Al rozar lo erróneo

Con el revestimiento del mensaje que se pretenda transmitir, en especial para causar un relevante impacto público, no conviene que aun no cayendo en una obsesión por lo cuantitativo se opte por una extrema fijación en una gran intensidad de lo que pueda considerarse una, si no completa, casi perfección. Igual que lo erróneo, la perfección también está sujeta a evolucionar, de manera que lo que ahora, o hasta hace poco, haya podido ser considerado perfecto, tal vez no lo sea dentro de poco.

Si hubiera unos cánones inmutables en el ideal de toda tipología de discurso, ello hubiera condicionado en buena parte que la comunicación en general poco hubiera cambiado desde casi tiempos inmemoriales, pero lo que por lo menos a nuestro entender hace que los lenguajes no sólo hayan evolucionado sino que hayan tenido tal necesidad de cambio es lo que a menudo, incluso en la mayor etapa de estabilidad de cierto código, ponen de manifiesto las más variadas expresiones al rozar lo erróneo que es propio en tal etapa. La estabilidad de estilos generales de los diferentes modos comunicativos que la humanidad en general y los blóguers en particular utilizamos no hacen sino a la larga acabar constituyendo en mayor o menor medida una notable limitación a nuevas, que no por ello necesariamente extravagantes, formas de expresión. Si bien lo muy nuevo puede resultar en toda evolución de una vía comunicativa algo calificable de raro y hasta de erróneo, en su justa medida favorece la continua readaptación que todo conjunto de expresiones, en el formato que sea, hace de generación en generación: una readaptación que nos permite ir dando sentido a todo lo que en nuestra condición humana vamos descubriendo y reinterpretando en el largo transcurrir de la existencia. Llegada la eclosión de la blogosfera nos encontramos en una etapa en la que resulta interesante muy en particular cómo las readaptaciones expresivas de los distintos modos de comunicación puedan ir más o menos al unísono debido a las capacidades del multimedia.

Incluso teniendo por virtud un moderado perfeccionismo en base al cual, sea o no en tanto que blóguer, quieras fundamentar todo tu progreso, quizá tener la finalidad de ir hacia un perfeccionismo más extremo no te resulte tan beneficioso como atreverte a transgredir algunas fórmulas expresivas en pro de conseguir un modo comunicativo que resulte innovador entre alguien de tu público, o de tus públicos, si bien puede haber quien no te lo considere adecuado en absoluto. A veces hasta será más la casualidad que tu pura intención de búsqueda lo que te lleve a encontrar nuevas expresiones a las que valga la pena poner en práctica en lo que publiques.

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