Prepublicación ágil

Debido a la inmediatez con la que en el ciberespacio, y muy en particular en la blogosfera, se puede publicar, bien es hasta cierto punto comprensible sentirse fácilmente tendencia a que la inmediatez también abarque especialmente todo el proceso de antepublicación. Mientras no se dé como resultado que en la publicación acabe reflejándose menos meticulosidad que imprecisión en aquello que se difunda, la agilidad, más que la rapidez o la inmediatez, es sin duda una cualidad muy favorable.

La cada vez mayor opción de tratar los diferentes formatos mediáticos bajo lo digital, tanto tangible, o sea los propios aparatos, como intangible, o sea los programas, contribuye aún más a que de la antepublicación pueda pretenderse que sea en todo momento un proceso rápido, pero ya que llevar esto de manera extrema no repercutirá sino en que nuestra meticulosidad se resienta, haremos bien en, pese a las virtudes de lo multimedia y a la facilidad de rápida publicación, proceder a una antepublicación que, sin que perdamos ritmo o periodicidad del dinamismo pertinente, la tratemos con la meticulosidad adecuada y así no perder en buena síntesis de contenidos, en el sentido de contenidos bien elaborados, y causar el conveniente efecto positivo en cualquiera que sea nuestro público. Por todo ello, la antepublicación o prepublicación no tiene que ser tanto de carácter rápido sino que más bien sería mejor calificarla de ágil en tanto que la manera idónea de llevarla a cabo. Con una prepublicación ágil se trata de que por supuesto no dejemos de lado nuestra aportación de contenidos habitual en un sentido cuantitativo, pero que no olvidemos asimismo la exospección a base de autorreleernos, asegurando cualitativamente la mejor de las versiones posibles de aquello que publiquemos.

Es del todo normal que de la autorrelectura de lo pospublicado te percates de aquello que te gustaría haber corregido en el proceso de autorrelectura en fase de prepublicación, por lo que está claro que cualquier cosa, por más meticulosidad que se le aplique, siempre podría ser mejorable, pero de eso se trata; para ello te sirve el seguir publicando: para ir ampliando o puliendo lo que ya hayas dado a conocer. Si realizases en tu blog, o en una publicación similar, algo que no mereciese complementación alguna, tendrías por un lado, quizá algo perfecto, pero por otro lado, tal perfección implicaría la lamentable ausencia de más camino a recorrer.

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