Por haberse producido en su momento y mantenido la condensación que el multimedia implica, no hubiese tenido demasiado sentido que los propios materiales físicos, tangibles, con los que el multimedia se hace y se transmite no hubiesen ido hacia asimismo una condensación. Con el condensado dispositivo que la tableta, entendida en un sentido amplio desde el móvil a la tele, implica y con una ya muy generalizada conectividad a Internet, el multimedia tiene una infraestructura más acorde.
Hemos ido pasando, a lo largo de las últimas décadas, de un multimedia mayoritariamente realizado y consumido de manera poco o nada telemática a un multimedia que, si no del todo, en muy buena parte y en especial mediante la blogosfera, realizamos y consumimos en la nube, por tanto de manera totalmente telemática. Salvo para las siempre pertinentes copias de seguridad y por motivos archivísticos y de coleccionismo, tanto producción como difusión multimedia se dan por la red de redes y cada vez más mediante, potencialmente a lo menos, tecnología condensada material y funcionalmente, en particular a través de dispositivos en base al concepto tableta. En definitiva, vías, modalidades, dispositivos, formatos y códigos de comunicación se condensan por lo multimedia, desde hace más tiempo, y por la tableta, más recientemente. Se trata además de un proceso que en efecto, y en especial según el tipo de jerga que empleemos, resulta revolucionario al abarcar todos los niveles de la población, y en prácticamente cualquier lugar del mundo. El resultado de todo esto es un entorno virtual ubicuo y de experiencia principalmente de pantalla, o sea, de experiencia entre introspectiva y envolvente.
Que la actual revolución tecnológica entendida desde que lo multimedia propiamente existe hasta hoy que se empiezan a consolidar los conceptos de tableta y nube te pueda parecer muy progresiva, no quita que a escala histórica es un período cortísimo. En pocas décadas, en concreto desde que puede considerarse acabada la Guerra Fría, lo revolucionario del multimedia y que no es sino la condensación que conlleva se ha extendido a los dispositivos para su consumo, llevándonos, por extenderse más aún, a una condensación, por virtualización y automatización, de los espacios físicos de producción y gestión.
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