En los contenidos impersonales resulta de especial importancia tener en cuenta la conveniente y acertada mención de lo que sea y de quien sea, pues a todo discurso de carácter técnico, sea más o menos erudito, le suele ir bien que lo acompañen en la mayor medida factible las referencias en las que se sustente. Las piezas personales, y más en cuanta más ficción se basen, pueden permitirse en este sentido menos rigurosidad manifiesta de citación.
Aunque atraídos por el estilo de lo personal optemos por transmitir, en blogs u otras vías comunicativas, contenidos de ficción no debemos prescindir de la debida tarea de documentación respecto a la temática que pretendamos abordar. Si combinamos ficción con extrema rienda suelta imaginativa estaremos ante un serio riesgo de transmitir contenidos vacíos, imprecisos, casi o por completo sin sentido y con todo ello incapaces de verdaderamente causar una relevante sensación intensa en cualquiera que consuma tales contenidos que ofrezcamos. La principal diferencia, o por lo menos una de las principales, entre lo personal y lo impersonal no está en que en lo primero la debida recopilación de datos, o documentación, es nula o prescindible y en lo segundo no, sino que en lo primero, pese a haberse llevado a cabo tal recopilación, no es manifiesta mientras que en lo segundo sí acostumbra a haber una citación manifiesta y constante que apoye lo que se vaya aseverando. En casos como los de querer dar el salto del contenido más o menos típico de un diario muy personal, tenga o no algún punto de ficción, al de según qué otra clase de género que se enmarque en concreto en un alto grado de ficción, debemos tener presente que porque en un diario personal salga de entrada todo muy bien expresado, no necesariamente expresar cualquier cosa va a resultarnos fácil de que tenga la misma coherencia de no ser que, por lo menos en muchos casos, evitando el inconveniente de sumar ficción más extrema rienda suelta, nos preocupemos de documentarnos.
Respecto a si estás acostumbrado a elaborar, y en su caso a compartir de otros, contenidos impersonales, no abandones la tarea de compilación de datos si te adentras en la práctica de los contenidos personales. Incluso refiriéndote a lo que más directamente ya conoces y de lo que quizá creas que no necesitas documentarte, va bien que hagas alguna que otra consulta de otros datos para así tal vez dar con algo que por muy sorprendente que te parezca no conocías y aprovecharlo para causar interactivamente un buen efecto entre cualquiera de todo público.
Mencionar
La identificación en general y en concreto la atribución directa de todo mensaje son enmarcables en el conjunto de acciones propias de lo interactivo. Que en el caso de la atribución se trate de una interactividad más uni o bidireccional dependerá del caso concreto de cada fuente específica que se cite y del propio medio por el que se cite; las redes sociales han facilitado mucho que la mención de todo perfil de la misma red social que sea se convierta en un acto interactivo bidireccional instantáneo.
Cuando compartimos cualquier contenido de otros en nuestro proyecto blóguer llega, por lo común a lo menos, alguna notificación inmediata a tales otros del mismo modo que la recibimos nosotros si nos comparten algo de lo que ofrecemos. Ocurre lo mismo si citamos, en especial en nuestros perfiles de redes sociales generalistas, cualquier perfil dentro de la misma red social y ello bien puede animar a quien gestione tal perfil a correspondernos con alguna acción interactiva muy probablemente positiva siempre que nuestra mención haya sido también con clara intención positiva. Así pues, la correcta atribución de toda pieza que compartamos no sólo nos beneficia en cuanto a un asunto, ya de por sí importante, como es transmitir fiabilidad bloguera, sino que nos proporciona amplias posibilidades de que se genere interactividad respecto a nosotros, pudiendo mejorar así notablemente el conjunto de los indicadores que plasman, en especial los de interactividad bidireccional, cómo nuestro grado de incidencia evoluciona. Sin embargo, citar por citar a la espera de que sólo por ello captemos interactividad de determinado perfil de red social no resulta recomendable en absoluto, pues puede hacernos quedar en evidencia respecto a una actitud basada en querer simplemente llamar la atención, lo cual más bien causará en el conjunto de los indicadores de interactividad, tanto públicos como privados, un efecto perjudicial.
Para que procedas a una citación correcta de cara a convenientemente atraer la atención de quien menciones, en particular en el entorno de las redes sociales, no te alejes de los fundamentos temáticos en base a los cuales se desarrolle tu blog. Aun sin que ello, sobre todo en un primer momento, cause reacción positiva directa y manifiesta de interactividad bidireccional sea o no del propio perfil que hayas tenido interés en mencionar, tampoco habrá demasiadas posibilidades de que cause reacción negativa alguna, pues te habrás mantenido dentro de una coherencia avalada por tales fundamentos.
Cuando compartimos cualquier contenido de otros en nuestro proyecto blóguer llega, por lo común a lo menos, alguna notificación inmediata a tales otros del mismo modo que la recibimos nosotros si nos comparten algo de lo que ofrecemos. Ocurre lo mismo si citamos, en especial en nuestros perfiles de redes sociales generalistas, cualquier perfil dentro de la misma red social y ello bien puede animar a quien gestione tal perfil a correspondernos con alguna acción interactiva muy probablemente positiva siempre que nuestra mención haya sido también con clara intención positiva. Así pues, la correcta atribución de toda pieza que compartamos no sólo nos beneficia en cuanto a un asunto, ya de por sí importante, como es transmitir fiabilidad bloguera, sino que nos proporciona amplias posibilidades de que se genere interactividad respecto a nosotros, pudiendo mejorar así notablemente el conjunto de los indicadores que plasman, en especial los de interactividad bidireccional, cómo nuestro grado de incidencia evoluciona. Sin embargo, citar por citar a la espera de que sólo por ello captemos interactividad de determinado perfil de red social no resulta recomendable en absoluto, pues puede hacernos quedar en evidencia respecto a una actitud basada en querer simplemente llamar la atención, lo cual más bien causará en el conjunto de los indicadores de interactividad, tanto públicos como privados, un efecto perjudicial.
Para que procedas a una citación correcta de cara a convenientemente atraer la atención de quien menciones, en particular en el entorno de las redes sociales, no te alejes de los fundamentos temáticos en base a los cuales se desarrolle tu blog. Aun sin que ello, sobre todo en un primer momento, cause reacción positiva directa y manifiesta de interactividad bidireccional sea o no del propio perfil que hayas tenido interés en mencionar, tampoco habrá demasiadas posibilidades de que cause reacción negativa alguna, pues te habrás mantenido dentro de una coherencia avalada por tales fundamentos.
Fiabilidad bloguera
Salvo alias muy crípticos, en particular utilizados en redes sociales y que, en este sentido tan críptico, no resultan nada útiles a la práctica de cualquier iniciativa telemática que quiera por lo menos tener una mínima proyección de futuro en base a una plenamente sincera relación con su público, o sus públicos, es de por sí bastante complicado que en el entorno telemático no haya cierta manera de identificar mínimamente el origen de cualquier pieza. Habrá en todo caso un nombre de dominio al que se pueda recurrir en tanto que elemento identificador.
El pleno anonimato de un contenido cualquiera en Internet prácticamente no se da, pues al tener todo una ruta, ésta sirve de origen fácilmente identificable en casos de muy extrema dificultad para esclarecer la autoría más concreta y específica. Con el nombre de un dominio disponemos siempre de un mínimo elemento de atribución en cuanto al origen de algo que circule por el ciberespacio, tanto dentro como fuera de blogs, si bien conviene que tengamos mucha cautela al especificar con toda seguridad que tal dominio corresponda en verdad a lo que sería calificable de autoría o si tan sólo se trata de una ubicación en calidad de hospedaje. Si en lo que concierne en particular a los contenidos de producción propia, estamos en un punto de modesta transparencia, nos resultará útil que aquello que publiquemos no lo hagamos bajo una denominación demasiado críptica sino que reflejemos desde un principio un título de proyecto bloguero que tanto en este punto como en los futuros ciclos de veteranía pueda tener continuidad, contemplando que en tales ciclos de madurez cabrá un mayor nivel de transparencia incluyendo lo que concierne a la autoría. En cuanto a compartir lo de los demás, está bien rehuir igualmente de aquellos contenidos que procedan de autorías altamente crípticas, pues esta clase de autorías no inspira confianza, lo cual puede derivar en que la poca o mucha fidelidad que hayamos conseguido, o que podamos conseguir, en cualquier público quede perjudicada al hacernos, pese a no tener relación directa alguna de autoría, intermediarios de esos contenidos de fiabilidad bloguera reducida o nula.
Por supuesto en un entorno tan inmenso y en constante actualización como es la blogosfera y toda Internet no puedes estar confirmando la plena veracidad, incluida la referente a la autoría, de todo lo que compartas, pero si te preocupas de examinar mínimamente el dominio telemático, y en su caso el perfil concreto de red social, del que procede todo contenido que vayas a compartir tendrás muchas probabilidades de estar ofreciendo en todo instante unas piezas compartidas de absoluta calidad. En cuanto a tu propia identidad en una situación de transparencia modesta, deberás esmerarte en ofrecer suficiente calidad mínima como para que en los demás inspires esa misma certeza de que con lo tuyo están accediendo a buenos y fiables contenidos.
El pleno anonimato de un contenido cualquiera en Internet prácticamente no se da, pues al tener todo una ruta, ésta sirve de origen fácilmente identificable en casos de muy extrema dificultad para esclarecer la autoría más concreta y específica. Con el nombre de un dominio disponemos siempre de un mínimo elemento de atribución en cuanto al origen de algo que circule por el ciberespacio, tanto dentro como fuera de blogs, si bien conviene que tengamos mucha cautela al especificar con toda seguridad que tal dominio corresponda en verdad a lo que sería calificable de autoría o si tan sólo se trata de una ubicación en calidad de hospedaje. Si en lo que concierne en particular a los contenidos de producción propia, estamos en un punto de modesta transparencia, nos resultará útil que aquello que publiquemos no lo hagamos bajo una denominación demasiado críptica sino que reflejemos desde un principio un título de proyecto bloguero que tanto en este punto como en los futuros ciclos de veteranía pueda tener continuidad, contemplando que en tales ciclos de madurez cabrá un mayor nivel de transparencia incluyendo lo que concierne a la autoría. En cuanto a compartir lo de los demás, está bien rehuir igualmente de aquellos contenidos que procedan de autorías altamente crípticas, pues esta clase de autorías no inspira confianza, lo cual puede derivar en que la poca o mucha fidelidad que hayamos conseguido, o que podamos conseguir, en cualquier público quede perjudicada al hacernos, pese a no tener relación directa alguna de autoría, intermediarios de esos contenidos de fiabilidad bloguera reducida o nula.
Por supuesto en un entorno tan inmenso y en constante actualización como es la blogosfera y toda Internet no puedes estar confirmando la plena veracidad, incluida la referente a la autoría, de todo lo que compartas, pero si te preocupas de examinar mínimamente el dominio telemático, y en su caso el perfil concreto de red social, del que procede todo contenido que vayas a compartir tendrás muchas probabilidades de estar ofreciendo en todo instante unas piezas compartidas de absoluta calidad. En cuanto a tu propia identidad en una situación de transparencia modesta, deberás esmerarte en ofrecer suficiente calidad mínima como para que en los demás inspires esa misma certeza de que con lo tuyo están accediendo a buenos y fiables contenidos.
Con discreción
Identificar debidamente la autoría de cualquier pieza no está reñido con que determinada autoría pueda no corresponder con el nombre de pila y el apellido o apellidos de un individuo o de varios, según tal autoría sea respectivamente individual o grupal. La firma bajo denominaciones de grupo en conjunto, bajo seudónimos ya sean individuales o grupales, y demás eventuales fórmulas son también válidas en cuanto a una autoría calificable de clara y se corresponden con diferentes grados de la transparencia que se haya querido dar a tal autoría desde el mismo origen.
Un elevado grado de transparencia resulta muy pertinente, y hasta inevitable, en proyectos, sean blogs o de otra clase parecida, que estén en su etapa de veteranía avanzada; tanto es así que la notable transparencia es incluso, si no siempre, sí en numerosas ocasiones, una vía por la que precisamente llegar a esta veteranía avanzada, ya que es muestra de plena sinceridad respecto a cualquier público, en especial el que ya sea fiel. Y un aspecto marcadamente destacado en un nivel tal de transparencia es que se dé a conocer por sí mismo y en primerísima persona cualquiera que esté detrás de la elaboración de la iniciativa de la que se trate. Hasta llegar a ese punto, actuar con discreción y, por tanto, con un nivel de transparencia menor, es una buena medida a adoptar, si bien algún mínimamente fiable tipo de firma o de atribución debemos procurar proporcionar siempre en todo contenido de elaboración propia o que, en cambio, compartamos de otros. Mientras procedamos con niveles modestos de transparencia contamos con la enorme ventaja, si la sabemos aprovechar, de favorecer que el proyecto en sí gane en buena fama por sí mismo y no ligado en particular a una persona, o a un equipo, que quizá por querer darse a conocer demasiado pronto con plena transparencia dé, aun sin quererlo, una impresión de extremo afán por centrar el posible éxito en tal persona o tal equipo, lo cual no sólo no reporta nada positivo en un primer momento ni al proyecto ni a la autoría, sino que muy probablemente dificulte, por causar rechazo a nivel de cualquier público, la llegada a ciclos veteranos, en los que ya no habría inconveniente en, y hasta sería recomendable, aplicar una transparencia al completo.
La discreción en cuanto a la identificación de la autoría es una buena medida para que hagas crecer con el debido buen ritmo prácticamente cualquier clase de proyecto, en especial en lo referente a tus contenidos propios. A medida que tu iniciativa, en particular si es de tipo bloguero o similar, vaya profundizando en una mínima trayectoria de madurez, no dejes de lado la conveniencia de darte a conocer, sea a título individual o formando parte de un grupo y junto a los demás integrantes, de manera altamente transparente. En cuanto a contenidos ajenos que compartas a lo largo de toda tu trayectoria emprendedora y de proyecto, procura encontrar un buen equilibrio entre los de proyectos maduros, y por tanto en general muy transparentes, e incipientes, y en este sentido probablemente menos transparentes.
Un elevado grado de transparencia resulta muy pertinente, y hasta inevitable, en proyectos, sean blogs o de otra clase parecida, que estén en su etapa de veteranía avanzada; tanto es así que la notable transparencia es incluso, si no siempre, sí en numerosas ocasiones, una vía por la que precisamente llegar a esta veteranía avanzada, ya que es muestra de plena sinceridad respecto a cualquier público, en especial el que ya sea fiel. Y un aspecto marcadamente destacado en un nivel tal de transparencia es que se dé a conocer por sí mismo y en primerísima persona cualquiera que esté detrás de la elaboración de la iniciativa de la que se trate. Hasta llegar a ese punto, actuar con discreción y, por tanto, con un nivel de transparencia menor, es una buena medida a adoptar, si bien algún mínimamente fiable tipo de firma o de atribución debemos procurar proporcionar siempre en todo contenido de elaboración propia o que, en cambio, compartamos de otros. Mientras procedamos con niveles modestos de transparencia contamos con la enorme ventaja, si la sabemos aprovechar, de favorecer que el proyecto en sí gane en buena fama por sí mismo y no ligado en particular a una persona, o a un equipo, que quizá por querer darse a conocer demasiado pronto con plena transparencia dé, aun sin quererlo, una impresión de extremo afán por centrar el posible éxito en tal persona o tal equipo, lo cual no sólo no reporta nada positivo en un primer momento ni al proyecto ni a la autoría, sino que muy probablemente dificulte, por causar rechazo a nivel de cualquier público, la llegada a ciclos veteranos, en los que ya no habría inconveniente en, y hasta sería recomendable, aplicar una transparencia al completo.
La discreción en cuanto a la identificación de la autoría es una buena medida para que hagas crecer con el debido buen ritmo prácticamente cualquier clase de proyecto, en especial en lo referente a tus contenidos propios. A medida que tu iniciativa, en particular si es de tipo bloguero o similar, vaya profundizando en una mínima trayectoria de madurez, no dejes de lado la conveniencia de darte a conocer, sea a título individual o formando parte de un grupo y junto a los demás integrantes, de manera altamente transparente. En cuanto a contenidos ajenos que compartas a lo largo de toda tu trayectoria emprendedora y de proyecto, procura encontrar un buen equilibrio entre los de proyectos maduros, y por tanto en general muy transparentes, e incipientes, y en este sentido probablemente menos transparentes.
Autoría clara
Lo que contribuye a no caer en lo caótico, ni siquiera en lo confuso, en la medida en que se combinen varios contenidos, y más si son de diferentes formatos, en un blog u otra clase de vía comunicativa más o menos similar, no es sola y exclusivamente la mínima relación que se otorgue a todo lo combinado. Que cada contenido quede en cuanto a su autoría correctamente identificado, o que por lo menos sea fácil de ser identificable, es de suma importancia.
