Tanto fuentes primarias como secundarias, al igual que en concreto ocurre con los blogs, pueden ser de condición dinámica o estática, esto es que puede que se actualicen respectivamente de manera rítmica o arrítmica. A partir de esto, puede establecerse una mayor o menor sincronización entre la actualización de contenidos por parte de lo intermediario en relación a la correspondiente actualización de la fuente original.
De estar una fuente secundaria plenamente sincronizada con su respectiva fuente primaria, cada vez que desde lo genuino haya novedad debemos procurar reflejarlo de la manera más inmediata en lo intermediario, sin dejar de lado la debida estilización para en concreto acoplar a nuestro proyecto lo que de la fuente primaria salga y en general para ofrecer un contenido que esté convenientemente sintetizado en el sentido de bien elaborado, adaptándolo según convenga en comparación a lo que la fuente original transmitió. Lo mismo en cuanto a estilización y síntesis vale para una sincronización que no sea plena o incluso que sea nula, casos estos dos en los que la función intermediaria la estaremos haciendo sin necesidad de difundir casi, si no del todo, al mismo tiempo lo que la fuente directa emita. Siendo fuente primaria, tenemos que procurar salvaguardar nuestro máximo buen nivel de calidad para que las fuentes secundarias mantengan su interés por actualizar de manera sincronizada con nosotros aquello que transmitamos; mientras que si somos fuente indirecta, ante todo deberemos intentar que, hagamos actualizaciones intermediarias sincrónicas o asincrónicas, lo que actualicemos tenga relevancia y, así pues, efecto positivo para todo público del que dispongamos.
En un blog, y demás iniciativas similares, al estar en sincronía plena con sus fuentes directas no tienes por qué limitarte a que el objetivo sea hacer de simple altavoz permanente de aquello original y genuino que obtengas o te pasen, pues no estarás sino haciendo de tu proyecto un anexo, o incluso una copia, de la fuente primaria de la que se trate. Por más puramente intermediario que seas, la intermediación no debe dejar de conllevar cierta elaboración por tu parte.
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