo; asimismo, en cuanto a valores e ideas, sólo tendría sentido que también lo sea.
¿Hasta qué punto, por lo tanto, particularmente Occidente mantendrá o no tales ceremonias y demás aspectos concretos de reminiscencias, cuando menos, medievales? Lo que por ahora puede tal vez intuirse es que, en cualquier caso, de hacerlo, será de modo cada vez más simplemente simbólico todavía.
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