Debido a la extrema facilidad con la que en el entorno telemático, y por tanto en la blogosfera, nos resulta viable compartir contenidos, lo que tenemos que procurar a toda costa es que en la medida en la que ofrecemos, tal y como es recomendable, tanto contenido propio como ajeno, no haya confusión en cuanto a la autoría de todo aquello que publiquemos. Una autoría clara en todo lo que difundamos es signo de preocupación por ofrecer a todo público unos contenidos fiables y rigurosos, lo cual contribuirá a que el blog gane en un mínimo respeto y reconocimiento. Cuando en nuestro blog no queda claro de quién es qué, estamos haciendo que cualquiera de cualquier público que nos visite acabe desinformado en un aspecto que, si bien podemos encuadrar en la categoría de detalle, no deja de ser un detalle importante. Evitemos que una falsa y extrema sensación de que en Internet en general, y en la blogosfera en particular, todo es de todos nos invada en nuestra producción y difusión de contenidos, pues de lo contrario la interactividad por la que generemos tal producción y difusión no nos beneficiará en que haya interactividad respecto a nosotros, ya que con toda probabilidad nos acabemos ganando mala fama por causar sensación de atribuirnos deliberadamente la autoría de aquello que no nos pertenezca, por mucho que esté libre y gratuitamente accesible. La clave de todo está en la idea de compartir: un de por sí bonito concepto pero que si no nos preocupamos de poner debidamente en práctica puede que, en lo internáutico e incluso sin darnos cuenta, deformemos hasta los límites de lo que implica usurpar.
Siempre que en particular las prisas te tienten a saltarte un detalle tan remarcable como el de reflejar la autoría de algo ajeno que compartas en tu blog, recuerda que si alguien se atribuyera lo que has hecho tú, o que como mínimo no lo dejase claro, tampoco te gustaría. No deja de ser todo esto, en definitiva, un ejercicio por el que, si te preocupas en cuanto a la autoría clara en lo que publiques, tienes opción de erosionar todo peligro de caer en una actitud egocéntrica, falsa e impostora.
Debido a la extrema facilidad con la que en el entorno telemático, y por tanto en la blogosfera, nos resulta viable compartir contenidos, lo que tenemos que procurar a toda costa es que en la medida en la que ofrecemos, tal y como es recomendable, tanto contenido propio como ajeno, no haya confusión en cuanto a la autoría de todo aquello que publiquemos. Una autoría clara en todo lo que difundamos es signo de preocupación por ofrecer a todo público unos contenidos fiables y rigurosos, lo cual contribuirá a que el blog gane en un mínimo respeto y reconocimiento. Cuando en nuestro blog no queda claro de quién es qué, estamos haciendo que cualquiera de cualquier público que nos visite acabe desinformado en un aspecto que, si bien podemos encuadrar en la categoría de detalle, no deja de ser un detalle importante. Evitemos que una falsa y extrema sensación de que en Internet en general, y en la blogosfera en particular, todo es de todos nos invada en nuestra producción y difusión de contenidos, pues de lo contrario la interactividad por la que generemos tal producción y difusión no nos beneficiará en que haya interactividad respecto a nosotros, ya que con toda probabilidad nos acabemos ganando mala fama por causar sensación de atribuirnos deliberadamente la autoría de aquello que no nos pertenezca, por mucho que esté libre y gratuitamente accesible. La clave de todo está en la idea de compartir: un de por sí bonito concepto pero que si no nos preocupamos de poner debidamente en práctica puede que, en lo internáutico e incluso sin darnos cuenta, deformemos hasta los límites de lo que implica usurpar.
Siempre que en particular las prisas te tienten a saltarte un detalle tan remarcable como el de reflejar la autoría de algo ajeno que compartas en tu blog, recuerda que si alguien se atribuyera lo que has hecho tú, o que como mínimo no lo dejase claro, tampoco te gustaría. No deja de ser todo esto, en definitiva, un ejercicio por el que, si te preocupas en cuanto a la autoría clara en lo que publiques, tienes opción de erosionar todo peligro de caer en una actitud egocéntrica, falsa e impostora.
Desarrollando un multimediático estilo
El autor multimedia se erige como una nueva clase de autor polifacético, potencialmente por lo menos. Aun dedicándose a un único formato mediático, el autor de contenidos, tanto personales como impersonales, por medio de recursos informáticos está ya en la dimensión de lo multimedia y si bien puede optar por una línea especializada en cuanto a formato comunicativo, otros quizá aprovechen lo que aporta para, legal y debidamente compartido, combinarlo con otros contenidos multimedia.
A lo largo de la trayectoria emprendedora de cada cual, de entrada cabe la recomendación de que en ciclos iniciales el estilo que por medios informáticos, y en especial telemáticos, desarrollemos vaya primero más en una dirección de una temática concreta y común a todo formato al que recurramos, para que a medida que nos adentremos en ciclos de madurez, vayamos diversificando, si así lo estimamos oportuno, la temática según el formato abordado. Esto va muy especialmente bien para todos los que ya formen parte como mínimo de la primera generación plenamente blóguer, pero en el caso de generaciones previas y entre las que cierta gente ya disponga de una dilatada trayectoria en otros modos de comunicación variados y enfocados asimismo a variadas temáticas según cada modo, el salto a lo telemático, y en concreto a la blogosfera, convendrá muy probablemente que respete tales variedades para que no se pierda continuidad entre lo hecho antes y después de lo propiamente multimedia. A partir de ahí y una vez completa la adaptación a lo informático, seguir desarrollando un multimediático estilo será la mejor manera de mantener tal continuidad, sin perjuicio de que optemos para aprovechar precisamente las características de lo multimedia en pro de una eventual línea temática más común a todos los formatos que sigamos utilizando. De una adecuada transición de lo desarrollado antes hacia lo desarrollado mediante lo multimedia dependerá en buena medida que a nivel de público, o públicos, mantengamos lo que hayamos podido ganar sin lo multimedia al tiempo que pasamos a ganar interés entre audiencias propiamente telemáticas.
Hacer lo posible por mantener interesados en lo que hayas ofrecido sin lo multimedia mientras consigues generar interés en navegantes internáuticos resulta de gran relevancia puesto que no sólo habrá gente que pertenezca sólo a una u otra clase de público, sino que de los primeros habrá una notable parte que derivará, o que ya habrá derivado, en los segundos. A la aparición del polifacetismo de producción multimedia la acompaña la aparición de un, por lo menos también potencial, individuo lector multiformato.
A lo largo de la trayectoria emprendedora de cada cual, de entrada cabe la recomendación de que en ciclos iniciales el estilo que por medios informáticos, y en especial telemáticos, desarrollemos vaya primero más en una dirección de una temática concreta y común a todo formato al que recurramos, para que a medida que nos adentremos en ciclos de madurez, vayamos diversificando, si así lo estimamos oportuno, la temática según el formato abordado. Esto va muy especialmente bien para todos los que ya formen parte como mínimo de la primera generación plenamente blóguer, pero en el caso de generaciones previas y entre las que cierta gente ya disponga de una dilatada trayectoria en otros modos de comunicación variados y enfocados asimismo a variadas temáticas según cada modo, el salto a lo telemático, y en concreto a la blogosfera, convendrá muy probablemente que respete tales variedades para que no se pierda continuidad entre lo hecho antes y después de lo propiamente multimedia. A partir de ahí y una vez completa la adaptación a lo informático, seguir desarrollando un multimediático estilo será la mejor manera de mantener tal continuidad, sin perjuicio de que optemos para aprovechar precisamente las características de lo multimedia en pro de una eventual línea temática más común a todos los formatos que sigamos utilizando. De una adecuada transición de lo desarrollado antes hacia lo desarrollado mediante lo multimedia dependerá en buena medida que a nivel de público, o públicos, mantengamos lo que hayamos podido ganar sin lo multimedia al tiempo que pasamos a ganar interés entre audiencias propiamente telemáticas.
Hacer lo posible por mantener interesados en lo que hayas ofrecido sin lo multimedia mientras consigues generar interés en navegantes internáuticos resulta de gran relevancia puesto que no sólo habrá gente que pertenezca sólo a una u otra clase de público, sino que de los primeros habrá una notable parte que derivará, o que ya habrá derivado, en los segundos. A la aparición del polifacetismo de producción multimedia la acompaña la aparición de un, por lo menos también potencial, individuo lector multiformato.
Leer multimedia
Con la eclosión de lo multimedia se hace más coherente que nunca concebir, o por lo menos intentar concebir, una metodología que permita analizar el ámbito de la comunicación en los términos más genéricos y aglutinadores que sean posibles. Una amplia perspectiva que conlleve la generalización conceptual de cuestiones relacionadas con lo comunicativo hasta donde se pueda independientemente de los formatos, facilitará una transversalidad en cuanto a muchos aspectos que incluso hasta hoy se han concebido, o se han tenido que concebir, por separado.
Aunque la combinación de formatos no es única y exclusiva de la era digital, el multimedia deriva en la conveniencia, y la casi condición inevitable, de una mayor costumbre en cuanto a leer contenidos combinados de muy diferentes formatos, si bien, en función de la autonomía de la que a cada contenido específico dote el autor multimedia, cada uno de los contenidos específicos en cuestión podrá leerse en mayor o en menor medida por separado. No está de más incidir en la conveniencia de que, por mucho que cada contenido pueda tener su significado único y particular, conviene que en pro de no caer en lo caótico, procuremos ofrecer en nuestro blog, u otra vía comunicativa más o menos multimedia, una mínima relación a todo lo que combinemos. Igual que la producción multimedia, leer multimedia es, además de una costumbre, una habilidad que desarrollaremos a lo largo de nuestra trayectoria de navegantes por lo internáutico en general y por la blogosfera en particular, pero también, e incluso más, en función de nuestra trayectoria emprendedora blóguer en general y de la trayectoria de todo proyecto bloguero específico que desarrollemos. A mayor veteranía bloguera seremos más capaces de interpretar mejor todo lo multimedia que leamos de los demás y tendremos mayor habilidad de, leyendo cuantas veces haga falta lo que vayamos a publicar, determinar si lo que ofrecemos permitirá tener más o menos a cualquiera una lectura enriquecedora y, asimismo, una vez publicado, lo revisaremos todo mejor para determinar posibles mejoras en futuras ocasiones.
Si aventurarte a la práctica de diferentes formatos te resulta complicado por las particularidades de cada formato, ten en consideración que precisamente con lo multimedia puedes mejor que nunca apreciar las afinidades de cada modo comunicativo. Aunque en la práctica un procesador de texto y un editor de imagen, de audio o de vídeo siempre tendrán cada uno de ellos sus particularidades, puedes cultivar por lo menos en el plano teórico una perspectiva de conjunto concibiendo lo textual más allá de lo alfanumérico.
Aunque la combinación de formatos no es única y exclusiva de la era digital, el multimedia deriva en la conveniencia, y la casi condición inevitable, de una mayor costumbre en cuanto a leer contenidos combinados de muy diferentes formatos, si bien, en función de la autonomía de la que a cada contenido específico dote el autor multimedia, cada uno de los contenidos específicos en cuestión podrá leerse en mayor o en menor medida por separado. No está de más incidir en la conveniencia de que, por mucho que cada contenido pueda tener su significado único y particular, conviene que en pro de no caer en lo caótico, procuremos ofrecer en nuestro blog, u otra vía comunicativa más o menos multimedia, una mínima relación a todo lo que combinemos. Igual que la producción multimedia, leer multimedia es, además de una costumbre, una habilidad que desarrollaremos a lo largo de nuestra trayectoria de navegantes por lo internáutico en general y por la blogosfera en particular, pero también, e incluso más, en función de nuestra trayectoria emprendedora blóguer en general y de la trayectoria de todo proyecto bloguero específico que desarrollemos. A mayor veteranía bloguera seremos más capaces de interpretar mejor todo lo multimedia que leamos de los demás y tendremos mayor habilidad de, leyendo cuantas veces haga falta lo que vayamos a publicar, determinar si lo que ofrecemos permitirá tener más o menos a cualquiera una lectura enriquecedora y, asimismo, una vez publicado, lo revisaremos todo mejor para determinar posibles mejoras en futuras ocasiones.
Si aventurarte a la práctica de diferentes formatos te resulta complicado por las particularidades de cada formato, ten en consideración que precisamente con lo multimedia puedes mejor que nunca apreciar las afinidades de cada modo comunicativo. Aunque en la práctica un procesador de texto y un editor de imagen, de audio o de vídeo siempre tendrán cada uno de ellos sus particularidades, puedes cultivar por lo menos en el plano teórico una perspectiva de conjunto concibiendo lo textual más allá de lo alfanumérico.
Una lectura enriquecedora
Sin un contexto, un texto es como un cuerpo sin alma. Ante un cúmulo de elementos que, aun pudiendo tener algún sentido individualmente, no tienen significado alguno en conjunto, el texto del que se trate y en el formato que sea no será más que un amasijo de significantes mal dispuestos y carentes de toda opción de crear un mínimo impacto en el interés de cualquier público.
En cierto modo, la síntesis tal y como la concebimos no deja de disponer de un enfoque acortador: aunque no tenga por qué implicar en el plano estrictamente textual un acortamiento, nuestra idea de síntesis sí implica una delimitación en el plano contextual. Mediante tal acotación del contexto, aprovechándonos pertinentemente, y entre otros aspectos, del ahorro en significantes que la polisemia permite, nos conducimos a un eficiente resultado en relación a conseguir que el significado global de lo que expresemos produzca una lectura enriquecedora en nuestro público, o nuestros públicos, se trate del formato mediático del que se trate el que hayamos empleado. De la acertada síntesis contextual que compongamos en forma concreta de texto, pero del formato que sea y entendiendo así pues texto más allá del sentido alfanumérico, derivará precisamente un texto con un determinado orden y con una determinada extensión, todo lo cual contribuirá a hacer más fluida la interactividad que pueda producirse con cualquiera a quien consigamos transmitir lo que expresemos. Un texto mínimamente bien sintetizado está por lo menos dotado de su debido contexto, lo cual le confiere alma o, en términos un tanto menos espirituales, capacidad de ser comprendido, de calar hondo en el entendimiento del otro y, en su caso, generar una sana interactividad bidireccional.
Cuestiones puramente estéticas, en el formato que sea, no dejan de conllevar en todo momento una importancia relevante; sin embargo, con toda probabilidad la belleza externa de un contenido cualquiera que publiques no va a resultarte por sí sola, por lo menos a largo plazo, un soporte único y suficiente como para crear una audiencia fidelizada. Incluso a la más elevada belleza exterior en cualquier forma expresiva, le va bien que la contextualices para que se la pueda apreciar en profundidad.
En cierto modo, la síntesis tal y como la concebimos no deja de disponer de un enfoque acortador: aunque no tenga por qué implicar en el plano estrictamente textual un acortamiento, nuestra idea de síntesis sí implica una delimitación en el plano contextual. Mediante tal acotación del contexto, aprovechándonos pertinentemente, y entre otros aspectos, del ahorro en significantes que la polisemia permite, nos conducimos a un eficiente resultado en relación a conseguir que el significado global de lo que expresemos produzca una lectura enriquecedora en nuestro público, o nuestros públicos, se trate del formato mediático del que se trate el que hayamos empleado. De la acertada síntesis contextual que compongamos en forma concreta de texto, pero del formato que sea y entendiendo así pues texto más allá del sentido alfanumérico, derivará precisamente un texto con un determinado orden y con una determinada extensión, todo lo cual contribuirá a hacer más fluida la interactividad que pueda producirse con cualquiera a quien consigamos transmitir lo que expresemos. Un texto mínimamente bien sintetizado está por lo menos dotado de su debido contexto, lo cual le confiere alma o, en términos un tanto menos espirituales, capacidad de ser comprendido, de calar hondo en el entendimiento del otro y, en su caso, generar una sana interactividad bidireccional.
Cuestiones puramente estéticas, en el formato que sea, no dejan de conllevar en todo momento una importancia relevante; sin embargo, con toda probabilidad la belleza externa de un contenido cualquiera que publiques no va a resultarte por sí sola, por lo menos a largo plazo, un soporte único y suficiente como para crear una audiencia fidelizada. Incluso a la más elevada belleza exterior en cualquier forma expresiva, le va bien que la contextualices para que se la pueda apreciar en profundidad.
Texto sin contexto
Dependiendo de la perspectiva, la condición no evidenciable de un contexto podrá ser o no, además de relativa, absoluta. Un contexto no evidenciable de manera absoluta sería propio de dimensiones del nivel abstracto más alto, mientras que uno no evidenciable de manera relativa es todo el que, siendo siempre evidenciable, ello depende de las capacidades de cada cual para percatarse de la evidencia contextual.
En nuestra concepción de lo que son los contextos, son siempre evidenciables, si bien de manera relativa. Puede, sin embargo, que nos encontremos ante un texto sin contexto, lo cual no conlleva por fuerza que no sea posible existencia alguna de un determinado contexto, sino que un determinado texto, tomando aquí el texto de la misma manera genérica que la idea de contexto, no está dispuesto de la manera conveniente, o sea, no está bien sintetizado, por lo que no hay en esencia ni el orden ni la extensión con que se permita una interpretación coherente de por lo menos buena parte del texto del que se trate. Resulta útil, en este sentido, generalizar más allá del lenguaje alfanumérico el alcance de lo que texto implica, a lo menos dentro del ámbito de la comunicación incluyendo la blogosfera y atribuyendo a texto una dimensión tan amplia como la contextual. Por tanto, todo contenido multimedia bien construido y bien transmitido tiene un contexto evidenciable de manera relativa; si el contexto no es evidenciable para nadie, estamos ante un texto sin contexto, en definitiva ante un contexto ausente o nulo, pero en ningún caso estaremos ante un contexto no evidenciable de manera absoluta, pues eso sería propio de que concibiésemos lo contextual en dimensiones asensoriales. Dentro de la manera relativa en la que todo contexto es evidenciable, la evidencia se manifestará más y mejor en base a las capacidades que prácticamente cualquiera suele desarrollar a lo largo de su trayectoria tras una dilatada y variada experiencia.
