En el formato que sea, el cúmulo de fallos que casi inevitablemente cualquiera comete al estar elaborando un mensaje ha de procurar quedarse en la fase de preparación de tal mensaje, se trate de un discurso conciso o extenso. Cualquier modo expresivo que se utilice, en la blogosfera o en otro entorno, conviene que se desarrolle a lo largo de unas mínimas fases previas a la difusión y que sirvan precisamente para filtrar los errores de manera que se evite que salgan a la luz.
Respecto a un posible agobio en cuanto a que publiquemos, o podamos publicar, algo con errores, cabe tener presente que el concepto de lo erróneo es, potencialmente por lo menos, evolutivo a todos los niveles: lo que hoy supone un fallo, mañana puede ser aceptado en tanto que correcto, pero ello no debe tampoco llevarnos a una extrema relajación en plan de que da lo mismo cometer más o menos errores. La magnitud de un error, asimismo, puede ser valorada en distinto grado según diferentes personas de cualquier público al que nos dirijamos. No obstante, según nuestra perspectiva, nos conviene, sin caer en el referido agobio, tener siempre muy presente el mayor grado de exigencia por parte de quien pueda visitar lo que publiquemos, pues de ello va a depender en gran medida que nos mantengamos suficientemente atentos en la preparación de lo que hagamos como para ser en la mayor medida factible capaces de filtrar todo fallo, de manera que el error no pase del esbozo, o borrador si preferimos denominarlo así, de aquello que al fin acabemos ofreciendo en nuestro blog, o incluso en cualquier otro modo comunicativo. En cuanto a facilidad de manejarnos con esbozos y borradores en prácticamente cualquier formato comunicativo y bajo unos entornos muy parecidos, la informática en general, Internet en particular y, por extensión de ésta, la blogosfera, ofrecen unos recursos muy avanzados y accesibles: se trata en definitiva del mismo principio que facilita que pasando de la fase de esbozo a la de difusión lo que publiquemos sea multimedia. Con esto, la tecnología digital y específicamente la de tipo telemático demuestran una sustancial diferencia en cuanto al mundo analógico, muy caracterizado por tener cada modo de expresión sus propios y altamente diferenciados recursos de preparación y canales de difusión.
Pese a que, muy en concreto, en los ciclos primerizos de tu trayectoria blóguer, un considerable número de fallos traspasen el filtro que el esbozo debiera suponer para lo que hagas, mientras que a medida que pase el tiempo y practiques con la debida motivación y falta de precipitación vayas consiguiendo reducir tal traspaso de fallos estarás en la senda adecuada hacia ciclos de madurez bloguera. Así pues, a la veteranía no es que la caracterice la total ausencia de fallos, sino la habilidad para que éstos no traspasen la fase preparatoria que el esbozo implica.
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