Las estrategias que se pueden desarrollar en la venta de productos es extensísima y variada: que se puedan aplicar a cualquier producto ya es otra cosa. Es mejor evitar las virguerías encaminadas a vender cierto producto que no reúna un mínimo de particularidades que deriven en un beneficio auténtico hacia el público.
Aunque realicemos la mejor de las presentaciones, sea en un blog comercial de un producto concreto o de una clase de productos específicos, sea en un blog comercial más bien genérico, si lo que vendemos no procede de un análisis que haya contemplado lo que ya existe en el mercado y si, en consecuencia, probablemente no aporte una nueva utilidad efectiva respecto al público potencial al que nos dirijamos, estaremos intentando colocar algo con poco o incluso ningún recorrido. Ya promocionemos lo que hacemos nosotros mismos, ya lo que realizan otros, si el producto no pone de su parte... poco margen de maniobra tendremos en la consecución de ventas, por mucha presentación estéticamente atractiva que apliquemos. En caso de vender nuestros propios productos evitemos pensar por defecto que a todo el mundo le va a parecer genial cualquier cosa a la que le demos forma desde nuestra inventiva: contemplemos desde el máximo número de perspectivas los pros y los contras con los que es posible que nos encontremos ante el intento de introducir algo en el mercado. De manera similar nos convendrá proceder si promocionamos productos ajenos: valoremos lo que sea genuino y marque una diferencia notable respecto a lo que ya se encuentra a la venta. Si no aplicamos estas medidas, el propio público fácilmente advertirá que se le está intentado convencer de que cierta promoción tiene un valor del que en verdad carece: de este modo, lejos de dejar patente nuestra capacidad de vender cualquier cosa estaremos poniendo en riesgo nuestra reputación.
Empeñarte en hacer vendible un producto, propio o ajeno, que no tenga de fundamento una mejora en aquello de lo que el público ya disponga a su alcance implica que tú mismo estarás potenciando el deterioro de tu reputación bloguera en general y comercial en particular. Que quieras demostrar tu elevada capacidad de vender no debe llevarte al intento de endorsar al público aquello que, en comparación a otros productos, no tenga una efectiva utilidad ni aporte una mejora sustancial.
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