Al fin y al cabo, los sistemas hipertextuales que respectivamente sistemas operativos y red de redes configuran son distintas formas digitales de articular la creación, gestión y consulta de información y conocimiento. Tratemos este tema algo más.
Los entornos digitales de sistemas operativos se complementan con los de la red de redes, y viceversa; por ello, se complementan también las diversas posibilidades del multimedia que, asimismo respectivamente, sistemas operativos y red de redes configuran, al tiempo que se expande de modo más eficiente y sostenible el potencial comunicativo y de libre expresión de cualquiera, desde prácticamente cualquier lugar y en cualquier momento. Internet en su más reciente fase, la de IoT, todavía impulsa estos hechos en mayor medida.
Sin estar conectados los sistemas operativos con la red de redes, la simple ofimática no telemática habría sido hasta donde el usuario hubiera podido llegar en términos de digitalización. Por su parte, Internet, en vez de ser justo esa red de redes que conocemos, se habría quedado más o menos como aquella Arpanet que fue y donde, de alguna forma, mucho más restringida sin duda, se habría seguido creando, gestionando y consultando información y conocimiento a nivel de big data.
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