Más binomio que dicotomía

¿Crear o desarrollar en el ámbito comercial es lo mismo? En ocasiones, se utilizan ambos términos de manera casi o totalmente indiferente pero ¿es esto correcto? La creación y el desarrollo, en lo comercial en general pero particularmente en su vertiente en Internet y en un blog, son concebibles por separado o como un mismo, o casi un mismo, concepto en la medida que se consideren estas palabras en sí en tanto que por lo menos palabras afines o que por lo contrario se resalten sus matices diferenciales.

Una idea bien conocida, al igual que la de que la unión hace la fuerza, es la de que todo depende según la perspectiva con la que se aborde. Con ánimo de simplificar, la convicción de que crear y desarrollar son conceptos diferentes nos resultará útil, si bien será propio de un punto de vista muy lineal, en el sentido de que lo que concierne a la etapa previa a la forma definitiva que se le dé al producto, a una estrategia, etcétera, será la creación y todo lo que venga después y de manera indefinida mientras lo que se haya creado se mantenga será el desarrollo; se trata de concebir la puesta en marcha de algo de tal forma que por lo común siempre tendría dos únicas etapas: una breve hasta su nacimiento y otra a continuación lo más larga posible que correspondería a toda su trayectoria. El otro modo de contemplarlo, y de hecho nuestro favorito, es cíclico, en el que si no se especifica lo contrario creación y desarrollo no se identifican respectivamente con dos únicas etapas, estrictamente separadas y en el referido orden, sino que creación y desarrollo se unen formando un ciclo y son entonces más binomio que dicotomía. Según nuestra perspectiva cíclica, lo primero de hecho no es creación sino que hay un desarrollo previo a la creación en sí, un desarrollo marcado por el proceso desde la más preliminar de las concepciones hasta tener la posibilidad de conseguir la forma definitiva de lo que abordemos, y al conseguir de manera concreta tal forma definitiva es cuando se habrá creado algo, sea un producto, una marca, una sinergia... después estaríamos de nuevo en desarrollo, ya en otro ciclo, y cuando al cabo del tiempo que sea convenga, ajustar, modificar e incluso reinventar profundamente lo que hayamos producido realizaremos una creación nueva, o si se prefiere recreación, concluyendo así otro ciclo.

La confusión que te cause el empleo de los términos creación y desarrollo se te disipará al aplicar en tu propia práctica comercial, o bien en la compresión de la de otros, la conveniente perspectiva. Cuando tu preferencia o aquella que observes en alguien sea la de no referirse a creación y a desarrollo indistintamente te encontrarás ante una perspectiva lineal: sencilla pero conceptualmente más pobre. Si no, el punto de vista será cíclico: más complejo, quizá hasta confuso, pero de implicaciones teóricas, y aplicables a la práctica, de mayor fundamento, el cual consiste en que, si bien creación siempre tendrá un matiz de concreción efectiva, crear y desarrollar serán ideas prácticamente ambivalentes; lo que resulta es que en vez de haber sólo una única breve etapa de creación seguida de una única larga de desarrollo, propio del sentido lineal, en el sentido cíclico se contemplan muchas etapas breves de creación y muchas largas de desarrollo, formando ciclos, el primero de los cuales empieza sin embargo por el desarrollo, no por la creación.

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