Establecer en un proyecto comunicativo la diferencia entre original e intermediario no es sino en definitiva lo mismo que diferenciar respectivamente entre fuente primaria y secundaria, o directa e indirecta. Ambas clases de fuentes tienen su importancia e implican retos que convenientemente superados derivan en cierto mérito aun no siendo éste quizá demasiado reconocido, en especial en ciclos incipientes del proyecto.
Hacer, desde un principio o tras lo que supone un cambio de ciclo, contenidos propios implica que nos constituimos en tanto que fuente primaria, pues los blogs, y por extensión otras iniciativas parecidas, de carácter intermediario son, como mínimo en esencia, fuentes secundarias al ser reflejo de otras fuentes, lo cual no es para nada, si se hace bien, menos meritorio que lo que pueda ser devenir fuente primaria. De hecho, ambos tipos de fuentes se necesitan y se benefician mutuamente: las primarias precisan que haya quien las difunda y redifunda, y en efecto al hacerse tal función intermediaria se contribuye a que lo que emana de la fuente primaria y la propia fuente primaria cobren importancia; las secundarias requieren de las primarias para disponer de contenidos fiables en todo momento según las necesidades de tales fuentes secundarias y así, al hacerse eco de lo que una fuente directa ha manifestado, contribuir a garantizar que la fuente directa ha procedido en lo manifestado con toda asunción de consecuencias y toda determinación. Si somos fuente primaria tendremos que procurar ofrecer contenidos lo suficientemente relevantes como para que fuentes secundarias nos valoren en pro de hacerse eco de nosotros; si somos fuente secundaria, deberemos referenciar de modo pertinente aquello que abordemos para que todo público tenga claro de dónde procede lo que le transmitimos.
Por ser fuente indirecta, o sea por tener un carácter intermediario, y disponer de fuentes directas muy fiables, no tienes que limitarte a la simple compartición, sin más, de lo que obtengas o te pasen, pues tendrás por lo menos que aplicar una mínima labor de estilización para que tu proyecto, en particular refiriéndonos a un blog al uso o macroblog, mantenga unos fundamentos que le den consistencia por sí mismo. A veces, tras revisión y estilización por la parte intermediaria, un contenido deviene incluso mejor elaborado en comparación a su forma inicial de la fuente primaria.
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