El mínimo reducto de interactividad que se deje en un entorno en el que se busque la introspección no debiera entenderse limitado a lo que se capta de fondo con el oído. Al contemplar la adecuación de todo un ambiente de fondo, en su sentido más amplio, se consigue incluso que la ayuda en lo introspectivo sea probablemente mucho más favorable. La cuestión más particular de cada cual ya es cerciorarse de que los elementos de ese ambiente de fondo sean del propio agrado.
Con casi toda seguridad ubicarse en un entorno de sosiego pero con cierto ambiente de fondo lo asociemos, por defecto, con lo referente al ámbito auditivo: oír un sonido de fondo que sin quebrantar la tranquilidad nos mantenga vinculados al exterior mientras navegamos por nuestros pensamientos. La puesta a nuestra disposición de un entorno con interactividad de fondo no se limita necesariamente a centrarnos sólo en esto: hacer introspección mientras se siente una brisa, o un aroma, sea en ambos casos de manera más continua sea más puntual, proporciona un soporte a la inspiración que en bastantes casos funciona. Así pues, la interactividad de fondo de nuestro entorno de introspección se caracteriza por todo aquello que, desde más o menos lejos y esté en mayor o menor medida planificado por nosotros, afecte a nuestros sentidos: también a la vista, y de hecho la fijación de la mirada en cierto punto acostumbra a promover un estado mental propicio para la concentración y la inspiración. A más interactividad de fondo que consigamos adecuar a nuestro agrado, más inspiración estará en condición de llegarnos, pues esos 'inputs' que nos lleguen a los sentidos devienen elementos potenciales con los que en nuestra mente se genere un 'output', o se generen varios 'outputs', en plan creativo, tanto si hacemos introspección por lluvia de ideas o por otro método. El sentido del gusto, quizá en el que menos pensaríamos en tanto que determinante para concentrarnos, tampoco conviene dejarlo muy aparte, aunque debiéramos considerarlo una excepción a esta norma genérica de la interactividad de fondo, pues el gusto es un sentido que no admite ningún tipo de distancia en su punto de origen: en cualquier caso, saborear algo que nos agrade pudiera ejercer igualmente un apoyo a nuestro recorrido hacia sentirnos inspirados.
Ubicarte en un ambiente con la adecuada interactividad de fondo es algo muy personal, de tal manera que donde tú te encuentres a gusto quizá otro no lo esté. Si te resulta difícil tener claro el entorno en el que hacer introspección intenta guiarte en base a lo que tus sentidos demanden. Haciendo que el oído, el tacto, el olfato, la vista y, siendo sin embargo una excepción, el gusto se encuentren conveniente y moderadamente estimulados en un marco de interactividad de fondo favorecerás que la inspiración te llegue.
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