De lo infraproductivo a lo supraproductivo

A diferencia de la economía, y en particular la economía capitalista de la que por su propia naturaleza ya se espera la tendencia a la maximización de la producción y del beneficio, hace un siglo exacto y más aún hace un poco más de un siglo lo educativo pareciera tener que estar destinado a la escasez de producción o infraproducción, por considerarse prácticamente todo ya descubierto en el conocimiento. Pero como al final no infraprodujo sino que superprodujo o supraprodujo, tuvo que encontrarse alternativa para lo analógico.

Habiéndose dispuesto, o creyendo que disponíamos, de un conocimiento completo de todo hace un siglo, en toda la última centuria y también en adelante no habríamos ya necesitado nada más que ir produciendo, según se desgastasen unas copias, otras nuevas copias de las obras culminantes de tal conocimiento, para lo cual con toda probabilidad nos hubiese seguido bastando la tecnología analógica por no causar tal producción, por su carácter infraproductivo, demasiado o prácticamente ningún daño medioambiental; puede que hasta habiéndose desarrollado lo digital y telemático, no se hubiese empleado más que en efecto en tanto que un complemento, en la línea de cómo aún mucha gente se toma tal tecnología. Todo esto en su conjunto hubiese de hecho ido en contra justo de los intereses capitalistas, para los que un ámbito, que en este caso habría sido el educativo, que no contribuye a generar cada vez más productos y más beneficios no tiene interés alguno. Al supraproducir el conocimiento también, y no por seguir el juego al capitalismo pues de hacerlo no habría, como en efecto sí hay, en el conocimiento margen para el espíritu crítico en general y, cuando procede, la crítica directa al capitalismo en particular, acabó el conocimiento, o sea lo educacional y lo académico, contribuyendo de manera menos o más consciente a un desgaste medioambiental por la producción cada vez mayor de materiales analógicos con los que, no habiendo otros, o sea no habiendo lo digital, dejar constancia de los avances de la sabiduría.

Si de haberse dado infraproducción, tal y como en principio se pensó que debía ocurrir, no hubiera ido nada mal, aun habiendo sido sólo un complemento, la tecnología de Internet, y de ahí la de los blogs, más motivo hay para potenciarse cuando ha sido supraproducción lo que en todo este tiempo de a lo menos un siglo ha acontecido. Pasar, en el ámbito investigador y educacional, de lo infraproductivo a lo supraproductivo justifica que la criatura ciberespacial de tal ámbito sea su destino y el de otro ámbito, el económico capitalista, dominante en todo el pasado siglo y que por principio ya tiene justo la máxima producción.

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