Un espíritu aventurero, y en concreto el de alguien que esté en ciclos iniciales de trayectoria emprendedora, con toda probabilidad se inquietará cuando tenga que hacerse a la idea de no disponer de un trampolín del que saltar hacia la innovación. No obstante, hay etapas de emprendimiento propio, sea de por libre sea en grupo, así como también ciclos de proyecto, sea igualmente individual sea en equipo, en los que tomar riesgos, por mucho que haya interés en lanzarse a la aventura, es conveniente dejarlo aplazado.
Está bien acomodarse por iniciativa propia en el sofá mientras no dejemos de lado la evaluación cuantitativa y cualitativa de la fidelización que estemos llevando a cabo y aprovechemos para proyectar posibles maneras de saltar en caso de que en algún otro momento queramos, o debamos, hacer cambios en cuanto a fidelización en particular, y quizá también en otros ámbitos. Si la permanencia en el sofá viene determinada por las circunstancias y no tanto por la propia voluntad profundicemos también tanto como podamos en el análisis cuantitativo y cualitativo respecto a lo que ofrezcamos en pro de incluso ir más allá e innovar. En términos de fidelización, y en general en toda estrategia a seguir a lo largo de la trayectoria de un proyecto, sea tal proyecto un blog u otra clase de iniciativa, innovando desde el sofá estaremos en condición de disponer de recursos preparados a utilizar cuando, por razones internas o externas, nos convenga hacer un salto en lo referente a refidelización, e incluso en lo que concierna a otras áreas relacionadas con lo que hagamos. Por muy aventureros que seamos nos conviene valorar también las etapas de estabilidad y, en este sentido, sacarles partido precisamente para que la siguiente aventura que emprendamos, si bien no estará exenta de cierto riesgo, seamos capaces de emprenderla, y desarrollarla, mejor por muy alto que esté el punto desde donde saltemos.
Tener ímpetu por arriesgarte es genial en su justa medida pero que asimismo aprecies los ciclos más de sofá te irá bien ya desde tus etapas incipientes de emprendimiento y en los comienzos de cualquier proyecto, sea o no un blog, que realices. Lo ideal es que, aun afrontando cierta etapa con calma por ser lo mejor respecto a lo externo, no te lo tomes en tanto que un estado de resignación: dedica esa estabilidad a desarrollar ideas innovadoras que, pese a no aplicarlas de inmediato, más adelante, y en especial cuando ya sí te convenga arriesgarte, puedan resultarte pertinentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario