Si hemos sido capaces de desarrollar Internet, con el beneficioso potencial intercultural e intercivilizacional que conlleva, es de esperar que de un modo u otro llegaremos a sacarle partido en esa dirección. Es cuestión de tiempo, un tiempo que se acortará si procuramos superar y prevenir fracturas como la que asola hoy a Ucrania por culpa del Kremlin.
Máxime cuando, precisamente por una cuestión de tiempo, del tiempo que ya lleva funcionando de manera generalizada en prácticamente el mundo entero, Internet demuestra ser una infraestructura determinante y definitoria de la sociedad presente y venidera, resulta esperable que en algún momento su mejor potencial para un mejor diálogo y conocimiento intercultural e intercivilizacional se materialice. Valga incidir en que hay una generación completa que no ha vivido en un mundo sin Internet o lo ha hecho de una forma extremadamente breve como para mantener al respecto algún recuerdo.
La interactividad a la que Internet y muy en concreto los weblogs conducen parte del concepto red, así que la bidireccionalidad y de ahí un mayor colaboracionismo devienen inherentes en las relaciones sociales propias de nuestra era. Las fracturas civilizacionales y demás conflictos afines no suponen sino graves perjuicios que, si bien asimismo propios de nuestra era, tienen plena solución si ponemos auténtica voluntad.
OscarWeblogs
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