Ante productos iguales, o muy parecidos, y que incluso ofrezcan ventajas similares, si no idénticas, en cuanto a promociones complementarias ¿qué tiene capacidad entonces de acabar conduciendo al cliente a decidirse? Las respectivas marcas de esos productos ejercerán, si no por completo sí en buena parte, el impulso necesario en la capacidad de decisión del consumidor, pues aunque varios productos sean idénticos, el hecho de pertenecer a una u otra marca determina la diferencia.
Lo ideal en la tarea de desarrollo de marca y producto es que en cierto modo se conviertan respectivamente en una cara de la misma moneda. Optar por una marca es fruto de confiar en lo valiosos, que no por ello poco asequibles, que son sus productos y eligiendo tal producto conseguimos, a su vez, beneficiarnos de la calidad que estamos convencidos que tal marca aporta. Un producto no es sólo eso mismo, un producto y ya está: es un producto de tal marca; y una marca tampoco es nada si no va asociada a algo que produzca, aunque no sea necesariamente un producto comercial. Definir nuestra marca, y por tanto todo un conjunto de elementos que intenten calar de manera positiva y al mayor largo plazo posible en la convicción del público, consiste en un ejercicio de especial importancia, pues los productos los empezamos a comercializar, los dejamos de hacer, los transformamos, etcétera, pero la marca y sus valores deben procurar permanecer más, aunque también estén sujetos cuando convenga a la aplicación de cambios. A nuestro parecer, lo haga una persona, o lo haga un grupo, la introspección en la creación de marca dará el mejor resultado para que tal sello sea efectivo, ya que es una creación que ha de surgir desde lo más profundo que caracterice al individuo, o a la organización, al mismo tiempo que a los productos que realicemos con esa marca. Delegar la creación de marca, tanto el nombre, como el logotipo y otros elementos identificativos relevantes, en alguien ajeno debe ser una medida a adoptar sólo en casos en los que se confíe mucho en quien vaya a realizar tal encargo que de resultado ha de dar una parte tan esencial en la identidad de un proyecto sea comercial o no.
El desarrollo de tu marca, si te lo tomas en tanto que un proceso en el que busques la inspiración, te dará mejor resultado si lo enfocas más desde la introspección que desde la interactividad. Coger ideas de lo que examines externamente te servirá, pero fundamentándote mucho en esto quizá sea más fácil que caigas en la copia; así que, aunque la observación de lo externo aporte por descontado sus beneficios en toda búsqueda de la inspiración, intenta que la forma final de la marca comercial, y de hecho de cualquier otro tipo de marca, provenga de un ejercicio introspectivo, ya lo realices de manera más individual, ya más en grupo.
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