Desarrollando un multimediático estilo

El autor multimedia se erige como una nueva clase de autor polifacético, potencialmente por lo menos. Aun dedicándose a un único formato mediático, el autor de contenidos, tanto personales como impersonales, por medio de recursos informáticos está ya en la dimensión de lo multimedia y si bien puede optar por una línea especializada en cuanto a formato comunicativo, otros quizá aprovechen lo que aporta para, legal y debidamente compartido, combinarlo con otros contenidos multimedia.

A lo largo de la trayectoria emprendedora de cada cual, de entrada cabe la recomendación de que en ciclos iniciales el estilo que por medios informáticos, y en especial telemáticos, desarrollemos vaya primero más en una dirección de una temática concreta y común a todo formato al que recurramos, para que a medida que nos adentremos en ciclos de madurez, vayamos diversificando, si así lo estimamos oportuno, la temática según el formato abordado. Esto va muy especialmente bien para todos los que ya formen parte como mínimo de la primera generación plenamente blóguer, pero en el caso de generaciones previas y entre las que cierta gente ya disponga de una dilatada trayectoria en otros modos de comunicación variados y enfocados asimismo a variadas temáticas según cada modo, el salto a lo telemático, y en concreto a la blogosfera, convendrá muy probablemente que respete tales variedades para que no se pierda continuidad entre lo hecho antes y después de lo propiamente multimedia. A partir de ahí y una vez completa la adaptación a lo informático, seguir desarrollando un multimediático estilo será la mejor manera de mantener tal continuidad, sin perjuicio de que optemos para aprovechar precisamente las características de lo multimedia en pro de una eventual línea temática más común a todos los formatos que sigamos utilizando. De una adecuada transición de lo desarrollado antes hacia lo desarrollado mediante lo multimedia dependerá en buena medida que a nivel de público, o públicos, mantengamos lo que hayamos podido ganar sin lo multimedia al tiempo que pasamos a ganar interés entre audiencias propiamente telemáticas.

Hacer lo posible por mantener interesados en lo que hayas ofrecido sin lo multimedia mientras consigues generar interés en navegantes internáuticos resulta de gran relevancia puesto que no sólo habrá gente que pertenezca sólo a una u otra clase de público, sino que de los primeros habrá una notable parte que derivará, o que ya habrá derivado, en los segundos. A la aparición del polifacetismo de producción multimedia la acompaña la aparición de un, por lo menos también potencial, individuo lector multiformato.

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