Puede que cuando lo que se plantea es un blog personal, resulte especialmente complicado concebirlo como servicio. Desde el momento en que alguien se plantea tal manera personal de enfocar sus contenidos y la forma de expresarlos, quizá es fácil que ese alguien tenga la sensación de que, intentando prestar un servicio, de algún modo se está traicionado a sí mismo por no mantenerse fiel a sus pensamientos y sentimientos, pero bien merece desdramatizarse esta sensación para que el weblog personal en cuestión sea óptimo.
Hasta el más ferviente amante del arte más puro convendrá en que, hasta hoy, todo lo artístico no se concibe sino bajo las dinámicas de la industria y es por ello que, en definitiva, son las denominadas industrias culturales las que por lo menos durante las últimas generaciones han vehiculado la producción artística y cultural. Si ahora pasamos lo artístico y cultural a desarrollarlos bajo la lógica de los servicios, simplemente estamos siguiendo el devenir natural que la propia historia apunta a que se dé en ese marco de tránsito desde la preponderancia del sector secundario al terciario. Cierto que, sin embargo y justo en favor de quien por la libertad artística más acérrima apueste, en la blogosfera contamos con prácticamente nulos intermediarios en comparación a lo que suele ser propio del sector industrial.
La propia falta de intermediarios que en la blogosfera, por un lado, tan positiva es en pro de la libertad artística que permita hacer un weblog personal plantea, por otro, los típicos riesgos referentes al plagio en particular y, en general, a atentar contra los derechos de autoría. Cabe que, en un entorno como la blogosfera que tanto nos aporta una jamás antes accesible capacidad mundial de publicación, aproveches la ausencia de intermediarios para ahondar en la mayor originalidad que concibas.
OscarWeblogs
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