A la primera generación plenamente blóguer parece que le resulta un tanto ambivalente el uso, en particular en el primer plano digital, de textos, imágenes o audiovisuales; es más, el impulso de la imagen que era lo propio en la última etapa de la sociedad de masas hace que hasta la balanza se suela decantar precisamente hacia la preferencia por fotos y vídeos. El texto no deja de representar, sin embargo, el lenguaje aun así más empleado debido al segundo y tercer plano digitales.
Va a presentarse un, sin duda, interesante fenómeno a observar en lo que concierne a que en los próximos tiempos la preferencia, en primer plano digital, oscile menos o más entre texto o imagen. Los sueños de, por lo menos, una importante parte de toda una generación están todavía enormemente marcados por la tendencia a querer devenir una estrella de lo fotográfico y lo audiovisual, en lo que está claro que significa una inercia de la época condicionada por los medios de masas. Que Internet en general y la blogosfera en particular devengan lo que marcará los tiempos venideros y que a su vez estén tan sustentadas por, ya no sólo el texto, sino el hipertexto, da suficientes motivos para que intuyamos que lo textual se revalorizará.
Si a la de por sí revalorización textual que con toda probabilidad termine impulsada por la propia inercia de lo hipertextual, añades que el texto va a poder quedar en tanto que el formato menos robotizable, casi no te quedará duda alguna en cuanto a que lo textual resulte lo que los blóguers, en la línea de lo que ya muchos hacen, continúen cultivando cada vez más. No obstante, debes concebir como esencial el dominio de todo lo multimediático en su conjunto.
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