Resulta apropiado en numerosas ocasiones, en particular cuando trates de analizar el ámbito de la comunicación en su conjunto, extrapolar la noción no sólo de texto, sino la de lectura, igual que con la idea de contexto suele ocurrir en general. Al considerar que no sólo lees textos en el sentido alfanumérico, sino textos refiriéndote a otros formatos mediáticos, te resulta más sencillo hacer referencia a cuestiones que afecten al ámbito de la comunicación en su más amplio alcance.
En nuestra concepción de lo que son los contextos, son siempre evidenciables, si bien de manera relativa. Puede, sin embargo, que nos encontremos ante un texto sin contexto, lo cual no conlleva por fuerza que no sea posible existencia alguna de un determinado contexto, sino que un determinado texto, tomando aquí el texto de la misma manera genérica que la idea de contexto, no está dispuesto de la manera conveniente, o sea, no está bien sintetizado, por lo que no hay en esencia ni el orden ni la extensión con que se permita una interpretación coherente de por lo menos buena parte del texto del que se trate. Resulta útil, en este sentido, generalizar más allá del lenguaje alfanumérico el alcance de lo que texto implica, a lo menos dentro del ámbito de la comunicación incluyendo la blogosfera y atribuyendo a texto una dimensión tan amplia como la contextual. Por tanto, todo contenido multimedia bien construido y bien transmitido tiene un contexto evidenciable de manera relativa; si el contexto no es evidenciable para nadie, estamos ante un texto sin contexto, en definitiva ante un contexto ausente o nulo, pero en ningún caso estaremos ante un contexto no evidenciable de manera absoluta, pues eso sería propio de que concibiésemos lo contextual en dimensiones asensoriales. Dentro de la manera relativa en la que todo contexto es evidenciable, la evidencia se manifestará más y mejor en base a las capacidades que prácticamente cualquiera suele desarrollar a lo largo de su trayectoria tras una dilatada y variada experiencia.
Resulta apropiado en numerosas ocasiones, en particular cuando trates de analizar el ámbito de la comunicación en su conjunto, extrapolar la noción no sólo de texto, sino la de lectura, igual que con la idea de contexto suele ocurrir en general. Al considerar que no sólo lees textos en el sentido alfanumérico, sino textos refiriéndote a otros formatos mediáticos, te resulta más sencillo hacer referencia a cuestiones que afecten al ámbito de la comunicación en su más amplio alcance.
¿Un contexto no evidenciable?
Según desde qué concepción se abordan los contextos, la constancia evidenciable que de ellos se tenga puede que, por un lado, pese a considerarse que siempre existe, dependa de en base a qué capacidades tenga alguien para apreciarla, o que, por otro lado, en ocasiones no exista en absoluto. Entonces, ¿un contexto no evidenciable? ¿Es eso posible? Sí, cuando se considere que los contextos son también aplicables a realidades del nivel abstracto más alto.
Puesto que desde nuestra perspectiva los contextos pertenecen a la clase de dimensiones de las que tenemos constancia por derivar en o ser consecuencia de hechos evidenciables, cuando nos referimos a contextos de los que pueda haber constancia evidenciable no estamos dando por descontado que puedan haber contextos sin tal constancia en absoluto, sino que de los contextos referidos alguien en concreto pueda tener la capacidad de apreciar tal constancia debido a determinados factores que se lo permitan. La constancia de todo contexto, bajo nuestro parecer, siempre será potencialmente evidenciable, pero cuestión aparte es que incluso en las mismas circunstancias alguien sea más capaz que otro de apreciar tal constancia evidenciable. En un blog, bien podemos, en función de los ciclos de la trayectoria de cualquier blóguer, percatarnos de que, tomando los contextos por siempre evidenciables, hay para quien puede haber efectivamente tal constancia evidenciable y para quien no: un blóguer potencial o primerizo tendrá con toda probabilidad mayor dificultad para determinar el contexto que haya en cualquier contenido concreto publicado y en todo un blog en conjunto, mientras que para un blóguer experto, la amplia variedad de conocimiento en cuanto blogs le permitirá que para él sí pueda haber constancia evidenciable del contexto directo que sea en prácticamente cualquier blog. Aunque la constancia evidenciable de todo contexto siempre sea factible, influirán las capacidades propias y particulares de cada cual para percatarse de la constancia evidenciable contextual de la que se trate.
El consumo de diferentes contenidos blogueros te permitirá, al contrastarlos con tus ideas, crear un contexto propio y original antes de lanzarte a la publicación cuando estés en tus ciclos preliminares o incipientes de trayectoria bloguera. Al ser experto, y aun pudiendo permitirte recurrir constantemente a la autoinspiración, dejar de lado por completo el consumir contenidos de los demás te hará correr un serio riesgo de cerrarte a lo que otros puedan aportarte en cuanto a ideas inspiradoras y puede que, por ausencia de contrastar con lo que los demás hagan, acabes cometiendo el mismo error de repetir y tener poca originalidad contextual que cometería un en exceso impulsivo primerizo blóguer.
Puesto que desde nuestra perspectiva los contextos pertenecen a la clase de dimensiones de las que tenemos constancia por derivar en o ser consecuencia de hechos evidenciables, cuando nos referimos a contextos de los que pueda haber constancia evidenciable no estamos dando por descontado que puedan haber contextos sin tal constancia en absoluto, sino que de los contextos referidos alguien en concreto pueda tener la capacidad de apreciar tal constancia debido a determinados factores que se lo permitan. La constancia de todo contexto, bajo nuestro parecer, siempre será potencialmente evidenciable, pero cuestión aparte es que incluso en las mismas circunstancias alguien sea más capaz que otro de apreciar tal constancia evidenciable. En un blog, bien podemos, en función de los ciclos de la trayectoria de cualquier blóguer, percatarnos de que, tomando los contextos por siempre evidenciables, hay para quien puede haber efectivamente tal constancia evidenciable y para quien no: un blóguer potencial o primerizo tendrá con toda probabilidad mayor dificultad para determinar el contexto que haya en cualquier contenido concreto publicado y en todo un blog en conjunto, mientras que para un blóguer experto, la amplia variedad de conocimiento en cuanto blogs le permitirá que para él sí pueda haber constancia evidenciable del contexto directo que sea en prácticamente cualquier blog. Aunque la constancia evidenciable de todo contexto siempre sea factible, influirán las capacidades propias y particulares de cada cual para percatarse de la constancia evidenciable contextual de la que se trate.
El consumo de diferentes contenidos blogueros te permitirá, al contrastarlos con tus ideas, crear un contexto propio y original antes de lanzarte a la publicación cuando estés en tus ciclos preliminares o incipientes de trayectoria bloguera. Al ser experto, y aun pudiendo permitirte recurrir constantemente a la autoinspiración, dejar de lado por completo el consumir contenidos de los demás te hará correr un serio riesgo de cerrarte a lo que otros puedan aportarte en cuanto a ideas inspiradoras y puede que, por ausencia de contrastar con lo que los demás hagan, acabes cometiendo el mismo error de repetir y tener poca originalidad contextual que cometería un en exceso impulsivo primerizo blóguer.
De arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba
En el campo específico de la blogosfera, y por extensión de todo lo telemático y otros afines, la interactividad es algo concreto porque se manifiesta pudiendo ser apreciable directamente a los sentidos. La interactividad abstracta, por su lado, puede caracterizarse tanto por ser entre eventuales dimensiones tan abstractas que no podemos tener constancia evidente de que existan, como por ser entre dimensiones abstractas de las que tenemos constancia por derivar en o ser consecuencia de hechos evidenciables.
Los contextos, por lo menos desde nuestra perspectiva, pertenecen a esa clase de dimensiones de las que tenemos constancia por derivar en o ser consecuencia de hechos evidenciables: cuando derivan en hechos evidenciables ocurre que los hechos están más condicionados por los contextos que los contextos por los hechos, mientras que cuando son consecuencia ocurre lo contrario. Dentro de la blogosfera, la implicación más directa a lo que nos lleva esto consiste en distinguir respectivamente entre las plataformas blogueras genéricas y las particulares: mientras que en las plataformas blogueras genéricas, el marco general en el que desarrollar cualquier blog, por mucha variedad de plantillas que nos ofrezcan, condicionará en gran medida el conjunto de elementos finales que conformen nuestro blog, en las plataformas particulares ocurrirá a la inversa y tendremos por lo tanto, con el debido conocimiento de arquitectura de blogs, la capacidad para, en base a elementos específicos que nos interesen, hacer que tome forma el diseño de conjunto del blog que queramos. Así pues, en las plataformas genéricas el contexto, que a nivel directo ya viene proporcionado en cuanto a su dimensión más amplia, determina más a los elementos que los elementos a ese contexto directo; cualquier plataforma particular que tengamos ocasión de emprender, nos permitirá, si así lo deseamos, hacer que el macrocontexto directo del blog que en ella alberguemos se forme, por así denominarlo, más de abajo hacia arriba: esto es, más desde los elementos específicos al ámbito general.
Que la dinámica entre contextos de los que pueda haber constancia evidenciable sea más de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba tiene fácil distinción en la blogosfera, pero otras dimensiones de la existencia tienen entre contextos unas dinámicas de interactividad que no están tan claras y que, según los casos, derivan en situaciones en mayor o en menor medida conflictivas. Una buena opción que puedes emprender si observas tales dinámicas en otras dimensiones y que no hayan tenido hasta hoy demasiado eco es la de precisamente emplear un blog para explicarlo.
Los contextos, por lo menos desde nuestra perspectiva, pertenecen a esa clase de dimensiones de las que tenemos constancia por derivar en o ser consecuencia de hechos evidenciables: cuando derivan en hechos evidenciables ocurre que los hechos están más condicionados por los contextos que los contextos por los hechos, mientras que cuando son consecuencia ocurre lo contrario. Dentro de la blogosfera, la implicación más directa a lo que nos lleva esto consiste en distinguir respectivamente entre las plataformas blogueras genéricas y las particulares: mientras que en las plataformas blogueras genéricas, el marco general en el que desarrollar cualquier blog, por mucha variedad de plantillas que nos ofrezcan, condicionará en gran medida el conjunto de elementos finales que conformen nuestro blog, en las plataformas particulares ocurrirá a la inversa y tendremos por lo tanto, con el debido conocimiento de arquitectura de blogs, la capacidad para, en base a elementos específicos que nos interesen, hacer que tome forma el diseño de conjunto del blog que queramos. Así pues, en las plataformas genéricas el contexto, que a nivel directo ya viene proporcionado en cuanto a su dimensión más amplia, determina más a los elementos que los elementos a ese contexto directo; cualquier plataforma particular que tengamos ocasión de emprender, nos permitirá, si así lo deseamos, hacer que el macrocontexto directo del blog que en ella alberguemos se forme, por así denominarlo, más de abajo hacia arriba: esto es, más desde los elementos específicos al ámbito general.
Que la dinámica entre contextos de los que pueda haber constancia evidenciable sea más de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba tiene fácil distinción en la blogosfera, pero otras dimensiones de la existencia tienen entre contextos unas dinámicas de interactividad que no están tan claras y que, según los casos, derivan en situaciones en mayor o en menor medida conflictivas. Una buena opción que puedes emprender si observas tales dinámicas en otras dimensiones y que no hayan tenido hasta hoy demasiado eco es la de precisamente emplear un blog para explicarlo.
Cuando la interactividad es abstracta
La interactividad que cualquiera por lo común concibe, en particular en la blogosfera y siendo uni o bidireccional, es una interactividad entre sujetos concretos, se trate de sujetos con o sin conciencia vital. En tanto que la interactividad no es un concepto ni una práctica de exclusiva pertenencia al ámbito blóguer ni a toda la informática, puede apreciarse que hay otras dimensiones en las que los sujetos interactúan condicionando interactividades a nivel abstracto, como por ejemplo la de los contextos.
Mediante la macrocomposición que lo multimedia permite, el respectivo contexto más directo de todo contenido unimedia se complementa con el respectivo contexto más directo de los demás contenidos con los que lo acompañemos, lo cual nos hace constatar que la manera en la que sujetos, en este caso contenidos o sencillamente elementos, se combinan puede condicionar el contexto genérico del blog en el que hayamos incluido tales elementos. Asimismo, el contexto genérico que hayamos más o menos elaborado nosotros mismos y en mayor o en menor medida de manera individual o grupal, hace que orientemos de algún modo la composición de los elementos que vayamos a incluir y por tanto de los respectivos contextos más directos combinados. Con el nivel contextual indirecto y el directo, en sus dimensiones más amplias, pasa lo mismo que respectivamente con la macrocomposición de un blog y el contexto más directo de cada uno de los contenidos que en tal blog publiquemos: ambos estratos pueden estar mejor o peor ajustados entre sí y con ello queda condicionado su resultado mutuo y efectivo. Según los elementos concretos, o sea sensoriales, de cada nivel estén combinados, se deriva una relación, una interactividad de hecho, entre contextos, y en este sentido una relación en esencia abstracta. De este modo estamos en condición de apreciar que cuando la interactividad es abstracta estamos abordando campos como el de los contextos pero que no dejan de estar directamente vinculados a cómo se combinen los sujetos, a veces simplemente elementos, de naturaleza concreta y del todo sensorial.
En cuanto a interactividad entre contextos, pese a que los constituyan sujetos concretos con o sin vida, los contextos en sí no dejan de ser constructos abstractos y respecto a la interactividad de los cuales debes contemplarla en tanto que unidireccional, igual que la interactividad entre contenidos de una misma combinación multimedia. Si hay un gran desajuste entre una obra del formato o multiformato que sea y su contexto más indirecto es cuando tal obra corre un notable riesgo de ser poco o nada valorada, teniendo, en su caso, que dejar en el rescate contextual toda esperanza de darse a conocer.
Mediante la macrocomposición que lo multimedia permite, el respectivo contexto más directo de todo contenido unimedia se complementa con el respectivo contexto más directo de los demás contenidos con los que lo acompañemos, lo cual nos hace constatar que la manera en la que sujetos, en este caso contenidos o sencillamente elementos, se combinan puede condicionar el contexto genérico del blog en el que hayamos incluido tales elementos. Asimismo, el contexto genérico que hayamos más o menos elaborado nosotros mismos y en mayor o en menor medida de manera individual o grupal, hace que orientemos de algún modo la composición de los elementos que vayamos a incluir y por tanto de los respectivos contextos más directos combinados. Con el nivel contextual indirecto y el directo, en sus dimensiones más amplias, pasa lo mismo que respectivamente con la macrocomposición de un blog y el contexto más directo de cada uno de los contenidos que en tal blog publiquemos: ambos estratos pueden estar mejor o peor ajustados entre sí y con ello queda condicionado su resultado mutuo y efectivo. Según los elementos concretos, o sea sensoriales, de cada nivel estén combinados, se deriva una relación, una interactividad de hecho, entre contextos, y en este sentido una relación en esencia abstracta. De este modo estamos en condición de apreciar que cuando la interactividad es abstracta estamos abordando campos como el de los contextos pero que no dejan de estar directamente vinculados a cómo se combinen los sujetos, a veces simplemente elementos, de naturaleza concreta y del todo sensorial.
En cuanto a interactividad entre contextos, pese a que los constituyan sujetos concretos con o sin vida, los contextos en sí no dejan de ser constructos abstractos y respecto a la interactividad de los cuales debes contemplarla en tanto que unidireccional, igual que la interactividad entre contenidos de una misma combinación multimedia. Si hay un gran desajuste entre una obra del formato o multiformato que sea y su contexto más indirecto es cuando tal obra corre un notable riesgo de ser poco o nada valorada, teniendo, en su caso, que dejar en el rescate contextual toda esperanza de darse a conocer.
Rescate contextual
Es tan importante centrarse en conseguir la máxima comprensión de los coetáneos, que con ello se tiene bastante por seguro que lo que se transmita en un blog, o en prácticamente cualquier medio, tendrá cierta trascendencia histórica. No obstante, la blogosfera no es ajena a la posibilidad de que alguien a quien se le debiera considerar por lo menos algún mérito en el presente, tenga que acabar siendo valorado mediante un rescate contextual que se haga en un futuro incluso bastante lejano.
