Las adaptaciones interblogueras, de modo más o menos ligado a la estrategia integradora que se siga, pueden ser interblogueras propias o interblogueras ajenas. Las extrablogueras, en función del soporte que se emplee para la conservación de la iniciativa bloguera que sea, serán digitales o analógicas. A más diferente clase de soporte utilizado para la traslación del proyecto blóguer del que se trate, menos se podrá reproducir una versión de alta exactitud.
Con la interactividad bidireccional que practiquemos para la dinamización de cualquier proyecto bloguero del que en mayor o menor medida nos ocupemos hacemos que contenidos ajenos de varios formatos formen parte de un todo en el que los combinamos con nuestros contenidos propios, así que hacemos adaptaciones interblogueras no sólo cuando entre los diferentes perfiles de nuestro propio proyecto blóguer adaptamos contenidos nuestros de macroblog a microblog, y en su caso a la inversa, sino cuando las hacemos al trasladar contenidos de otros en base a las capacidades básicas que en prácticamente toda plataforma bloguera, en especial las redes sociales, se proporcionan. Si manejamos diferentes iniciativas blogueras de manera muy integrada y hacemos que entre ellas se compartan contenidos, aun siendo iniciativas diferentes, las traslaciones serán propias, mientras que si procedemos a tal clase de compartición pero sin integrar los proyectos, o bien, si directamente compartimos y nos comparten desde lo ajeno, las adaptaciones interblogueras resultantes serán ajenas. Además de todo esto, siguiendo aún más allá de adaptaciones interblogueras simples, o sea, propias, al hacer versiones extrablogueras cabe tener en cuenta que precisamente lo que publiquemos en la blogosfera es casi, si no del todo, más fiable a nivel de quedar guardado por el hecho de que, en concreto en lo que concierne a las plataformas genéricas, la infraestructura que almacena todo lo que se suba es con toda probabilidad más segura que cualquier espacio particular en el que queramos conservar por nosotros mismos lo que sea, tanto en formato digital como, por supuesto, en analógico.
Por mucho que te esfuerces en conservar todo contenido ajeno con el que interactúes, el continuo dinamismo que en concreto en redes sociales resulta recomendable hará que con el tiempo acabe siendo tal el número de contenidos con los que habrás interactuado que guardarlos todos te resultará inviable, lo cual implica que desgraciadamente en ciertas ocasiones algún contenido ajeno que quizá te resultase muy interesante te sea imposible recuperarlo por ser suprimido desde su origen. Preocupándote de que tus contenidos se conserven en blogs y en tus propias ubicaciones extrablóguers, ya estarás haciendo mucho en tu contribución a nutrir la blogosfera.
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