Cuando se piensa en un blog, y no en pocas ocasiones en un perfil de red social también, probablemente se tiende mucho a pensar todavía en la idea de lo que eran, y son, los típicos diarios personales. Tiene todo el sentido como precedentes que son de los blogs, pero observemos las diferencias.
Un diario personal tradicional es eminentemente privado, hasta secreto, y habitualmente manuscrito, ni siquiera mecanografiado, aunque en cualquier caso se trataría igualmente de un contenido analógico. La blogosfera ha derivado, pues, en un verdadero y profundo cambio respecto a tal forma de expresarse, porque los blogs, en efecto, se suelen concebir para su exposición pública y abierta a nivel global, además de, por supuesto, consistir en contenidos digitales.
He aquí, posiblemente, la explicación por la que haya quien opte por emprender un blog, sea propiamente un blog al uso, sea un perfil de red social, pero como blog privado: hacerlo como un diario personal típico. Un blog como proyecto, sin embargo, merece otras consideraciones.
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