La blogosfera es también y precisamente un buen entorno en el que proceder al rescate contextual de contenidos elaborados incluso fuera de la propia blogosfera y en un pasado que quizá no tenga que ser en ocasiones demasiado remoto, por la relativa juventud de la que el entorno bloguero aún goza. Por rescate contextual nos referimos a la recuperación de todo contenido del formato que sea y cuyo desajuste entre el contexto directo y el indirecto hicieron que tal contenido no trascendiera tanto como quien lo rescate considere que debiera haber trascendido. A lo largo de la historia, los modos de difusión previos a Internet, incluidos los más modernos y que aún perduran entre nosotros en buena medida, no han dejado de hacer que ciertas obras que en su momento hubieran tenido que ser debidamente valoradas tuviesen que esperar a que se las rescatase más adelante, sea aún mediante los mismos modos de difusión a los que tales obras respectivamente correspondiesen o ya en el modo de difusión propio de Internet en general y la blogosfera en particular. Aunque el ámbito bloguero pueda parecer en ocasiones un gran desorden en el que cualquiera pueda publicar hasta lo más absurdo entre lo absurdo, no deja de representar asimismo una enorme oportunidad para que todo lo que antaño tenía, en muchas ocasiones sin merecerlo, dificultades en cuanto a difusión y reconocimiento, ahora disponga de mayor facilidad para que el mundo no se lo pierda o no tenga que esperar a un rescate contextual muy lejano en el futuro. Pero puesto que la blogosfera no es ajena a que lo genuinamente hecho en blogs tenga que esperar su turno en el futuro para ser valorado, cabe que estemos concienciados respecto a tal posibilidad y, en su caso, en la medida de lo que nos resulte factible seamos capaces de por lo menos atenuar al máximo el riesgo de tal espera.
Al emplear la blogosfera para el rescate contextual estás contribuyendo a una importante labor de ofrecer la oportunidad de darse a conocer a algo que en su momento tal vez no fue lo suficientemente reconocido. Otros blóguers en un futuro quizá hagan lo mismo con lo que publiques incluso siendo contenidos ya propiamente blogueros, pero si en verdad consideras que lo que ofreces no está suficientemente reconocido, no lo dejes del todo a lo que en un futuro que quizá no llegues a conocer deban supuestamente llevar a cabo los blóguers de esa época: haz los esfuerzos que convenga para determinar si la ausencia de tu reconocimiento es debida a algún relevante error que bien pudieras solventar ya y actúa en consecuencia entonces.
La blogosfera es también y precisamente un buen entorno en el que proceder al rescate contextual de contenidos elaborados incluso fuera de la propia blogosfera y en un pasado que quizá no tenga que ser en ocasiones demasiado remoto, por la relativa juventud de la que el entorno bloguero aún goza. Por rescate contextual nos referimos a la recuperación de todo contenido del formato que sea y cuyo desajuste entre el contexto directo y el indirecto hicieron que tal contenido no trascendiera tanto como quien lo rescate considere que debiera haber trascendido. A lo largo de la historia, los modos de difusión previos a Internet, incluidos los más modernos y que aún perduran entre nosotros en buena medida, no han dejado de hacer que ciertas obras que en su momento hubieran tenido que ser debidamente valoradas tuviesen que esperar a que se las rescatase más adelante, sea aún mediante los mismos modos de difusión a los que tales obras respectivamente correspondiesen o ya en el modo de difusión propio de Internet en general y la blogosfera en particular. Aunque el ámbito bloguero pueda parecer en ocasiones un gran desorden en el que cualquiera pueda publicar hasta lo más absurdo entre lo absurdo, no deja de representar asimismo una enorme oportunidad para que todo lo que antaño tenía, en muchas ocasiones sin merecerlo, dificultades en cuanto a difusión y reconocimiento, ahora disponga de mayor facilidad para que el mundo no se lo pierda o no tenga que esperar a un rescate contextual muy lejano en el futuro. Pero puesto que la blogosfera no es ajena a que lo genuinamente hecho en blogs tenga que esperar su turno en el futuro para ser valorado, cabe que estemos concienciados respecto a tal posibilidad y, en su caso, en la medida de lo que nos resulte factible seamos capaces de por lo menos atenuar al máximo el riesgo de tal espera.
Al emplear la blogosfera para el rescate contextual estás contribuyendo a una importante labor de ofrecer la oportunidad de darse a conocer a algo que en su momento tal vez no fue lo suficientemente reconocido. Otros blóguers en un futuro quizá hagan lo mismo con lo que publiques incluso siendo contenidos ya propiamente blogueros, pero si en verdad consideras que lo que ofreces no está suficientemente reconocido, no lo dejes del todo a lo que en un futuro que quizá no llegues a conocer deban supuestamente llevar a cabo los blóguers de esa época: haz los esfuerzos que convenga para determinar si la ausencia de tu reconocimiento es debida a algún relevante error que bien pudieras solventar ya y actúa en consecuencia entonces.
En busca del contexto perdido
Siendo el contexto directo de un mensaje lo que deriva del orden y la extensión del conjunto de componentes del propio mensaje, el contexto indirecto es el que conforma los niveles contextuales correspondientes a quien respecto al mensaje ejerza la autoría, la difusión o ambas, así como los niveles contextuales de la época en la que el contenido en cuestión es elaborado. A la libre interpretación de todo contenido, por tanto, también la limita el factor temporal.
Interpretar convenientemente un mensaje, sea del formato que sea, va a implicar que en según qué casos tengamos que ir en busca del contexto perdido, en particular cuanto más antiguo sea respecto a nuestra época el mensaje del que se trate. Por mucho que la base que delimita hasta dónde un contexto puede llegar a ser efectivo dependa del autor, o de los autores, ello va a estar condicionado no sólo a quienes reciban el mensaje en la misma época, sino a quienes puedan llegar a recibirlo en épocas futuras y que, si quieren entender a la máxima perfección posible el mensaje que sea, tendrán que disponer de un conocimiento específico que trascienda hacia atrás los parámetros de esas épocas futuras. Seguirá habiendo con toda probabilidad, igual que hoy, difusores encargados de adaptar los mensajes del pasado remoto a las futuras épocas que estén por venir, pero también seguirá siendo recomendable que cualquiera disponga de la mayor capacidad que le resulte factible en cuanto a ir al mensaje original y a la plena comprensión del correspondiente contexto tanto directo como indirecto. Los blogs del presente serán, por tanto, muy probablemente difíciles de comprender de entrada a los blóguers del futuro en la misma medida que en la actualidad a cualquiera le pueda resultar complicado entender un mensaje, y sus contextos, de hace unos cuantos siglos, o incluso de hace unas cuantas décadas. Es en esta línea que, contemplando el factor temporal de dimensión más histórica, incluso los contenidos impersonales, en los que por principio el contexto tiene que ir muy bien delimitado por el autor, acaban volcando en cierta medida la responsabilidad en el individuo receptor y en la capacidad de éste para sumergirse en los contextos directo e indirecto que en su día condicionaron la elaboración del contenido que sea.
Que quieras tener la seguridad de que lo que bloguees, o expreses por otras vías comunicativas, sea comprensible al cien por cien en cualquier época futura tiene tan pocas opciones de dar frutos como que se pretenda que la historia no cambie más en absoluto. Pese a ello, no abandones el afán por expresarte de la mejor manera posible en todo formato mediático que emplees, pues con tal abandono puede que incluso produzcas la dificultad de comprensión entre tus propios coetáneos.
Interpretar convenientemente un mensaje, sea del formato que sea, va a implicar que en según qué casos tengamos que ir en busca del contexto perdido, en particular cuanto más antiguo sea respecto a nuestra época el mensaje del que se trate. Por mucho que la base que delimita hasta dónde un contexto puede llegar a ser efectivo dependa del autor, o de los autores, ello va a estar condicionado no sólo a quienes reciban el mensaje en la misma época, sino a quienes puedan llegar a recibirlo en épocas futuras y que, si quieren entender a la máxima perfección posible el mensaje que sea, tendrán que disponer de un conocimiento específico que trascienda hacia atrás los parámetros de esas épocas futuras. Seguirá habiendo con toda probabilidad, igual que hoy, difusores encargados de adaptar los mensajes del pasado remoto a las futuras épocas que estén por venir, pero también seguirá siendo recomendable que cualquiera disponga de la mayor capacidad que le resulte factible en cuanto a ir al mensaje original y a la plena comprensión del correspondiente contexto tanto directo como indirecto. Los blogs del presente serán, por tanto, muy probablemente difíciles de comprender de entrada a los blóguers del futuro en la misma medida que en la actualidad a cualquiera le pueda resultar complicado entender un mensaje, y sus contextos, de hace unos cuantos siglos, o incluso de hace unas cuantas décadas. Es en esta línea que, contemplando el factor temporal de dimensión más histórica, incluso los contenidos impersonales, en los que por principio el contexto tiene que ir muy bien delimitado por el autor, acaban volcando en cierta medida la responsabilidad en el individuo receptor y en la capacidad de éste para sumergirse en los contextos directo e indirecto que en su día condicionaron la elaboración del contenido que sea.
Que quieras tener la seguridad de que lo que bloguees, o expreses por otras vías comunicativas, sea comprensible al cien por cien en cualquier época futura tiene tan pocas opciones de dar frutos como que se pretenda que la historia no cambie más en absoluto. Pese a ello, no abandones el afán por expresarte de la mejor manera posible en todo formato mediático que emplees, pues con tal abandono puede que incluso produzcas la dificultad de comprensión entre tus propios coetáneos.
Libre interpretación
Pese a la gran ventaja que en cuanto a ahorro de significantes implica la polisemia, confiar demasiado en el contexto para que de él se deduzca el correcto significado de todo lo que se exprese no resulta muy positivo. Incluso haciendo contenidos en los que se empleen las figuras retóricas con el fin de transmitir algo que sea artístico, conviene valorar mucho todo riesgo de plasmar una expresión que cause una interpretación desacertada.
En la búsqueda de la naturalidad y del impacto, lo cual guarda de entrada más relación con contenidos personales, no estamos eximidos de que nos debamos asegurar respecto a que el contexto resultante de lo que vayamos a transmitir evite en todo momento cualquier decodificación de mensaje que pueda provocar una profunda ambigüedad y hasta algún significado por completo involuntario, en especial si tal significado puede ser además peyorativo en algún sentido. En particular en la blogosfera, teniendo en cuenta su uso por lo común abierto y de accesibilidad a nivel mundial, aquello que expresemos de según qué modo, si no lo dotamos del contexto adecuado, quizá pueda resultar en interpretaciones muy divergentes según quien lo aprecie desde según qué parte del planeta. Cierto es que en cierta manera la responsabilidad en cuanto al contexto directo a veces debe ir a cargo del receptor, y de hecho esa es, o puede ser, la finalidad que busque lo artístico al jugar con la polisemia, con los dobles significados y en general con la retórica, pero el autor no deja de ser quien condiciona en buena medida desde un principio los límites hasta los que un contexto puede llegar a ser efectivo y no dar lugar a lecturas poco esclarecedoras. Dejar un mensaje a la libre interpretación, en concreto en lo artístico, es por tanto muy válido, pero aun así procuremos facilitar a quien reciba el mensaje una interpretación que, dentro de esa misma libertad interpretativa, no caiga en lo confuso ni lo ofensivo.
Si aun con un contexto bien elaborado una expresión dada pudiera dar lugar a una decodificación confusa en alto grado, es conveniente que valores una reformulación de tal expresión antes de que publiques el correspondiente mensaje. Igual que te conviene dar el merecido reconocimiento en cuanto a utilidad a la polisemia, no debes dejar de lado el manejo de la sinonimia o el de ampliar o simplificar, según el caso, la propia expresión de la que se trate.
En la búsqueda de la naturalidad y del impacto, lo cual guarda de entrada más relación con contenidos personales, no estamos eximidos de que nos debamos asegurar respecto a que el contexto resultante de lo que vayamos a transmitir evite en todo momento cualquier decodificación de mensaje que pueda provocar una profunda ambigüedad y hasta algún significado por completo involuntario, en especial si tal significado puede ser además peyorativo en algún sentido. En particular en la blogosfera, teniendo en cuenta su uso por lo común abierto y de accesibilidad a nivel mundial, aquello que expresemos de según qué modo, si no lo dotamos del contexto adecuado, quizá pueda resultar en interpretaciones muy divergentes según quien lo aprecie desde según qué parte del planeta. Cierto es que en cierta manera la responsabilidad en cuanto al contexto directo a veces debe ir a cargo del receptor, y de hecho esa es, o puede ser, la finalidad que busque lo artístico al jugar con la polisemia, con los dobles significados y en general con la retórica, pero el autor no deja de ser quien condiciona en buena medida desde un principio los límites hasta los que un contexto puede llegar a ser efectivo y no dar lugar a lecturas poco esclarecedoras. Dejar un mensaje a la libre interpretación, en concreto en lo artístico, es por tanto muy válido, pero aun así procuremos facilitar a quien reciba el mensaje una interpretación que, dentro de esa misma libertad interpretativa, no caiga en lo confuso ni lo ofensivo.
Si aun con un contexto bien elaborado una expresión dada pudiera dar lugar a una decodificación confusa en alto grado, es conveniente que valores una reformulación de tal expresión antes de que publiques el correspondiente mensaje. Igual que te conviene dar el merecido reconocimiento en cuanto a utilidad a la polisemia, no debes dejar de lado el manejo de la sinonimia o el de ampliar o simplificar, según el caso, la propia expresión de la que se trate.
Amando la polisemia
De la misma manera que toda circunstancia es una suma de diferentes elementos, el contexto directo de todo contenido comunicativo deriva de la combinación que se haga de los distintos componentes del mensaje. Según el orden y demás aspectos apreciables a los sentidos, el contexto resultante permitirá una mejor decodificación de lo que se transmita.
Aparcadas cuestiones puramente estéticas, que sin duda tienen su importancia en la acertada interpretación al recibir un mensaje, son el orden y, en general también, una mínima considerable extensión lo que hace que del conjunto de elementos constituyentes de un contexto salga el correcto significado del contenido concreto en cuestión. Ya que, por un lado, según el orden en que se dispongan los elementos del mensaje que sea, éste adquiere una u otra orientación y que, por otro lado, en base a una mayor extensión, si no es redundante ni divagadora, hay precisamente más elementos a los que recurrir para una decodificación acertada, se trata de que un mensaje esté bien sintetizado para que no dé lugar a dudas, o que por lo menos dé lugar a las mínimas. La síntesis, que no necesariamente debe consistir en acortar en extensión física, nos hace descartar convenientemente lo sobrante e inadecuado dentro del contexto directo de un mensaje en cuanto a la polisemia que pueda derivarse de cada componente que integre tal mensaje. A partir de esto, lo farragoso que a alguien muy meticuloso le pueda tal vez sugerir la polisemia en sí, no resulta tan problemático y es precisamente amando la polisemia como nos percatamos de que ésta lo que supone a todo formato mediático es un recurso de ahorro en significantes. Mientras demos a nuestro blog, y por extensión otras vías comunicativas, el adecuado contexto directo general y el también adecuado contexto directo específico de cada publicación en el formato que sea dentro del referido blog, estaremos comunicando de manera bien sintetizada y, por tanto, sin peligro alguno de que produzcamos una ambigua decodificación.
En un blog personal, la polisemia de los términos comunicativos, sean palabras, sean figuras graficoplásticas, etcétera, te va a permitir jugar con la multitud de significados con el fin de desarrollar en la medida que consideres oportuno tu faceta retórica en particular y artística en general. Los blogs, y otra clase de proyectos, impersonales y en este sentido con un carácter más técnico, puede que de antemano parezca que deban estar reñidos con la polisemia, pero el afán de precisión no está para nada opuesto a la claridad si tratas la polisemia aplicando la síntesis, o sea el orden y la extensión, del mejor modo para que no haya lugar a confusiones.
Aparcadas cuestiones puramente estéticas, que sin duda tienen su importancia en la acertada interpretación al recibir un mensaje, son el orden y, en general también, una mínima considerable extensión lo que hace que del conjunto de elementos constituyentes de un contexto salga el correcto significado del contenido concreto en cuestión. Ya que, por un lado, según el orden en que se dispongan los elementos del mensaje que sea, éste adquiere una u otra orientación y que, por otro lado, en base a una mayor extensión, si no es redundante ni divagadora, hay precisamente más elementos a los que recurrir para una decodificación acertada, se trata de que un mensaje esté bien sintetizado para que no dé lugar a dudas, o que por lo menos dé lugar a las mínimas. La síntesis, que no necesariamente debe consistir en acortar en extensión física, nos hace descartar convenientemente lo sobrante e inadecuado dentro del contexto directo de un mensaje en cuanto a la polisemia que pueda derivarse de cada componente que integre tal mensaje. A partir de esto, lo farragoso que a alguien muy meticuloso le pueda tal vez sugerir la polisemia en sí, no resulta tan problemático y es precisamente amando la polisemia como nos percatamos de que ésta lo que supone a todo formato mediático es un recurso de ahorro en significantes. Mientras demos a nuestro blog, y por extensión otras vías comunicativas, el adecuado contexto directo general y el también adecuado contexto directo específico de cada publicación en el formato que sea dentro del referido blog, estaremos comunicando de manera bien sintetizada y, por tanto, sin peligro alguno de que produzcamos una ambigua decodificación.
