Por si fuese poco que la tecnología puramente analógica sea menos ergonómica comparativamente a la principalmente digital, se trata de una tecnología también menos sostenible; sobre todo si, como cabe esperar, la información y el conocimiento deben tender a divulgarse lo máximo posible. La eficiencia resulta, por lo tanto, un asunto clave.
La información y el conocimiento han solido estar, también en términos comparativos respecto a la actualidad, muy poco accesibles al gran conjunto de la población cuanto más observemos hacia el pasado y ello ha redundado en que, si bien a costa de un lamentable e indeseable alto grado de ignorancia generalizado, la tecnología analógica haya podido ser sostenible durante siglos en lo que estrictamente a efectos materiales y medioambientales se refiere. Si combinamos lo ergonómico y lo sostenible como parece que deviene factible con la tecnología actual, estaremos ante una circunstancia distinta y muy prometedora.
WoT e IoT se postulan como la tecnología que tanto se requiere para lograr un panorama de sostenibilidad y eficiencia en el que justo pueda divulgarse el saber lo máximo posible sin causar un proporcionalmente directo perjuicio en cuestión de recursos naturales. Además de ergonómicas, las tecnologías de la información y de la comunicación han de procurar ser ecológicas.
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