De lo personal a lo impersonal o viceversa

Similar a lo referente a la complementación que entre fondo y forma debe darse, en el carácter personal o impersonal de un blog no tiene por qué elegirse estrictamente entre uno u otro. Aunque el hincapié tiene que procurar estar bien fijado en una de las dos clases de blog, la otra en la que el énfasis de lo que ofrezcamos no recaiga, por lo menos tanto, puede también, e incluso aun siendo de vez en cuando resulta pertinente, que adopte una función de recurso a aplicar, en concreto en cuanto a blogs dinámicos.

A un blog personal le resultará apropiado recurrir, por lo menos en alguna que otra ocasión, a una línea más o menos impersonal en el sentido de no centrar de manera exagerada la esencia del blog en la persona en cuestión, por lo general el propio autor directo del blog del que se trate. En cualquier blog, y por extensión en cualquier modo de comunicación que en mayor o menor medida sea parecido, al centrar en demasía en nosotros mismos lo que publiquemos nos enfrentamos a un doble riesgo que tiene su propia versión en los blogs impersonales: en un blog muy estrictamente personal, por mucho que nuestra vida por lo común sea megainteresante, con facilidad nos encontraremos vacíos de contenido que transmitir en cuanto pasemos por momentos de cierta calma, además cualquier público recibirá una impresión de pobreza de contenidos, y hasta de egocentrismo, al darse cuenta de que no somos capaces de abordar lo que vaya mucho más allá de nuestra propia vida. La versión de esto en los blogs impersonales consiste en que no salirnos de una línea muy técnicamente ceñida a la temática impersonal que sea, y según de qué modo hasta una línea de mucha abstracción, nos llevará al riesgo de agotar la temática tratada y de que lo que publiquemos resulte extremadamente monótono al público, o a los públicos. Salirnos de manera conveniente del respectivo eje personal o impersonal del blog que realicemos es una buena vía de dar a la vez continuidad y diversidad a nuestra iniciativa bloguera en momentos en los que, de no hacer esto, el poco o mucho dinamismo del que nuestro blog esté dotado pudiera acabar frenándose o siendo repetitivo.

Pasar en ocasiones de lo personal a lo impersonal o viceversa, según tu blog sea personal o impersonal, resulta una modalidad de hacer que produzcas en quien visite lo que publicas un buen efecto sorpresa. En ambos casos te será de gran utilidad ser hábil en lo que en concreto concierne al género de opinión, pero sin procurar dejar por completo de lado, en el caso de un blog personal, el componente más emotivo y, en el de uno impersonal, el mayor acento en la racionalidad.

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