En un blog personal, la polisemia de los términos comunicativos, sean palabras, sean figuras graficoplásticas, etcétera, te va a permitir jugar con la multitud de significados con el fin de desarrollar en la medida que consideres oportuno tu faceta retórica en particular y artística en general. Los blogs, y otra clase de proyectos, impersonales y en este sentido con un carácter más técnico, puede que de antemano parezca que deban estar reñidos con la polisemia, pero el afán de precisión no está para nada opuesto a la claridad si tratas la polisemia aplicando la síntesis, o sea el orden y la extensión, del mejor modo para que no haya lugar a confusiones.
Por qué una expresión significa lo que significa
El sentido que hay tras todo mensaje, desde la unidad expresiva más corta hasta el discurso más largo, e independientemente del formato mediático que se emplee, tiene mucha relación con la superposición de circunstancias concretas que caractericen la época del mensaje en cuestión y a quien en tal época lo haya formulado y transmitido, si bien quien formula y quien transmite no tiene por qué ser siempre el mismo. A lo que da forma toda superposición de circunstancias de quien sea y de cuando sea es un contexto.
Todo contexto, según lo conforme más o menos variedad de circunstancias y según a la escala que lo analicemos, estará compuesto por más o por menos niveles: desde el más personal de un individuo hasta el más general de toda una época, sea ésta de estabilidad o de cambio. En tanto que blóguers, y comunicadores en general, lo que en especial nos interesa comprender a partir de esto es que todo acto comunicativo puede llegar a ser tal reflejo de la etapa en la que se formula, y de quien esté detrás de ese acto, que de hecho cualquier contenido que empleemos, propio o ajeno, conlleva en su seno un contexto propio y que incluye y condiciona toda unidad expresiva que conforme el conjunto del discurso que del contenido, se trate del formato que sea, emane. Gracias a la noción de contexto nos resulta sencillo entender en profundidad por qué una expresión significa lo que significa y no nos liamos con los múltiples significados que todo mensaje y casi cualquier componente de todo mensaje suele tener. Debido al contexto que todo contenido en mayor o menor medida tiene, nos es factible entender al instante el significado correcto; contexto a su vez muy condicionado por el contexto más allá del propio contenido, o sea, por el contexto de quien esté detrás de su elaboración y difusión, así como del de la época: en definitiva, condicionado por la superposición de circunstancias concretas que han dado origen a ese contenido en particular. A menor contexto de un mensaje y, por tanto, en general a menor extensión de tal mensaje, más tendencia hay, y si no la hay debiera por lo común haberla, a interpretar el significado de carácter más genérico de entre todos aquellos que el referido mensaje pueda albergar: esto hace por ejemplo, sin ir más lejos, que aun si estuviese asilado el título de este mismo post, 'Por qué una expresión significa lo que significa', no se entienda de manera literal, o sea, que no se entienda en tanto que la expresión 'una expresión' signifique literalmente la expresión 'lo que significa'.
Con el conjunto de fundamentos en base a los cuales construyes tu blog, lo que haces ya es atribuir un primer contexto directo a lo que vayas publicando en ese blog. Que en particular en un blog dinámico, el contexto incluido en cada nuevo contenido vaya en mayor o menor medida asociado al de la superposición de circunstancias concretas más allá del propio blog es algo a lo que con toda probabilidad te tengas que ir más o menos amoldando en función de la trayectoria del mismo blog y según la adecuada conexión que con tu público, o tus públicos, establezcas.
Todo contexto, según lo conforme más o menos variedad de circunstancias y según a la escala que lo analicemos, estará compuesto por más o por menos niveles: desde el más personal de un individuo hasta el más general de toda una época, sea ésta de estabilidad o de cambio. En tanto que blóguers, y comunicadores en general, lo que en especial nos interesa comprender a partir de esto es que todo acto comunicativo puede llegar a ser tal reflejo de la etapa en la que se formula, y de quien esté detrás de ese acto, que de hecho cualquier contenido que empleemos, propio o ajeno, conlleva en su seno un contexto propio y que incluye y condiciona toda unidad expresiva que conforme el conjunto del discurso que del contenido, se trate del formato que sea, emane. Gracias a la noción de contexto nos resulta sencillo entender en profundidad por qué una expresión significa lo que significa y no nos liamos con los múltiples significados que todo mensaje y casi cualquier componente de todo mensaje suele tener. Debido al contexto que todo contenido en mayor o menor medida tiene, nos es factible entender al instante el significado correcto; contexto a su vez muy condicionado por el contexto más allá del propio contenido, o sea, por el contexto de quien esté detrás de su elaboración y difusión, así como del de la época: en definitiva, condicionado por la superposición de circunstancias concretas que han dado origen a ese contenido en particular. A menor contexto de un mensaje y, por tanto, en general a menor extensión de tal mensaje, más tendencia hay, y si no la hay debiera por lo común haberla, a interpretar el significado de carácter más genérico de entre todos aquellos que el referido mensaje pueda albergar: esto hace por ejemplo, sin ir más lejos, que aun si estuviese asilado el título de este mismo post, 'Por qué una expresión significa lo que significa', no se entienda de manera literal, o sea, que no se entienda en tanto que la expresión 'una expresión' signifique literalmente la expresión 'lo que significa'.
Con el conjunto de fundamentos en base a los cuales construyes tu blog, lo que haces ya es atribuir un primer contexto directo a lo que vayas publicando en ese blog. Que en particular en un blog dinámico, el contexto incluido en cada nuevo contenido vaya en mayor o menor medida asociado al de la superposición de circunstancias concretas más allá del propio blog es algo a lo que con toda probabilidad te tengas que ir más o menos amoldando en función de la trayectoria del mismo blog y según la adecuada conexión que con tu público, o tus públicos, establezcas.
Dependiendo de la superposición de circunstancias concretas
Lo que diferencia etapas de estabilidad y de cambio, sea desde una perspectiva histórica o bien a más pequeña escala, hace que encontrar el punto adecuado entre introspección e interactividad deba abordarse respectivamente de distinto modo según una clase u otra de etapas en las que uno se encuentre. Las etapas de estabilidad son más propicias para la introspección, mientras que las de cambio inclinan hacia la interactividad.
Una época estable, sin tener que estar de por sí dedicada muy a lo introspectivo, combina mejor con la introspección porque por mucho que interactuemos con el entorno y lo reflejemos en nuestro blog, o en otra iniciativa más o menos parecida, aquello que no cambia acaba por agotar más pronto que tarde el interés que suscita, por lo que toda interactividad al respecto decrece; si en especial se da la circunstancia de que no podamos hacer mucho por cambiar tal situación, una actitud introspectiva y, por tanto, más de exploración de nuestros mundos interiores, será el mejor camino que nos pueda llevar a seguir nutriendo nuestra actividad bloguera o de otra clase de acción comunicativa. Las fases de cambio, máxime si aspiramos a mantener una buena y útil función comunicadora acorde con tal clase de etapa, implican casi, si no del todo, a la fuerza que nos dediquemos a poner más atención en tener nuestros sentidos alerta para, interactuando tanto como nos resulte viable con nuestro cambiante entorno, captar lo mejor posible cuantos datos e impresiones nos traslade ese entorno: a partir de ahí estaremos en la condición óptima para transmitir lo que hayamos captado a cualquier público que visite lo que al respecto publiquemos. A más autoinspiración seamos capaces de haber desarrollado, más fácil nos resultará sin embargo no depender en exceso de la alocada interactividad de una fase transitoria y que en especial a alguien primerizo le resultará chocante en mayor grado. Cabe de todas maneras no dejar de lado en etapas de estabilidad la positiva interacción con todo aquello que podamos para no cerrarnos en demasía en nuestra dimensión más interna de modo tal que nos alejemos tanto de lo exterior que perdamos la capacidad de conectar pertinentemente con nuestros coetáneos.
Rara vez encontrarás la inspiración en un punto medio exacto entre la introspección y la interactividad, sino que aparecerá más cercana a la una o a la otra dependiendo de la superposición de circunstancias concretas que en un momento específico se den, desde las más personales hasta las de más elevada escala social e histórica del momento. A base de práctica en la concreción de lo que a lo largo de tu trayectoria te inspire, serás sin embargo más capaz de definir y controlar un punto de inspiración bastante constante, aunque no pueda ser un punto medio exacto.
Una época estable, sin tener que estar de por sí dedicada muy a lo introspectivo, combina mejor con la introspección porque por mucho que interactuemos con el entorno y lo reflejemos en nuestro blog, o en otra iniciativa más o menos parecida, aquello que no cambia acaba por agotar más pronto que tarde el interés que suscita, por lo que toda interactividad al respecto decrece; si en especial se da la circunstancia de que no podamos hacer mucho por cambiar tal situación, una actitud introspectiva y, por tanto, más de exploración de nuestros mundos interiores, será el mejor camino que nos pueda llevar a seguir nutriendo nuestra actividad bloguera o de otra clase de acción comunicativa. Las fases de cambio, máxime si aspiramos a mantener una buena y útil función comunicadora acorde con tal clase de etapa, implican casi, si no del todo, a la fuerza que nos dediquemos a poner más atención en tener nuestros sentidos alerta para, interactuando tanto como nos resulte viable con nuestro cambiante entorno, captar lo mejor posible cuantos datos e impresiones nos traslade ese entorno: a partir de ahí estaremos en la condición óptima para transmitir lo que hayamos captado a cualquier público que visite lo que al respecto publiquemos. A más autoinspiración seamos capaces de haber desarrollado, más fácil nos resultará sin embargo no depender en exceso de la alocada interactividad de una fase transitoria y que en especial a alguien primerizo le resultará chocante en mayor grado. Cabe de todas maneras no dejar de lado en etapas de estabilidad la positiva interacción con todo aquello que podamos para no cerrarnos en demasía en nuestra dimensión más interna de modo tal que nos alejemos tanto de lo exterior que perdamos la capacidad de conectar pertinentemente con nuestros coetáneos.
Rara vez encontrarás la inspiración en un punto medio exacto entre la introspección y la interactividad, sino que aparecerá más cercana a la una o a la otra dependiendo de la superposición de circunstancias concretas que en un momento específico se den, desde las más personales hasta las de más elevada escala social e histórica del momento. A base de práctica en la concreción de lo que a lo largo de tu trayectoria te inspire, serás sin embargo más capaz de definir y controlar un punto de inspiración bastante constante, aunque no pueda ser un punto medio exacto.
Asimilación a escala histórica
Incluso no teniendo la más mínima intención de reflejar un relevante cambio en la historia, ni siquiera de reflejar una etapa histórica que sea de estabilidad, cualquiera que se exprese prácticamente por el medio que sea, deja constancia de la correspondiente época. Los blogs no constituyen una vía comunicativa ajena a esto, sino que de hecho son un soporte en el que mediante las tecnologías de las que emana puede quedar plasmado lo que están siendo y lo que serán varias generaciones.
El blóguer, aun no teniendo por qué ser ni de lejos por necesidad un relator de la historia en mayúsculas, el simple hecho de bloguear, hasta de la forma más sencilla y sin necesidad de causar relevantes impactos constantes en el público, o los públicos, hace que estemos dejando huella no sólo en cuanto a la trayectoria del blog que sea sino de la nuestra a título personal: estamos dejando en mayor o en menor medida un blogolegado y, al igual que un proyecto cualquiera a lo largo de sus ciclos, un blogolegado acabará pasando más o menos desapercibido en según qué momentos y para según quién. Los indicadores de interactividad bidireccional que nos proporcionan los blogs tienen en este sentido un valor que debemos ser capaces de relativizar si son positivos pero también, y en especial en muchos casos, si son negativos, pues que en el presente se nos valore en una diminuta proporción a escala histórica no necesariamente implica que lo que vaya constituyendo nuestro blogolegado no sirva en un futuro tal vez no muy lejano, si bien el riesgo de no llegar a disfrutar del notable éxito no deja de ser algo a lo que cualquiera está en cierto grado sometido, hasta pudiendo darse el caso de acabar habiendo tal éxito en un futuro más allá de la propia existencia de quien debiera haberlo disfrutado. De todos modos, la blogosfera facilita enormemente las capacidades de que cualquiera que desde casi la más humilde de las situaciones considere que puede aportar lo que sea, y de manera más o menos intencionada, a la interpretación del momento histórico en que viva lo pueda hacer con un gran potencial de difusión inédito antes de la generalización de lo telemático.
La intención de dejar una huella destacada en lo que se refiere a transmitir alguna interpretación a escala histórica de la época en la que se viva, en tanto que blóguer, y en general en tanto que cualquier clase de comunicador, es mejor que la emprendas en ciclos avanzados de tu trayectoria personal y del proyecto comunicativo del que más o menos te encargues. Es en los ciclos de veteranía cuando tu asimilación a escala histórica será más consistente y, por tanto, digna de que la des a conocer tan ampliamente como te sea factible.
El blóguer, aun no teniendo por qué ser ni de lejos por necesidad un relator de la historia en mayúsculas, el simple hecho de bloguear, hasta de la forma más sencilla y sin necesidad de causar relevantes impactos constantes en el público, o los públicos, hace que estemos dejando huella no sólo en cuanto a la trayectoria del blog que sea sino de la nuestra a título personal: estamos dejando en mayor o en menor medida un blogolegado y, al igual que un proyecto cualquiera a lo largo de sus ciclos, un blogolegado acabará pasando más o menos desapercibido en según qué momentos y para según quién. Los indicadores de interactividad bidireccional que nos proporcionan los blogs tienen en este sentido un valor que debemos ser capaces de relativizar si son positivos pero también, y en especial en muchos casos, si son negativos, pues que en el presente se nos valore en una diminuta proporción a escala histórica no necesariamente implica que lo que vaya constituyendo nuestro blogolegado no sirva en un futuro tal vez no muy lejano, si bien el riesgo de no llegar a disfrutar del notable éxito no deja de ser algo a lo que cualquiera está en cierto grado sometido, hasta pudiendo darse el caso de acabar habiendo tal éxito en un futuro más allá de la propia existencia de quien debiera haberlo disfrutado. De todos modos, la blogosfera facilita enormemente las capacidades de que cualquiera que desde casi la más humilde de las situaciones considere que puede aportar lo que sea, y de manera más o menos intencionada, a la interpretación del momento histórico en que viva lo pueda hacer con un gran potencial de difusión inédito antes de la generalización de lo telemático.
La intención de dejar una huella destacada en lo que se refiere a transmitir alguna interpretación a escala histórica de la época en la que se viva, en tanto que blóguer, y en general en tanto que cualquier clase de comunicador, es mejor que la emprendas en ciclos avanzados de tu trayectoria personal y del proyecto comunicativo del que más o menos te encargues. Es en los ciclos de veteranía cuando tu asimilación a escala histórica será más consistente y, por tanto, digna de que la des a conocer tan ampliamente como te sea factible.
El tan elevado dinamismo que toda plataforma bloguera permite
Para hacer el mejor aporte a la sociedad en cuanto a la interpretación de los cambios de mayor escala que en la trayectoria de la existencia se den, los blogs dinámicos son, en principio y siempre que sean bien manejados, mejores que los estáticos. Si a un blog estático le pilla un cambio muy profundo, de dimensiones históricas, quedará con gran facilidad desfasado a gran rapidez incluso contando con que todo cambio tan sustancial tenga que ir puliéndose.
Aunque los blogs dinámicos cuenten con un mayor grado de adaptación en cuanto a lo que requiera el hecho de reaccionar ante variaciones sustanciales en el transcurrir de la existencia, si nos apresuramos a interpretar mediante tales blogs lo que esté ocurriendo, quizá estemos desaprovechando unas aportaciones sociales que, de hacerlas más meditadamente, causarían mayor interés en cualquiera que pertenezca a nuestro público, o a nuestros públicos. Al transmitir razonamientos muy impulsivos mediante el tan elevado dinamismo que toda plataforma bloguera permite, en particular la plataforma que sea genérica, estaremos fomentando que cualquier internauta se refugie más en blogs estáticos, por más desfasados que hayan podido quedar, que en lo que aportemos de modo bloguero dinámico. Por mucho que nos emocione plasmar lo que legítimamente interpretemos en tanto que grandes cambios de marcos cognitivos históricos que se estén dando, querer ir mucho más apresuradamente que los propios grandes cambios nos conllevará un mayor nivel de interpretaciones desacertadas, por lo que ser conscientes del punto en el que estemos sin dejar de lado el conveniente atisbar hacia el futuro es la mejor manera de que nos mentalicemos en cuanto a reflejar en todo blog dinámico del que en mayor o menor medida nos ocupemos lo que un paso de ciclo histórico a otro implica desde la perspectiva que tengamos. La misma actitud es aplicable al hecho de querer recuperar lo positivo de épocas más remotas: no caigamos en el recuperar por recuperar y centrémonos en lo que en verdad tenga un sentido en armonía con las directrices de los tiempos que estén cambiando.
Del mismo modo que en cualquier clase de publicación que en la blogosfera hagas, el conjunto de los indicadores de tu proyecto bloguero serán la mejor guía que te proporcione una idea fiable de si tus interpretaciones, sean más personales sean más impersonales, se adecúan a lo que la sociedad en general va experimentando ante una transición de un ciclo histórico a otro. La blogosfera, si se produce un cambio de tal magnitud, bien puede servir de entorno fundamental en el que de tal fenómeno quede la debida constancia.
