Vivir en un videojuego

En cuanto a la diferencia de experiencias de virtualidad según el aspecto más individual o más grupal, cabe recalcar que, con relación a la virtualidad inmersiva, bien puede considerarse que va más allá por la parte de la virtualidad introspectiva mientras se considere que el aspecto introspectivo o envolvente va respectivamente en función de la menor o mayor relación que todo sujeto tenga con el ambiente auténtico y físico. De ahí que en particular la virtualidad muy inmersiva sea la que desconecta más del entorno circundante.

La realidad virtual, por ser la más inmersiva de las virtualidades, constituye propiamente la experiencia más individual factible de todo el rango de virtualidades, si bien sin perjuicio de que, al igual que en el caso de la virtualidad de pantalla, pueda ser de algún modo utilizada también en grupo con lo que serían varias personas pudiendo interactuar con otras pero todas ellas mediante sus respectivas representaciones virtuales en un entorno asimismo virtual y compartido. Todo ello vendría a ser, tal y como se ha representado en la ciencia ficción, vivir en un videojuego y así al margen de prácticamente cualquier influjo de la realidad exterior. Un entorno de tal guisa, que es del todo compatible con la blogosfera, puede llegar a ofrecernos, además de emocionantes experiencias de entretenimiento tanto estrictamente individuales como grupales, una innovadora manera de, en particular en el plano más grupal, realizar a distancia reuniones de diverso tipo, en todo caso en ambientes tridimensionales que al igual que los asimismo participantes tridimensionales serían simulaciones intangibles.

Tanto para cuestiones que pueden llegar a ser muy serias como para simplemente entretenerte, vivir en un videojuego o entornos de simulación parecidos está muy bien un rato, incluso para manejar desde ahí tu blog, pero hasta para quien pueda llegar a ser más fan de esta clase de experiencias, recobrar el pleno vínculo con la realidad auténtica va a acabar siendo, por suerte, imprescindible. Convertirnos en seres de permanente inmersión virtual conllevaría con toda probabilidad que nos atrofiásemos física e intelectualmente.

OscarWeblogs

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