Máxima preparación

Conviene que aunque los blogs sean en todo momento editables esto no repercuta en una actitud de comodidad que nos lleve a pensar lo siguiente: que no importa demasiado lo que se publique ya que si merece la pena cambiar algo sea porque algún contenido externo es modificado desde el origen o porque se cometió algún desliz del tipo que sea por parte del propio bloguero esto va a poderse cambiar, incluso si se quiere se elimina el post y ya está. Vamos a exponer por qué la mejor actitud es la basada en la preparación y que también es importante la tarea de revisar.

La condición de fácil y permanentemente editable de un blog permite que se puedan hacer los cambios que se deseen cuando se quiera, pero hacer esto de manera muy continuada va a contribuir a que quien visite el blog se lleve una sensación de fiabilidad más bien pobre en cuanto a lo que se publica. Desde nuestro punto de vista, lo conveniente es que a pesar de la capacidad de edición permanente de los blogs, ésta tienda a emplearse para modificaciones y supresiones de lo ya publicado en la menor medida posible. Esto se consigue por supuesto no mediante la comodidad y relajación en plan 'no pasa nada, si eso ya haré cambios', sino a través de la máxima preparación que se pueda en el momento de elaborar los posts. Así pues, por mucho que podamos cambiar y suprimir de manera sencilla y permanente cualquier contenido que publiquemos, si conseguimos no tener que hacer esto mucho creemos que se mejorará la buena impresión hacia navegantes que visiten el blog; se convencerá mejor de que el blog en cuestión no es algo hecho de cualquier manera, de forma rápida e improvisada sino de que se procura que como mínimo haya cierta preparación y consistencia en lo que se publica, pese a que por descontado todo el mundo pueda cometer aun así errores en su propio contenido o encontrarse con que se produzcan cambios en los contenidos ajenos que repercutan en tal o cual enlace o incrustación. Especialmente si se está empezando en la práctica de los blogs quizá te vayas a encontrar a menudo con cosas que después de cierto tiempo de haberlas publicado crees que mejor sería aplicarles ciertas correcciones por la razón que sea; considera no obstante, si dependiendo de lo que se trate, en vez de cambiarlo o suprimirlo, merece más la pena compilarlo y aprovecharlo para hacer una nueva publicación al respecto en plan autoanálisis y autocrítica: seguramente así se evite mejor dar sensación de poca fiabilidad e incluso al contrario, darás con toda probabilidad la impresión de que mantienes una preocupación por revisar lo que haces y aportar aclaraciones cuando es necesario. La preparación para conseguir hacer las mínimas correcciones posibles es algo que además resulta relevante tener en cuenta en el sentido de que no disminuye necesariamente con la experiencia: si bien al principio de meterse en el tema de los blogs es importante que se empiece a realizar la máxima preparación que se pueda de los posts antes de su publicación, a medida que se da continuidad al blog la tendencia debería ser que éste adquiera también más responsabilidad hacia sus visitantes, de manera que de un blog con más trayectoria se va a esperar más preparación por parte de quien lo visite.

Facilidad y comodidad de edición no debiera llevar a la comodidad y relajación a la hora de publicar en nuestro blog, pues estas actitudes van a conllevarnos dar una impresión de poca preocupación por lo que publicamos. Sin embargo, pese a ello todo el mundo tiene derecho al error de manera especial si se es principiante, pero esto puede ser motivo para que podamos demostrar en su caso que también tenemos capacidad de autocrítica. Además, a medida que el bloguero en cuestión adquiera más experiencia va incluso a tener que valorar hacer cada vez más tarea de preparación en lugar de menos.

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