Aunque los blogs dinámicos cuenten con un mayor grado de adaptación en cuanto a lo que requiera el hecho de reaccionar ante variaciones sustanciales en el transcurrir de la existencia, si nos apresuramos a interpretar mediante tales blogs lo que esté ocurriendo, quizá estemos desaprovechando unas aportaciones sociales que, de hacerlas más meditadamente, causarían mayor interés en cualquiera que pertenezca a nuestro público, o a nuestros públicos. Al transmitir razonamientos muy impulsivos mediante el tan elevado dinamismo que toda plataforma bloguera permite, en particular la plataforma que sea genérica, estaremos fomentando que cualquier internauta se refugie más en blogs estáticos, por más desfasados que hayan podido quedar, que en lo que aportemos de modo bloguero dinámico. Por mucho que nos emocione plasmar lo que legítimamente interpretemos en tanto que grandes cambios de marcos cognitivos históricos que se estén dando, querer ir mucho más apresuradamente que los propios grandes cambios nos conllevará un mayor nivel de interpretaciones desacertadas, por lo que ser conscientes del punto en el que estemos sin dejar de lado el conveniente atisbar hacia el futuro es la mejor manera de que nos mentalicemos en cuanto a reflejar en todo blog dinámico del que en mayor o menor medida nos ocupemos lo que un paso de ciclo histórico a otro implica desde la perspectiva que tengamos. La misma actitud es aplicable al hecho de querer recuperar lo positivo de épocas más remotas: no caigamos en el recuperar por recuperar y centrémonos en lo que en verdad tenga un sentido en armonía con las directrices de los tiempos que estén cambiando.
Del mismo modo que en cualquier clase de publicación que en la blogosfera hagas, el conjunto de los indicadores de tu proyecto bloguero serán la mejor guía que te proporcione una idea fiable de si tus interpretaciones, sean más personales sean más impersonales, se adecúan a lo que la sociedad en general va experimentando ante una transición de un ciclo histórico a otro. La blogosfera, si se produce un cambio de tal magnitud, bien puede servir de entorno fundamental en el que de tal fenómeno quede la debida constancia.
Cuando una cosmovisión está cerca de acabar
Que un marco cognitivo, sea más artístico, más científico o mixto, no deba darse por concluido aun estando muy profunda e inmediatamente aceptado es recomendable en tanto que los que han sido tratados con celeridad de conclusión han acabado siendo, a lo menos por lo general, movimientos efímeros. Puesto que debe ir puliéndose cualquier nueva cosmovisión, todo cambio de dimensiones históricas no debiera sorprender que no sea rápidamente definitivo.
Una etapa que a nivel histórico tenga una próxima fin, y si además tal etapa ha tenido una duración considerable, sería raro que desapareciese de un día para otro. Lo más común cuando una cosmovisión está cerca de acabar será que en el paso de una etapa a la siguiente observemos idas y venidas entre ambas, e incluso cabe la reaparición, por más sorprendente que resulte, de épocas anteriores a la que tenga cercana su fin. Asimismo puede que hasta aparezcan tendencias mucho más futuristas respecto a lo básico que vaya a caracterizar la próxima cosmovisión que se establezca. Puede que todo ello nos parezca muy susceptible de provocar a cualquiera una notable sensación de mareo pero si fijándonos en la trayectoria de un sencillo proyecto a pequeña escala, como pueda ser cierta clase de iniciativa bloguera, ya apreciamos que la dinámica se fundamenta en ciclos, o por lo menos así conviene que se conciba, ¿cómo no van a producirse a la fuerza cambios de ciclo a escala histórica? Tales cambios, a diferencia de los de pequeña escala, son más difíciles de apreciar pero estamos más sujetos a ellos, pues los de pequeña escala por su naturaleza los podemos manejar más nosotros a ellos que ellos a nosotros, pero los cambios en la gran trayectoria de la humanidad nos condicionan sí o sí, y es en buena medida responsabilidad nuestra adaptarnos a ellos de la mejor manera que nos resulte factible en la medida de lo que podamos contribuir a que el tipo de sociedad que quede atrás tenga el debido final y que el siguiente empiece de la mejor manera.
Los vaivenes de un gran cambio de época y de la correspondiente cosmovisión deben servirte de motivo para que aproveches más que nunca lo mejor de lo que va quedando atrás y de lo que está por venir. En la medida en la que además seas capaz, por un lado, de rescatar aspectos positivos de épocas más remotas y, por otro lado, atisbar lo que pueda acaecer en etapas aún más futuras, será mejor tu contribución a que el cambio de ciclo histórico sea más comprensible para el conjunto de la sociedad, máxime si empleas la blogosfera para esta contribución.
Una etapa que a nivel histórico tenga una próxima fin, y si además tal etapa ha tenido una duración considerable, sería raro que desapareciese de un día para otro. Lo más común cuando una cosmovisión está cerca de acabar será que en el paso de una etapa a la siguiente observemos idas y venidas entre ambas, e incluso cabe la reaparición, por más sorprendente que resulte, de épocas anteriores a la que tenga cercana su fin. Asimismo puede que hasta aparezcan tendencias mucho más futuristas respecto a lo básico que vaya a caracterizar la próxima cosmovisión que se establezca. Puede que todo ello nos parezca muy susceptible de provocar a cualquiera una notable sensación de mareo pero si fijándonos en la trayectoria de un sencillo proyecto a pequeña escala, como pueda ser cierta clase de iniciativa bloguera, ya apreciamos que la dinámica se fundamenta en ciclos, o por lo menos así conviene que se conciba, ¿cómo no van a producirse a la fuerza cambios de ciclo a escala histórica? Tales cambios, a diferencia de los de pequeña escala, son más difíciles de apreciar pero estamos más sujetos a ellos, pues los de pequeña escala por su naturaleza los podemos manejar más nosotros a ellos que ellos a nosotros, pero los cambios en la gran trayectoria de la humanidad nos condicionan sí o sí, y es en buena medida responsabilidad nuestra adaptarnos a ellos de la mejor manera que nos resulte factible en la medida de lo que podamos contribuir a que el tipo de sociedad que quede atrás tenga el debido final y que el siguiente empiece de la mejor manera.
Los vaivenes de un gran cambio de época y de la correspondiente cosmovisión deben servirte de motivo para que aproveches más que nunca lo mejor de lo que va quedando atrás y de lo que está por venir. En la medida en la que además seas capaz, por un lado, de rescatar aspectos positivos de épocas más remotas y, por otro lado, atisbar lo que pueda acaecer en etapas aún más futuras, será mejor tu contribución a que el cambio de ciclo histórico sea más comprensible para el conjunto de la sociedad, máxime si empleas la blogosfera para esta contribución.
La persuasión y la convicción
Si bien tanto blogs personales como impersonales tienen potencial como para contribuir a concepciones vitales importantes, la diferente manera de vehicular los fundamentos en cada una de estas clases de blogs hace que el respectivo modo de expresión se base en objetivos comunicativos diferentes. En el primer caso, primará como objetivo lo persuasivo, mientras que destacará lo convincente en el segundo caso.
Disponemos de dos tipologías esenciales de vías de expresión que nos permiten dirigirnos hacia que la gente considere lo que expongamos algo más que mínimamente aceptable: se trata de la persuasión y la convicción, las cuales no tienen que ir estrictamente por separado, sino que pueden estar convenientemente combinadas en base al predominio de la primera o de la segunda según el blog o similar que hagamos sea respectivamente de carácter personal o impersonal. Puesto que lo original empieza en la colectividad, si transmitimos contenidos personales, o incluso impersonales, pero muy centrados en nosotros mismos o nuestro ámbito más cercano y sin una perspectiva nada generalizadora, el aporte social que haremos acabará siendo prácticamente nulo. Y si en cambio nos centramos en divagaciones muy abstractas, no dejamos de correr de todos modos el mismo riesgo de hacer a la sociedad un aporte caracterizado por la pobreza de contenido y la poca capacidad de ir más allá de lo mínimamente aceptable. Un punto medio entre nuestra experiencia más próxima y aquello que marque el ideario general de nuestra época es un buen soporte para transmitir, sea más por persuasión sea más por convicción, contenidos multimedia que aporten a la sociedad una perspectiva cognitiva que más allá de ser aceptable pueda acabar siendo aceptada. Cuando tal perspectiva sea aceptada, no necesariamente debemos darla por concluida: al contrario, si una concepción vital, por muy de aceptación mundial que llegue a ser, se da por concluida de inmediato, lo más probable es que su recorrido no dé mucho más de sí y que por tanto el cambio de ciclo histórico esté al caer.
¿Qué debe hacerse cuando se haya manifestado una amplia y profunda cosmovisión por completo aceptada? Ir puliéndola. Percibirás que si, en especial en nuestros tiempos actuales y en los próximos, un marco filosófico por más que haya sido aceptado a una gran escala se da por rígido e inmutable, su permanencia, o por lo menos su estabilidad, tendrá cercana su fin. Según el transcurrir de la existencia avance, cabrá ir refinando tal marco a base de ponerlo constantemente a prueba, para lo cual un blog es una herramienta óptima.
Disponemos de dos tipologías esenciales de vías de expresión que nos permiten dirigirnos hacia que la gente considere lo que expongamos algo más que mínimamente aceptable: se trata de la persuasión y la convicción, las cuales no tienen que ir estrictamente por separado, sino que pueden estar convenientemente combinadas en base al predominio de la primera o de la segunda según el blog o similar que hagamos sea respectivamente de carácter personal o impersonal. Puesto que lo original empieza en la colectividad, si transmitimos contenidos personales, o incluso impersonales, pero muy centrados en nosotros mismos o nuestro ámbito más cercano y sin una perspectiva nada generalizadora, el aporte social que haremos acabará siendo prácticamente nulo. Y si en cambio nos centramos en divagaciones muy abstractas, no dejamos de correr de todos modos el mismo riesgo de hacer a la sociedad un aporte caracterizado por la pobreza de contenido y la poca capacidad de ir más allá de lo mínimamente aceptable. Un punto medio entre nuestra experiencia más próxima y aquello que marque el ideario general de nuestra época es un buen soporte para transmitir, sea más por persuasión sea más por convicción, contenidos multimedia que aporten a la sociedad una perspectiva cognitiva que más allá de ser aceptable pueda acabar siendo aceptada. Cuando tal perspectiva sea aceptada, no necesariamente debemos darla por concluida: al contrario, si una concepción vital, por muy de aceptación mundial que llegue a ser, se da por concluida de inmediato, lo más probable es que su recorrido no dé mucho más de sí y que por tanto el cambio de ciclo histórico esté al caer.
¿Qué debe hacerse cuando se haya manifestado una amplia y profunda cosmovisión por completo aceptada? Ir puliéndola. Percibirás que si, en especial en nuestros tiempos actuales y en los próximos, un marco filosófico por más que haya sido aceptado a una gran escala se da por rígido e inmutable, su permanencia, o por lo menos su estabilidad, tendrá cercana su fin. Según el transcurrir de la existencia avance, cabrá ir refinando tal marco a base de ponerlo constantemente a prueba, para lo cual un blog es una herramienta óptima.
De modo de pensar a modo de expresión
El primer paso para que un cierto esquema de pensamiento devenga un aporte social es que pase de modo de pensar a modo de expresión: esto significa que tras la debida autoinspiración se plasme de una manera que permita hacer difusión efectiva de lo que de entre la introspección y la interactividad se haya obtenido. A partir de ahí cabe abordar cómo hacer de amplio y profundo el aporte social en cuestión.
Todo blog nos resulta fenomenal como nunca antes para que difundamos ampliamente nuestras ideas, que las comparemos con otras, muchísimas otras, y que tras haber dado así un primer paso de pensamiento a modo de expresión, observemos en qué medida lo que hayamos expuesto tiene aceptación no sólo en amplitud sino en profundidad. La amplitud ya la tenemos por el simple hecho de expresarnos mediante la blogosfera, lo hagamos en mayor o menor grado multimedia, pues lo que publiquemos abiertamente en cualquier blog queda accesible a nivel mundial, pero otra cuestión es que lo expresado adquiera una dimensión profunda en por lo menos un cierto número de personas, lo cual conlleva que lo que hayamos expuesto profundice en tales personas más allá de parecer mínimamente aceptable. En todo esto, al igual que en cualquier otra gran línea de pensamiento a lo largo de la historia, la expresión por distintos formatos resulta de una importancia enorme. Así pues, el multimedia no podría plantearse como una vía mejor para que tome forma y se afiance el próximo marco cognitivo a escala social. Contamos con que, a diferencia de otras épocas, el paso de modo de pensar a modo de expresión es realizable con formatos varios mediante herramientas informáticas sencillas y muy similares, y lo resultante de ello es publicable por prácticamente cualquiera de manera fácil, además de accesible a nivel planetario.
Resulta hasta cierto punto bastante comprensible que la blogosfera te pueda parecer un entorno un tanto caótico como para que sea cuna de una nueva filosofía. Sin embargo, los marcos cognitivos cambian, o por lo menos se adaptan, y con ellos las tecnologías con las que se difunden. Siendo las por muchos aún denominadas nuevas tecnologías las que van a marcar el transitar de las próximas generaciones, el siguiente esquema filosófico que surja deberá tener a la fuerza un relevante vínculo con tales tecnologías.
Todo blog nos resulta fenomenal como nunca antes para que difundamos ampliamente nuestras ideas, que las comparemos con otras, muchísimas otras, y que tras haber dado así un primer paso de pensamiento a modo de expresión, observemos en qué medida lo que hayamos expuesto tiene aceptación no sólo en amplitud sino en profundidad. La amplitud ya la tenemos por el simple hecho de expresarnos mediante la blogosfera, lo hagamos en mayor o menor grado multimedia, pues lo que publiquemos abiertamente en cualquier blog queda accesible a nivel mundial, pero otra cuestión es que lo expresado adquiera una dimensión profunda en por lo menos un cierto número de personas, lo cual conlleva que lo que hayamos expuesto profundice en tales personas más allá de parecer mínimamente aceptable. En todo esto, al igual que en cualquier otra gran línea de pensamiento a lo largo de la historia, la expresión por distintos formatos resulta de una importancia enorme. Así pues, el multimedia no podría plantearse como una vía mejor para que tome forma y se afiance el próximo marco cognitivo a escala social. Contamos con que, a diferencia de otras épocas, el paso de modo de pensar a modo de expresión es realizable con formatos varios mediante herramientas informáticas sencillas y muy similares, y lo resultante de ello es publicable por prácticamente cualquiera de manera fácil, además de accesible a nivel planetario.
Resulta hasta cierto punto bastante comprensible que la blogosfera te pueda parecer un entorno un tanto caótico como para que sea cuna de una nueva filosofía. Sin embargo, los marcos cognitivos cambian, o por lo menos se adaptan, y con ellos las tecnologías con las que se difunden. Siendo las por muchos aún denominadas nuevas tecnologías las que van a marcar el transitar de las próximas generaciones, el siguiente esquema filosófico que surja deberá tener a la fuerza un relevante vínculo con tales tecnologías.
Un aporte social no sólo amplio sino profundo
A base de autoinspiración lo que se consigue es dar lugar a una perspectiva específica respecto a cómo interpretar un ámbito más o menos amplio de la experiencia de uno mismo en su condición de ser existente, o si se quiere entender en términos más llanos, un ámbito más o menos amplio de la propia vida. Incluso con tal perspectiva, estando mínimamente bien desarrollada, se puede llegar a plantear cómo entender también la vida en mayor o menor medida en un sentido de colectividad.
Con una sencilla autoinspiración mediante la cual podamos crear contenidos para blogs, o para iniciativas más o menos similares, estaremos ya haciendo mucho en lo que respecta a participar en el fascinante ámbito de la blogosfera y de toda Internet, pero en la medida en la que nuestra autogeneración de inspiración vaya creciendo, si vamos intentando darle una dimensión más generalizadora, de tal modo que resulte coherente a otra gente interpretar las cosas con los mismo parámetros que nosotros expongamos, estaremos haciendo un aporte social no sólo amplio sino profundo, hasta quizá contribuir a que gente que no hubiera dispuesto de otra manera de ciertas guías para transitar por la vida las adquiera. En el ámbito particular bloguero, los blogs impersonales no son los que en exclusiva pueden contribuir a importantes concepciones vitales, sino que desde los más personales, al igual que el arte en general consigue en otros ámbitos, nos resulta factible aportar, con la debida autoinspiración desarrollada a lo largo del suficiente tiempo, destacadas perspectivas que contribuyan a que la gente disponga de elementos con los que entender mejor la existencia. Además, por las características de fácil, rápido, permanente y planetario acceso, la blogosfera deviene un canal fundamental por el que la próxima gran cosmovisión, si llega a haber tal cosmovisión, pueda ejercer su influjo con el referido carácter social amplio y profundo pero también a una mayor celeridad en comparación a la difusión de cualquier otra gran cosmovisión que haya habido.
