Texto sin contexto

Dependiendo de la perspectiva, la condición no evidenciable de un contexto podrá ser o no, además de relativa, absoluta. Un contexto no evidenciable de manera absoluta sería propio de dimensiones del nivel abstracto más alto, mientras que uno no evidenciable de manera relativa es todo el que, siendo siempre evidenciable, ello depende de las capacidades de cada cual para percatarse de la evidencia contextual.

En nuestra concepción de lo que son los contextos, son siempre evidenciables, si bien de manera relativa. Puede, sin embargo, que nos encontremos ante un texto sin contexto, lo cual no conlleva por fuerza que no sea posible existencia alguna de un determinado contexto, sino que un determinado texto, tomando aquí el texto de la misma manera genérica que la idea de contexto, no está dispuesto de la manera conveniente, o sea, no está bien sintetizado, por lo que no hay en esencia ni el orden ni la extensión con que se permita una interpretación coherente de por lo menos buena parte del texto del que se trate. Resulta útil, en este sentido, generalizar más allá del lenguaje alfanumérico el alcance de lo que texto implica, a lo menos dentro del ámbito de la comunicación incluyendo la blogosfera y atribuyendo a texto una dimensión tan amplia como la contextual. Por tanto, todo contenido multimedia bien construido y bien transmitido tiene un contexto evidenciable de manera relativa; si el contexto no es evidenciable para nadie, estamos ante un texto sin contexto, en definitiva ante un contexto ausente o nulo, pero en ningún caso estaremos ante un contexto no evidenciable de manera absoluta, pues eso sería propio de que concibiésemos lo contextual en dimensiones asensoriales. Dentro de la manera relativa en la que todo contexto es evidenciable, la evidencia se manifestará más y mejor en base a las capacidades que prácticamente cualquiera suele desarrollar a lo largo de su trayectoria tras una dilatada y variada experiencia.

Resulta apropiado en numerosas ocasiones, en particular cuando trates de analizar el ámbito de la comunicación en su conjunto, extrapolar la noción no sólo de texto, sino la de lectura, igual que con la idea de contexto suele ocurrir en general. Al considerar que no sólo lees textos en el sentido alfanumérico, sino textos refiriéndote a otros formatos mediáticos, te resulta más sencillo hacer referencia a cuestiones que afecten al ámbito de la comunicación en su más amplio alcance.

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