Toda calidad, y en particular dentro de la buena calidad, es fluctuante aun por mucha destreza adquirida por la experiencia, pero ello no implica que no pueda lograrse una buena calidad estable y de bastante continuidad. Son en concreto las transiciones entre ciclos de trayectoria y en general el pleno autocontrol textual y contextual a todos los niveles lo que condiciona lograr la mayor meticulosidad que imprecisión.
Autocontrolar todos los niveles textuales y contextuales, más allá del estricto sentido alfanumérico, para lograr que lo que comuniquemos en cualquier blog o vía similar que para la comunicación dirigida a públicos tengamos es esencial pero sólo se aprende y domina a medida que la propia trayectoria de lo que sea se haya puesto en marcha. Cuando entremos en cada nuevo ciclo, aun siendo ya en el marco de ciclos de veteranía, para nuestro autocontrol va a suponer una nueva prueba y ahí es en especial donde, a veces más y a veces menos voluntariamente, ocasionaremos transgresiones o por lo menos se gestará lo que con toda probabilidad acabe por ser seguramente más pronto que tarde una transgresión: de ahí, si bien el azar puede sernos en ocasiones favorable para que sin casi percatarnos demos lugar a transgresiones en forma de innovaciones, lo ideal es que toda transgresión sea fruto de la plena convicción y que toda la que pueda devenir error no pase de ser más grave que lo que podamos considerar una imprecisión más bien mínima. Que la calidad sea siempre fluctuante no significa que debamos abandonarnos a la despreocupación por la buena calidad asumiendo que para qué esforzarse si siempre acabará por haber aunque sea imprecisiones: al contrario, hay que ir hacia la finalidad de conseguir dentro de la natural fluctuación cualitativa una cierta estabilidad que sin embargo tendremos que poner especialmente a prueba en el momento en que llegue un nuevo ciclo incipiente.
La calidad es siempre fluctuante, en particular en blogs e iniciativas parecidas pero también a nivel general, por la dinámica evolutiva de todo nivel textual y contextual, desde lo más individual a lo más histórico, pero toda evolución precisa de sus estabilidades, de modo que lo evolutivo a base de constantes cambios no te lleva sino, y en el mejor de los casos, a un fin confuso. Te conviene recordar en todo momento que incluso una habitual, y hasta recomendable, acción creativa como es el divagar debes vehicularla de manera que lejos de caer en lo caótico, vayas hacia proporcionar una efectiva, o sea positiva, comprensión que emane de un mensaje bien sintetizado en el sentido de bien expresado.
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