Se trate del modo de expresión que se trate, la inspiración para abordarlo se encuentra en algún punto entre la introspección y la interactividad, entendiendo aquí la interactividad en su sentido más amplio, no sólo la propia de las vías telemáticas, aunque por estas vías sea fácil que cualquiera tenga cada vez más tendencia a centrarse en cuanto a lo que a buscar inspiración se refiere. Teniendo además unos fundamentos temáticos bien asentados en el blog u otro proyecto similar que sea, la inspiración puede hasta acabar siendo algo que casi se autogenere.
Más complicación que el mayor o menor esfuerzo que pueda suponernos la introspección puede llegar a conllevarnos la adecuada interactividad que en pro de conseguir inspiración debemos poner en práctica, pero con las enormes capacidades interactivas de Internet, y más en concreto de la propia blogosfera, nos encontramos ante un permanente potencial de considerables proporciones en cuanto a inspirarnos. Ahora bien, quedarnos sin pasar de la práctica de lo interactivo que en blogs y en todo lo telemático encontremos interesante de los demás, por mucho que abordemos esto a base de un alto nivel multimedia, nos conduce a sacar provecho sólo a la mitad de lo que el ciberespacio nos facilita como ninguna otra vía de comunicación ha facilitado con anterioridad prácticamente a lo largo de toda la historia: la parte más propiamente interactiva. La otra mitad es la de ofrecer nosotros desde la originalidad que seamos capaces de crear, si bien siempre a partir de una mínima dosis de interactividad y no sólo introspección, para que así los demás también puedan en su caso compartirnos. Hasta tal punto podemos ser capaces de llegar a manejarnos con la interactividad de todo tipo para conseguir la pertinente inspiración que incluso lleguemos a depender, si no del todo, casi en exclusiva de la interactividad con nuestros propios contenidos previos para de tal modo, en función de lo que podríamos denominar autoinspiración, ir generando nuevos contenidos propios nutridos en esencia de otros contenidos también nuestros.
La interactividad es siempre tan fundamental en la inspiración porque gracias a la comparación que permite evita, en especial en cualquiera que sea primerizo en blogs o en otros ámbitos, caer en la aportación de nada nuevo por falta de bagaje suficiente en lo que sea. A medida que vayas siendo capaz de bastarte con recurrir a tu propia experiencia para ir elaborando nuevos contenidos estarás afianzando los fundamentos temáticos que en su momento establecieras y, mientras tal autoinspiración no te haga caer en abandonar por lo menos cierta comparativa constante con lo que los demás hagan, tu veteranía bloguera o de clase más o menos similar será sólida en mayor grado.
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