Gracias a las capacidades que aporta la tecnología digital telemática, estamos en disposición de acometer un porvenir a través de la era posmoderna que, de otro modo, habría resultado poco o nada esperanzador. Contemplémoslo más al detalle.
Tan sólo fijándonos en la mayor aparatosidad que tiene lo analógico respecto a lo digital, no resulta complicado darse cuenta de que habría sido material y medioambientalmente insostenible hacer crecer la producción exclusiva de tecnología analógica en pro de una en sí misma conveniente y necesaria generalización del acceso de la ciudadanía a los medios de creación y difusión de contenidos. La tecnología digital y telemática contribuye a lograr sostenibilidad en este aspecto.
De otra forma, la posmodernidad, que de un modo u otro parece que como mínimo por ese mismo factor de sostenibilidad tendría que haberse dado en algún momento, habría tenido muchas más opciones de devenir una etapa no demasiado prometedora precisamente. Cabe que, además de tecnológicamente, sepamos en términos civilizacionales hacer cristalizar bien la era posmoderna social y culturalmente.
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