Si emerge a lo largo de nuestros tiempos más actuales una nueva e importante filosofía de vida muy ampliamente aceptada, apreciarás con toda probabilidad que el ciberespacio, que es lo que facilitaría su gran rapidez en cuanto a extensión mundial, es asimismo el ámbito por el que tal filosofía también habrá ido tomando forma. No dudes, sea aportando un grano de arena o una gran porción a esa filosofía, en participar en esta tendencia que, si cristaliza, marcará generaciones enteras.
Con una sencilla autoinspiración mediante la cual podamos crear contenidos para blogs, o para iniciativas más o menos similares, estaremos ya haciendo mucho en lo que respecta a participar en el fascinante ámbito de la blogosfera y de toda Internet, pero en la medida en la que nuestra autogeneración de inspiración vaya creciendo, si vamos intentando darle una dimensión más generalizadora, de tal modo que resulte coherente a otra gente interpretar las cosas con los mismo parámetros que nosotros expongamos, estaremos haciendo un aporte social no sólo amplio sino profundo, hasta quizá contribuir a que gente que no hubiera dispuesto de otra manera de ciertas guías para transitar por la vida las adquiera. En el ámbito particular bloguero, los blogs impersonales no son los que en exclusiva pueden contribuir a importantes concepciones vitales, sino que desde los más personales, al igual que el arte en general consigue en otros ámbitos, nos resulta factible aportar, con la debida autoinspiración desarrollada a lo largo del suficiente tiempo, destacadas perspectivas que contribuyan a que la gente disponga de elementos con los que entender mejor la existencia. Además, por las características de fácil, rápido, permanente y planetario acceso, la blogosfera deviene un canal fundamental por el que la próxima gran cosmovisión, si llega a haber tal cosmovisión, pueda ejercer su influjo con el referido carácter social amplio y profundo pero también a una mayor celeridad en comparación a la difusión de cualquier otra gran cosmovisión que haya habido.
Si emerge a lo largo de nuestros tiempos más actuales una nueva e importante filosofía de vida muy ampliamente aceptada, apreciarás con toda probabilidad que el ciberespacio, que es lo que facilitaría su gran rapidez en cuanto a extensión mundial, es asimismo el ámbito por el que tal filosofía también habrá ido tomando forma. No dudes, sea aportando un grano de arena o una gran porción a esa filosofía, en participar en esta tendencia que, si cristaliza, marcará generaciones enteras.
Autoinspiración
Se trate del modo de expresión que se trate, la inspiración para abordarlo se encuentra en algún punto entre la introspección y la interactividad, entendiendo aquí la interactividad en su sentido más amplio, no sólo la propia de las vías telemáticas, aunque por estas vías sea fácil que cualquiera tenga cada vez más tendencia a centrarse en cuanto a lo que a buscar inspiración se refiere. Teniendo además unos fundamentos temáticos bien asentados en el blog u otro proyecto similar que sea, la inspiración puede hasta acabar siendo algo que casi se autogenere.
Más complicación que el mayor o menor esfuerzo que pueda suponernos la introspección puede llegar a conllevarnos la adecuada interactividad que en pro de conseguir inspiración debemos poner en práctica, pero con las enormes capacidades interactivas de Internet, y más en concreto de la propia blogosfera, nos encontramos ante un permanente potencial de considerables proporciones en cuanto a inspirarnos. Ahora bien, quedarnos sin pasar de la práctica de lo interactivo que en blogs y en todo lo telemático encontremos interesante de los demás, por mucho que abordemos esto a base de un alto nivel multimedia, nos conduce a sacar provecho sólo a la mitad de lo que el ciberespacio nos facilita como ninguna otra vía de comunicación ha facilitado con anterioridad prácticamente a lo largo de toda la historia: la parte más propiamente interactiva. La otra mitad es la de ofrecer nosotros desde la originalidad que seamos capaces de crear, si bien siempre a partir de una mínima dosis de interactividad y no sólo introspección, para que así los demás también puedan en su caso compartirnos. Hasta tal punto podemos ser capaces de llegar a manejarnos con la interactividad de todo tipo para conseguir la pertinente inspiración que incluso lleguemos a depender, si no del todo, casi en exclusiva de la interactividad con nuestros propios contenidos previos para de tal modo, en función de lo que podríamos denominar autoinspiración, ir generando nuevos contenidos propios nutridos en esencia de otros contenidos también nuestros.
La interactividad es siempre tan fundamental en la inspiración porque gracias a la comparación que permite evita, en especial en cualquiera que sea primerizo en blogs o en otros ámbitos, caer en la aportación de nada nuevo por falta de bagaje suficiente en lo que sea. A medida que vayas siendo capaz de bastarte con recurrir a tu propia experiencia para ir elaborando nuevos contenidos estarás afianzando los fundamentos temáticos que en su momento establecieras y, mientras tal autoinspiración no te haga caer en abandonar por lo menos cierta comparativa constante con lo que los demás hagan, tu veteranía bloguera o de clase más o menos similar será sólida en mayor grado.
Más complicación que el mayor o menor esfuerzo que pueda suponernos la introspección puede llegar a conllevarnos la adecuada interactividad que en pro de conseguir inspiración debemos poner en práctica, pero con las enormes capacidades interactivas de Internet, y más en concreto de la propia blogosfera, nos encontramos ante un permanente potencial de considerables proporciones en cuanto a inspirarnos. Ahora bien, quedarnos sin pasar de la práctica de lo interactivo que en blogs y en todo lo telemático encontremos interesante de los demás, por mucho que abordemos esto a base de un alto nivel multimedia, nos conduce a sacar provecho sólo a la mitad de lo que el ciberespacio nos facilita como ninguna otra vía de comunicación ha facilitado con anterioridad prácticamente a lo largo de toda la historia: la parte más propiamente interactiva. La otra mitad es la de ofrecer nosotros desde la originalidad que seamos capaces de crear, si bien siempre a partir de una mínima dosis de interactividad y no sólo introspección, para que así los demás también puedan en su caso compartirnos. Hasta tal punto podemos ser capaces de llegar a manejarnos con la interactividad de todo tipo para conseguir la pertinente inspiración que incluso lleguemos a depender, si no del todo, casi en exclusiva de la interactividad con nuestros propios contenidos previos para de tal modo, en función de lo que podríamos denominar autoinspiración, ir generando nuevos contenidos propios nutridos en esencia de otros contenidos también nuestros.
La interactividad es siempre tan fundamental en la inspiración porque gracias a la comparación que permite evita, en especial en cualquiera que sea primerizo en blogs o en otros ámbitos, caer en la aportación de nada nuevo por falta de bagaje suficiente en lo que sea. A medida que vayas siendo capaz de bastarte con recurrir a tu propia experiencia para ir elaborando nuevos contenidos estarás afianzando los fundamentos temáticos que en su momento establecieras y, mientras tal autoinspiración no te haga caer en abandonar por lo menos cierta comparativa constante con lo que los demás hagan, tu veteranía bloguera o de clase más o menos similar será sólida en mayor grado.
El sentido del multimultimedia
Si bien el multimedia tiene su razón de ser esencial en la informática aun sin que se contase con Internet, es en el ciberespacio donde el multimedia adquiere su máxima capacidad de desarrollo interactivo tanto uni como bidireccional. En especial mediante los blogs es como tal desarrollo se ha materializado de manera muy efectiva y generalizada entre un amplio sector de todo el conjunto global de la sociedad.
Un multimedia sin Internet, y por tanto sin blogosfera, quedaría limitado a que lo difundiésemos a base de ir pasándolo entre la gente mediante copias en discos y en demás unidades de almacenaje digital de datos: un trayecto por tanto muy acotado a ir pasándolo manualmente de ordenador a ordenador, tal y como debería hacerse, de no disponer de Internet, con cualquier clase de archivo digital en definitiva. La blogosfera permite que al instante y de manera permanente y fácil todo lo multimedia tanto propio como ajeno nos resulte accesible y compartible, generando interactividad uni y bidireccional a nivel prácticamente mundial. Con esta capacidad el sentido del multimultimedia, no sólo en tanto que término sino en tanto que noción completa en sí, radica en que más allá de quedarnos en un multimedia muy limitado en cuanto a combinar lo propio y lo ajeno, podemos ofrecer a un amplio público, o a varios amplios públicos, múltiples contenidos en diferentes modos de expresión de autoría propia y difundir también lo de los demás, dando lugar con esta combinación, si está bien realizada, a una práctica fundamentada en un adecuado equilibrio entre lo que es aportar y compartir. El principal reto ante todo esto, a lo largo de la trayectoria de toda iniciativa bloguera, teniendo en cuenta el recomendado dinamismo que por lo menos en redes sociales conviene aplicar, está en que no transmitamos sensación de desorden ni de baja calidad en lo que ofrezcamos: para ello la puesta en práctica de una adecuada síntesis de contenidos nos resultará de la máxima utilidad en todo momento.
Con los macroblogs estáticos, que si están convenientemente concebidos pueden ser tan buenos o más que por lo menos según qué blogs dinámicos, la idea del multimultimedia debes fundamentarla en una síntesis a largo plazo ya que tanto lo propio como lo ajeno vas a dejarlo sin modificación por lo menos durante un largo tiempo, así que opta por contenidos lo más genéricos que puedas. Si se trata de un macroblog dinámico, al jugar en el corto plazo, puedes permitirte en la síntesis tanto de contenidos tuyos como de la selección que hagas de los de otros ir más al detalle pues, en su caso, cualquier nuevo apunte o enfoque lo podrás aportar en una próxima actualización.
Un multimedia sin Internet, y por tanto sin blogosfera, quedaría limitado a que lo difundiésemos a base de ir pasándolo entre la gente mediante copias en discos y en demás unidades de almacenaje digital de datos: un trayecto por tanto muy acotado a ir pasándolo manualmente de ordenador a ordenador, tal y como debería hacerse, de no disponer de Internet, con cualquier clase de archivo digital en definitiva. La blogosfera permite que al instante y de manera permanente y fácil todo lo multimedia tanto propio como ajeno nos resulte accesible y compartible, generando interactividad uni y bidireccional a nivel prácticamente mundial. Con esta capacidad el sentido del multimultimedia, no sólo en tanto que término sino en tanto que noción completa en sí, radica en que más allá de quedarnos en un multimedia muy limitado en cuanto a combinar lo propio y lo ajeno, podemos ofrecer a un amplio público, o a varios amplios públicos, múltiples contenidos en diferentes modos de expresión de autoría propia y difundir también lo de los demás, dando lugar con esta combinación, si está bien realizada, a una práctica fundamentada en un adecuado equilibrio entre lo que es aportar y compartir. El principal reto ante todo esto, a lo largo de la trayectoria de toda iniciativa bloguera, teniendo en cuenta el recomendado dinamismo que por lo menos en redes sociales conviene aplicar, está en que no transmitamos sensación de desorden ni de baja calidad en lo que ofrezcamos: para ello la puesta en práctica de una adecuada síntesis de contenidos nos resultará de la máxima utilidad en todo momento.
Con los macroblogs estáticos, que si están convenientemente concebidos pueden ser tan buenos o más que por lo menos según qué blogs dinámicos, la idea del multimultimedia debes fundamentarla en una síntesis a largo plazo ya que tanto lo propio como lo ajeno vas a dejarlo sin modificación por lo menos durante un largo tiempo, así que opta por contenidos lo más genéricos que puedas. Si se trata de un macroblog dinámico, al jugar en el corto plazo, puedes permitirte en la síntesis tanto de contenidos tuyos como de la selección que hagas de los de otros ir más al detalle pues, en su caso, cualquier nuevo apunte o enfoque lo podrás aportar en una próxima actualización.
¿Cómo de nuevas son las nuevas tecnologías?
Quizá haya quien prefiera establecer una clara diferenciación entre cuando se hace referencia a nuevas tecnologías y a tecnologías de la información en plan de que la primera expresión es más genérica y la segunda más específica. Ambas expresiones pueden considerarse, sin embargo, formas diferentes de referirse a la denominación completa que sería nuevas tecnologías de la información: en el primer caso, nuevas tecnologías, se abrevia por detrás y en el segundo, tecnologías de la información, por delante.
Las denominadas nuevas tecnologías son todas, a nuestro parecer por lo menos, tecnologías de la información pero precisamente a las tecnologías de la información haya que ir pensando en no referirse tanto a ellas en tanto que nuevas. Que las nuevas tecnologías sean lo mismo que las tecnologías de la información lo justificamos porque, esté o no vinculada directa y propiamente con el sector de las comunicaciones y más en concreto con el de lo que tradicionalmente ha sido la comunicación de masas, toda nueva tecnología se fundamenta en el procesado de datos, procesado que se realiza mediante capacidades digitales. Ahora bien, en cuanto a seguir denominando nuevas a tales tecnologías, cabe que nos preguntemos ¿cómo de nuevas son las nuevas tecnologías? y en este sentido, está claro que dependiendo de la perspectiva que tomemos nos parecerá que en verdad estas tecnologías no está mal que sigan considerándose nuevas, o bien, que deberíamos dejar de considerarlas de esta manera. Las nuevas tecnologías siguen siendo nuevas, e incluso muy nuevas, si las situamos en un amplio segmento histórico desde, si no del todo, casi los inicios de la comunicación humana hasta las épocas más o menos recientes. Si en cambio acotamos a las generaciones contemporáneas y que por tanto coexisten, y en mayor o en menor medida se manejan, con las tecnologías de la información desde Internet en general a la blogosfera en particular pasando por toda la gama de recursos telemáticos, nos parece que encontrándonos como nos encontramos ya ante una primera generación plenamente blóguer y plenamente habituada a todo lo internáutico, se ha perdido el sentido de que las nuevas tecnologías sean calificadas de nuevas.
A medida que la edad de la mayoría de blóguers primerizos vaya siendo, dentro de unos márgenes razonables, más baja, las generaciones plenamente blóguers se irán consolidando: si perteneces a ellas la noción de que las tecnologías de la información en general y la blogosfera en particular se consideren algo nuevo te parecerá obsoleta. Para quienes de las generaciones hoy coexistentes no pertenezcan por lo menos a la primera generación plenamente blóguer es muy posible que la denominación de nuevas tecnologías siga teniendo permanente validez.
Las denominadas nuevas tecnologías son todas, a nuestro parecer por lo menos, tecnologías de la información pero precisamente a las tecnologías de la información haya que ir pensando en no referirse tanto a ellas en tanto que nuevas. Que las nuevas tecnologías sean lo mismo que las tecnologías de la información lo justificamos porque, esté o no vinculada directa y propiamente con el sector de las comunicaciones y más en concreto con el de lo que tradicionalmente ha sido la comunicación de masas, toda nueva tecnología se fundamenta en el procesado de datos, procesado que se realiza mediante capacidades digitales. Ahora bien, en cuanto a seguir denominando nuevas a tales tecnologías, cabe que nos preguntemos ¿cómo de nuevas son las nuevas tecnologías? y en este sentido, está claro que dependiendo de la perspectiva que tomemos nos parecerá que en verdad estas tecnologías no está mal que sigan considerándose nuevas, o bien, que deberíamos dejar de considerarlas de esta manera. Las nuevas tecnologías siguen siendo nuevas, e incluso muy nuevas, si las situamos en un amplio segmento histórico desde, si no del todo, casi los inicios de la comunicación humana hasta las épocas más o menos recientes. Si en cambio acotamos a las generaciones contemporáneas y que por tanto coexisten, y en mayor o en menor medida se manejan, con las tecnologías de la información desde Internet en general a la blogosfera en particular pasando por toda la gama de recursos telemáticos, nos parece que encontrándonos como nos encontramos ya ante una primera generación plenamente blóguer y plenamente habituada a todo lo internáutico, se ha perdido el sentido de que las nuevas tecnologías sean calificadas de nuevas.
A medida que la edad de la mayoría de blóguers primerizos vaya siendo, dentro de unos márgenes razonables, más baja, las generaciones plenamente blóguers se irán consolidando: si perteneces a ellas la noción de que las tecnologías de la información en general y la blogosfera en particular se consideren algo nuevo te parecerá obsoleta. Para quienes de las generaciones hoy coexistentes no pertenezcan por lo menos a la primera generación plenamente blóguer es muy posible que la denominación de nuevas tecnologías siga teniendo permanente validez.
Tecnología de la información
La combinación de varios formatos de expresión no es exclusiva del multimedia, pero éste ha permitido el mayor grado de integración simultánea de modos de expresión, de una manera plenamente interactiva y, mediante Internet, muy fácil y rápidamente accesible desde cualquier lugar. Han sido las a menudo denominadas nuevas tecnologías las que han hecho esto posible, aunque ya no siendo a fechas actuales tan nuevas parece que con referirse a ellas en tanto que tecnologías, en concreto tecnologías de la información, es suficiente.
