Lo que cabe perseguir mediante originalidad e innovación es, evitando caer en la rareza, la máxima diferenciación respecto a lo que haya en el ámbito en el que se desarrolle el proyecto. En cuanto a la blogosfera, un blog bien diferenciado se consigue a base de sintetizar lo mejor posible lo que en él se publique, y sumando esto a una buena dinamización se conseguirá con mayor facilidad un impacto al menos mínimamente relevante.
A lo largo de los ciclos iniciales de un proyecto, incluso si en su etapa potencial hemos hecho un considerable ejercicio de elaboración, con toda probabilidad diferenciar lo que ofrezcamos aún nos requerirá una importante dedicación de tiempo y de recursos: hasta tomar una, por así denominarla, forma más o menos consolidada, que no tiene por qué ser definitiva, los inicios de todo proyecto acostumbran a ser todavía casi de boceto, por lo que el paso de lo inicial a lo veterano no debemos tomarlo en tanto que algo a cumplirse, por lo común, con extrema rapidez. Conseguida una originalidad efectiva a la que acompañe una dinamización bloguera considerable y haciendo que todo ello durante bastante tiempo se refleje en buenos ítems cuantitativos y cualitativos, estaremos en condición de afirmar que nuestro blog, u otra clase de iniciativa más o menos parecida que hagamos, ha conseguido un grado importante de diferenciación. Transitando por ciclos de veteranía la diferenciación, sin embargo, por muy bien conseguida y bien consolidada que la tengamos desde los ciclos iniciales, no va a mantenerse de por sí sin más: si bien en etapas de inicio la diferenciación de un proyecto nos tocará ejercerla respecto a lo que ya había, en los ciclos de madurez deberemos volcar nuestra tarea diferenciadora respecto a lo nuevo que, tras ya haber sacado nuestro proyecto a la luz, pueda ir surgiendo en nuestro ámbito, e incluso en otros.
Que ante tu público, o tus públicos, transmitas la idea de que lo que ofreces es lo definitivo te resultará quizá un buen reclamo publicitario pero, a la práctica, si tienes la convicción de que lo tuyo es lo definitivo, por muy bien diferenciado que en verdad sea tu proyecto, estarás en riesgo de relajarte en exceso de manera que, incluso llegando tal proyecto a una etapa calificable de veteranía, más pronto que tarde y ante tu sorpresa algo acabe suscitando mayor interés. Con una tarea de diferenciación constante la fidelización acostumbrará a darte resultados de carácter positivo.
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