Cualquier blog con función intermediaria tiene la necesidad de guardar una doble óptima relación: por un lado, con su público o sus públicos, y por otro lado, con sus fuentes. Mientras se desarrolle la actividad bloguera de modo que en el público se busque la positividad y en las fuentes el tratamiento honesto de lo que de ellas emane, tal doble relación estará convenientemente establecida.
Desde el primer momento, en todo blog intermediario, e incluso en otras iniciativas parecidas, la sujeción a lo que cause la debida positividad en el público y la dependencia de unas fuentes fiables y de confianza tienen que ser prioridades de las que emane un equilibrio mutuo del que se evidenciará nuestra capacidad de complacencia hacia ambas partes. Es precisamente el equilibrio que toda intermediación blóguer conlleva lo que dará sentido a los fundamentos que hayamos establecido y al estilo que de ello se derive, pues de no conseguir el mencionado equilibrio cabrá con toda probabilidad un serio replanteamiento de lo que hayamos emprendido para que público, fuentes o ambas partes generen o recuperen interés y respeto hacia nosotros. Ante la pérdida de tal interés o respeto lo que cabe es sobre todo que procedamos a la autocrítica, si bien puede tratarse de circunstancias pasajeras de las que, pese a que toda autocrítica no va nunca mal, quizá no precisemos al fin y al cabo grandes replanteamientos en cuanto a lo que emprendamos, sino en todo caso alguna matización puntual o sencillamente alguna idea para su eventual futura aplicación.
Si tu opción pasa por no tener intención de buscar equilibrio entre relación con público y con fuentes, entonces tu proyecto debe abandonar el elemento que de estos dos es en cualquiera de los casos prescindible, las fuentes, de modo que en vez de un blog intermediario hagas un blog de contenido exclusivo tuyo, o del equipo del que formes parte, hacia directamente el público o los públicos. No por prescindir de fuentes y deberte sólo al público o los públicos tu tarea va a ser sencillísima, puede que hasta resulte todo lo contrario pues te hará falta mucha prudencia en el sentido de que toda responsabilidad respecto a lo que difundas recaerá únicamente en ti mismo.
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