Siendo blóguers, a la fuerza tenemos que acabar siendo en mayor o menor medida tecnólogos de la información y así ser capaces de sacarle el máximo jugo posible a la blogosfera en particular y a otros recursos telemáticos en general. Estrictamente, al abordar de tal guisa las tecnologías de la información estamos circunscribiéndolas a las más generalizadas en la actualidad, que son las digitales y por lo común, aún hoy en gran medida, denominadas nuevas tecnologías, pero no debiéramos perder la noción, aunque sea sólo por una cuestión de mantener un cierto grado de cultura general, que en su dimensión más amplia la tecnología de la información o, incluso de manera más genérica, la tecnología de la comunicación también incluye los instrumentos analógicos que permiten informar, o en general comunicar, si bien tales instrumentos analógicos no permiten el multimedia. Forman parte, por tanto, de la tecnología de la información tanto los instrumentos analógicos, desde los más primitivos a los más recientes, como los digitales, pero es bien cierto que por lo común con las tecnologías de la información hacemos referencia específica a los digitales, pues son los que en la actualidad tienen, y siguen ampliando, una presencia generalizada en el día a día de prácticamente cualquiera. A mayor conocimiento en el manejo de las denominadas tecnologías de la información tenemos mayor grado de facilidad en cuanto a manejarnos de manera óptima en el ámbito específico de la blogosfera.
Ya que en definitiva el área de confección de todo post en un blog, en particular en macroblogs y en redes sociales generalistas, no deja de ser muy similar a un simple procesador de texto, te va a servir, siendo blóguer potencial o primerizo, manejarte bien en un programa de tal clase, incluyendo en su caso no sólo práctica respecto a texto sino en cierto grado a imágenes y audiovisual, y luego dar el salto a publicaciones abiertas en blogs. Al tratarse de redes sociales especializadas, con lo que tu ámbito se centrará habitualmente en lo audiovisual o lo fotográfico, te convendrá manejarte bien con programas más específicos de lo que un procesador de texto es.
Siendo blóguers, a la fuerza tenemos que acabar siendo en mayor o menor medida tecnólogos de la información y así ser capaces de sacarle el máximo jugo posible a la blogosfera en particular y a otros recursos telemáticos en general. Estrictamente, al abordar de tal guisa las tecnologías de la información estamos circunscribiéndolas a las más generalizadas en la actualidad, que son las digitales y por lo común, aún hoy en gran medida, denominadas nuevas tecnologías, pero no debiéramos perder la noción, aunque sea sólo por una cuestión de mantener un cierto grado de cultura general, que en su dimensión más amplia la tecnología de la información o, incluso de manera más genérica, la tecnología de la comunicación también incluye los instrumentos analógicos que permiten informar, o en general comunicar, si bien tales instrumentos analógicos no permiten el multimedia. Forman parte, por tanto, de la tecnología de la información tanto los instrumentos analógicos, desde los más primitivos a los más recientes, como los digitales, pero es bien cierto que por lo común con las tecnologías de la información hacemos referencia específica a los digitales, pues son los que en la actualidad tienen, y siguen ampliando, una presencia generalizada en el día a día de prácticamente cualquiera. A mayor conocimiento en el manejo de las denominadas tecnologías de la información tenemos mayor grado de facilidad en cuanto a manejarnos de manera óptima en el ámbito específico de la blogosfera.
Ya que en definitiva el área de confección de todo post en un blog, en particular en macroblogs y en redes sociales generalistas, no deja de ser muy similar a un simple procesador de texto, te va a servir, siendo blóguer potencial o primerizo, manejarte bien en un programa de tal clase, incluyendo en su caso no sólo práctica respecto a texto sino en cierto grado a imágenes y audiovisual, y luego dar el salto a publicaciones abiertas en blogs. Al tratarse de redes sociales especializadas, con lo que tu ámbito se centrará habitualmente en lo audiovisual o lo fotográfico, te convendrá manejarte bien con programas más específicos de lo que un procesador de texto es.
Multimultimedia
Un formato multimedia es en definitiva un formato unimedia cualquiera que tiene condición específica informática en general y telemática en particular: hay formatos unimedia fuera del ámbito de las tecnologías de la información pero lo propiamente multimedia es específico de tal ámbito. Se pueden considerar, así pues, sinónimos unimedia y multimedia cuando se hace referencia a tipos específicos de contenidos digitales.
Cuando más allá de los tipos concretos de contenidos digitales habidos y por haber nos referimos al hecho de que una ubicación telemática determinada, como pueda ser un blog, incluye precisamente contenidos de varios formatos media, sean contenidos propios, ajenos o una combinación de ambos, esa ubicación adquiere, o más bien pone de pleno manifiesto, su condición más o menos multimedia. Todo macroblog puede ser multimedia, pero dependiendo del uso que le demos podemos limitarlo a ser unimedia, como en cambio, y de hecho, no nos queda más remedio en el caso concreto del común de las redes sociales especializadas, las cuales se centran normalmente en formatos audiovisuales o en el formato fotográfico. Al desarrollar una ubicación telemática que combine contenidos de varios formatos multimedia propios con contenidos de varios formatos multimedia ajenos estaremos dando a tal ubicación el máximo grado de su potencial condición más o menos multimedia: este grado es multimultimedia. En sí mismo, el multimultimedia es genial pero si carece de un orden coherente y atractivo en el blog, u otra ubicación telemática de la que se trate, causará más bien desorientación en cualquier visitante: esto concierne en particular a los macroblogs, pues en las redes sociales generalistas el orden y la estructura generales vienen muy predeterminados, lo cual por un lado hace decrecer en originalidad pero favorece que cualquier visitante esté familiarizado con el diseño general de lo que en el perfil del que se trate haya.
Ser multimultimediático implica que para todo proyecto blóguer ofrezcas una amplia variedad creativa propia, no necesariamente en el sentido artístico, además de una acertada capacidad selectiva de lo que de otros compartas. La clave de que publiques de modo atractivo e interesante tan múltiple combinación de tipos de contenidos está en que ajustes el diseño en su aspecto más genérico a la finalidad de proporcionar a tu público, o a tus públicos, una cómoda e intuitiva navegación.
Cuando más allá de los tipos concretos de contenidos digitales habidos y por haber nos referimos al hecho de que una ubicación telemática determinada, como pueda ser un blog, incluye precisamente contenidos de varios formatos media, sean contenidos propios, ajenos o una combinación de ambos, esa ubicación adquiere, o más bien pone de pleno manifiesto, su condición más o menos multimedia. Todo macroblog puede ser multimedia, pero dependiendo del uso que le demos podemos limitarlo a ser unimedia, como en cambio, y de hecho, no nos queda más remedio en el caso concreto del común de las redes sociales especializadas, las cuales se centran normalmente en formatos audiovisuales o en el formato fotográfico. Al desarrollar una ubicación telemática que combine contenidos de varios formatos multimedia propios con contenidos de varios formatos multimedia ajenos estaremos dando a tal ubicación el máximo grado de su potencial condición más o menos multimedia: este grado es multimultimedia. En sí mismo, el multimultimedia es genial pero si carece de un orden coherente y atractivo en el blog, u otra ubicación telemática de la que se trate, causará más bien desorientación en cualquier visitante: esto concierne en particular a los macroblogs, pues en las redes sociales generalistas el orden y la estructura generales vienen muy predeterminados, lo cual por un lado hace decrecer en originalidad pero favorece que cualquier visitante esté familiarizado con el diseño general de lo que en el perfil del que se trate haya.
Ser multimultimediático implica que para todo proyecto blóguer ofrezcas una amplia variedad creativa propia, no necesariamente en el sentido artístico, además de una acertada capacidad selectiva de lo que de otros compartas. La clave de que publiques de modo atractivo e interesante tan múltiple combinación de tipos de contenidos está en que ajustes el diseño en su aspecto más genérico a la finalidad de proporcionar a tu público, o a tus públicos, una cómoda e intuitiva navegación.
Unimedia
Evitar la repetición al dinamizar compartiendo contenido ajeno es tan importante en un blog como evitar repetir en cuanto a contenido propio por muchas capacidades elaboradoras de multimedia que se demuestren mediante tal contenido propio. Resulta mejor centrarse en ser original con pocos formatos, e incluso con sólo uno, antes que cubrir muchos a base de repetir contenidos sin más.
Muy en concreto en los ciclos iniciales de cualquier trayectoria blóguer, tanto de emprendedor como de proyecto, el progreso en cuanto a capacidades multimedia no debe apresurarnos tanto como para, en particular haciendo un blog dinámico, no darnos suficiente margen de dedicación a cada formato mediático y de ahí tener que limitarnos a un multimedia repetitivo. Precisamente, todo lo que permiten los algoritmos de búsqueda hace prescindible, si no del todo en gran medida, seguir la lógica de la repetición en tanto que medida para captar interés. El público telemático es, potencialmente por lo menos, muy interactivo entre otras cosas empleando los buscadores telemáticos, por lo que ante una iniciativa blóguer, o más o menos similar, que si bien es dinámica y multimedia se limita a la pura repetición, sea de contenido propio sea de ajeno, tal público con toda probabilidad percibirá una peor impresión que si el proyecto bloguero es dinámico pero unimedia e innovador. La dedicación a un único formato mediático puede resultar hasta muy recomendable en especial en los referidos ciclos iniciales tomándonos esa dedicación unimediática como práctica basada en el perfeccionamiento centrado en ese único formato que sea y manteniendo la perspectiva de que la idea es acabar dirigiéndonos tanto como nos resulte factible hacia lo multimedia. De hecho, en los formatos audiovisuales y fotográfico el perfeccionamiento unimediático nos favorecerá en particular en cuanto a desarrollar nuestra mejor presencia en redes sociales especializadas, que por lo general se centran en tal clase de formatos media.
Tener una profunda especialización unimediática te resultará tan útil en las redes sociales especializadas que es de ahí que se confirma la conveniencia de que este tipo de redes sociales sirvan más bien de origen desde el que nutrir el correspondiente macroblog y no tanto a la inversa. Con un macroblog, en cambio, te tendrás que manejar siempre si es el texto el formato en el que pretendes ganar perfeccionamiento, ligándolo o no a su vez a otros formatos mediáticos en el mismo macroblog, y aunque no debas olvidar la tendencia a lo multimedia según avances en madurez.
Muy en concreto en los ciclos iniciales de cualquier trayectoria blóguer, tanto de emprendedor como de proyecto, el progreso en cuanto a capacidades multimedia no debe apresurarnos tanto como para, en particular haciendo un blog dinámico, no darnos suficiente margen de dedicación a cada formato mediático y de ahí tener que limitarnos a un multimedia repetitivo. Precisamente, todo lo que permiten los algoritmos de búsqueda hace prescindible, si no del todo en gran medida, seguir la lógica de la repetición en tanto que medida para captar interés. El público telemático es, potencialmente por lo menos, muy interactivo entre otras cosas empleando los buscadores telemáticos, por lo que ante una iniciativa blóguer, o más o menos similar, que si bien es dinámica y multimedia se limita a la pura repetición, sea de contenido propio sea de ajeno, tal público con toda probabilidad percibirá una peor impresión que si el proyecto bloguero es dinámico pero unimedia e innovador. La dedicación a un único formato mediático puede resultar hasta muy recomendable en especial en los referidos ciclos iniciales tomándonos esa dedicación unimediática como práctica basada en el perfeccionamiento centrado en ese único formato que sea y manteniendo la perspectiva de que la idea es acabar dirigiéndonos tanto como nos resulte factible hacia lo multimedia. De hecho, en los formatos audiovisuales y fotográfico el perfeccionamiento unimediático nos favorecerá en particular en cuanto a desarrollar nuestra mejor presencia en redes sociales especializadas, que por lo general se centran en tal clase de formatos media.
Tener una profunda especialización unimediática te resultará tan útil en las redes sociales especializadas que es de ahí que se confirma la conveniencia de que este tipo de redes sociales sirvan más bien de origen desde el que nutrir el correspondiente macroblog y no tanto a la inversa. Con un macroblog, en cambio, te tendrás que manejar siempre si es el texto el formato en el que pretendes ganar perfeccionamiento, ligándolo o no a su vez a otros formatos mediáticos en el mismo macroblog, y aunque no debas olvidar la tendencia a lo multimedia según avances en madurez.
Yendo de un algoritmo a otro
Respecto al caso particular de esta misma iniciativa bloguera, la búsqueda que en las redes sociales se realice a modo de consulta de historial de los recursos debe hacerse en concreto en los correspondientes perfiles de la iniciativa en redes sociales generalistas. Trasladar de manera interbloguera los recursos ajenos que aquí se comparten no es demasiado recomendable, y ni siquiera es prácticamente factible en modo alguno, en redes sociales especializadas debido en buena parte a la cuestión multimedia.
En definitiva la experiencia del historial nos ha permitido, mediante el mejor conocimiento de un tipo de algoritmo, aprovechar más otra clase también de algoritmo. La idea inicial partía de que el historial sirviese para, con una simple consulta mediante el buscador que el navegador de Internet permite, pudiésemos observar al instante cuándo, cuánto y cómo se había publicado y se había dejado de publicar en este macroblog determinada clase de recurso ajeno en relación a lo que fuese. Tras el año completo que ha cubierto el referido historial nos pareció que tanto a nivel interno nuestro como a nivel de cualquier público que nos visite, cabía conceder mayor utilización a los buscadores que las redes sociales generalistas ofrecen, en definitiva yendo de un algoritmo a otro, en concreto del que detecte nuestros links en tanto que potencialmente ilícitos al que en el marco de las redes sociales generalistas permite buscar de todos modos lo que compartimos: todo ello debido a que, en primer lugar, el algoritmo de búsqueda de toda red social generalista en la que estamos cubre por lo menos la parte de lo ajeno que hayamos publicado; en segundo lugar, el conocimiento de la dinámica habitual de actualización de los recursos cubre la parte de lo ajeno que hayamos dejado de publicar; y en tercer y último lugar, el constante y voluminoso añadido de enlaces suscita problemas algorítmicos de fiabilidad telemáticamente. A nivel propio de este mismo proyecto blóguer, la práctica de la consulta de lo publicado nos resulta fundamental pues, además de por lo mismo que le puede resultar a cualquiera externo y que consiste en los referidos cuándo, cuánto y cómo, que consultemos los recursos que ya hayamos compartido nos permite evitar repetirlos. Las redes sociales especializadas no cubren, por lo menos tanto, tales capacidades de consulta general pues, aun si nos planteásemos la traslación interbloguera completa también hacia ellas, la especificidad del formato mediático que a cada una caracteriza choca tanto con la opción de traslación interbloguera mediante enlace telemático como con el carácter multimedia de los recursos ajenos que acostumbramos a compartir.
Proporcionarte una sección específica de historial de recursos ajenos compartidos consistía en que tales recurso tuviesen un registro más o menos equivalente al propio historial típico de los habituales posts de cualquier macroblog genérico: el historial típico que aquí hemos denominado cronoárbol de posts. Teniendo que recurrir a las redes sociales generalistas, la lógica de la búsqueda es en esencia la misma, si bien en vez, o además de, usar el buscador del navegador de Internet, tienes que emplear el de la red social en cuestión.
En definitiva la experiencia del historial nos ha permitido, mediante el mejor conocimiento de un tipo de algoritmo, aprovechar más otra clase también de algoritmo. La idea inicial partía de que el historial sirviese para, con una simple consulta mediante el buscador que el navegador de Internet permite, pudiésemos observar al instante cuándo, cuánto y cómo se había publicado y se había dejado de publicar en este macroblog determinada clase de recurso ajeno en relación a lo que fuese. Tras el año completo que ha cubierto el referido historial nos pareció que tanto a nivel interno nuestro como a nivel de cualquier público que nos visite, cabía conceder mayor utilización a los buscadores que las redes sociales generalistas ofrecen, en definitiva yendo de un algoritmo a otro, en concreto del que detecte nuestros links en tanto que potencialmente ilícitos al que en el marco de las redes sociales generalistas permite buscar de todos modos lo que compartimos: todo ello debido a que, en primer lugar, el algoritmo de búsqueda de toda red social generalista en la que estamos cubre por lo menos la parte de lo ajeno que hayamos publicado; en segundo lugar, el conocimiento de la dinámica habitual de actualización de los recursos cubre la parte de lo ajeno que hayamos dejado de publicar; y en tercer y último lugar, el constante y voluminoso añadido de enlaces suscita problemas algorítmicos de fiabilidad telemáticamente. A nivel propio de este mismo proyecto blóguer, la práctica de la consulta de lo publicado nos resulta fundamental pues, además de por lo mismo que le puede resultar a cualquiera externo y que consiste en los referidos cuándo, cuánto y cómo, que consultemos los recursos que ya hayamos compartido nos permite evitar repetirlos. Las redes sociales especializadas no cubren, por lo menos tanto, tales capacidades de consulta general pues, aun si nos planteásemos la traslación interbloguera completa también hacia ellas, la especificidad del formato mediático que a cada una caracteriza choca tanto con la opción de traslación interbloguera mediante enlace telemático como con el carácter multimedia de los recursos ajenos que acostumbramos a compartir.
Proporcionarte una sección específica de historial de recursos ajenos compartidos consistía en que tales recurso tuviesen un registro más o menos equivalente al propio historial típico de los habituales posts de cualquier macroblog genérico: el historial típico que aquí hemos denominado cronoárbol de posts. Teniendo que recurrir a las redes sociales generalistas, la lógica de la búsqueda es en esencia la misma, si bien en vez, o además de, usar el buscador del navegador de Internet, tienes que emplear el de la red social en cuestión.
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