La armonía fundamental y la estilización son ideas que en la confección de un proyecto consistente van unidas de tal manera que ambas se justifican mutuamente a cada nuevo elemento con el que la iniciativa que sea, y en especial un blog, se actualice. Sin armonía fundamental no hay estilo y sin estilo no hay unos fundamentos distintivos, claros y, en definitiva, armónicos.
Se trate de contenido propio o ajeno, lo que plasmemos ante nuestro público o nuestros públicos deberá procurar estar lo suficientemente tratado para que no desentone, sin olvidar no obstante la búsqueda del pertinente grado de efecto sorpresa. Gracias a disponer de una armonía fundamental y de una estilización, tendremos en el blog del que se trate, o proyecto parecido, una manera definida de elaborar textos y contextos, entendiendo ambos más allá de lo alfanumérico. Cualquiera que sea el formato multimedia empleado, lo podremos adaptar, así pues, de manera conveniente para que en ningún caso desentone con lo que al conjunto de nuestro proyecto identifique. El tratamiento por el que según todo esto cabe que los contenidos pasen se basa ante todo en textualizar y contextualizar tales contenidos, entendiendo que seguimos refiriéndonos a un ámbito multimedia y por tanto más allá de lo estrictamente alfanumérico. Tras la debida exospección, lo que ya en un primer momento hayamos textualizado y contextualizado acabará por adoptar su síntesis definitiva, que no necesariamente brevedad sino su elaboración pertinente para el positivo efecto en el público o los públicos. Una textualización y contextualización sin armonía fundamental y, por tanto, sin capacidad de estilización conllevan que lo difundido esté carente de todo rasgo de originalidad y consistencia por nuestra parte.
A través de la extrema sencillez con la que en Internet, y dentro de ella en la propia blogosfera, es factible el acceso a una enormidad de informaciones de toda clase, puede parecer muy simple textualizar y contextualizar, o sea dar forma y fondo a, cualquier contenido, en particular que sea ajeno, de modo que quede publicado en tu proyecto y te sirva para, si no del todo, en parte, darle así a tal proyecto dinamización fácilmente. Mientras tal facilidad la mantengas en el ámbito de la agilidad, y por tanto sin caer en la actitud precipitada ni en la pura improvisación, lograrás textualizar y contextualizar lo que sea mediante la armonía fundamental y la estilización que convengan.
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