Refidelización desde lo interno

Es importante tener en cuenta toda clase de cambios que hacen recomendable llevar a cabo una refidelización del proyecto. Además de los cambios agrupables bajo la categoría de externos, y que serían fundamentalmente los intereses, y los gustos, de todo público receptor, también cabe considerar los propios cambios que en la dimensión interna del proyecto que se lleve a cabo acontezcan.

Aunque mientras lo cuantitativo y lo cualitativo muestren signos de estar en buen estado la inercia contribuya a mantener la estrategia de fidelización seguida hasta el momento, una etapa de por lo menos cierta estabilidad como sería la de tal caso puede devenir una buena oportunidad de, con esa base, hacer un reajuste en cuanto a la fidelización ejercida en pro de mejorar tal fidelización: se trataría de encajar de nuevo fidelidad potencial y fidelidad efectiva pero por motivaciones internas, derivadas en particular del agente motor. Sin embargo, ¿cuándo estaremos seguros de que nos conviene mantenernos tal cual y en cualquier caso esperar a que se produzcan cambios externos y cuándo lo estaremos de que pese a que estén bien lo cuantitativo y cualitativo debiéremos hacer una refidelización desde lo interno? Todo es cuestión de la capacidad, y la voluntad, que tengamos de observar más allá de lo que hayamos conseguido, por muy bueno que sea, o que nos parezca, y de ahí determinar si la base que tengamos la usamos de sofá y por tanto nos acomodamos, o bien, la aprovechamos de trampolín y, manteniendo o no la fidelización practicada hasta entonces, pasamos a hacer una refidelización desde lo interno, sin esperar por tanto a motivaciones por cambios en el público o los públicos: refidelización que nos lleve a una nueva, y mejor, fidelidad efectiva.

La elección entre el sofá y el trampolín, en el símil planteado, no tienes que tomarla a la ligera: uno y otro son a su manera tentadores pero ninguno es en sí mismo mejor que el otro. Tanto en ciclos iniciales como en ciclos de madurez, lo más probable es que tengas que ir combinando la preferencia por uno y por otro, pero asegúrate bien, y evitando lanzarte al vacío, de que vale la pena usar el trampolín si es para dejar de lado desde lo interno una estrategia de fidelización que ha dado buenos frutos.

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