De haberse pretendido construir una Internet prácticamente calcada del ecosistema comunicacional anterior, o sea el de masas, tendría que haberse concebido en base a una diferenciación bastante marcada en cuanto al acceso. Por más que a la práctica su alcance hubiese sido mundial en el estricto sentido de ser accesible desde cualquier punto del planeta, no hubiese sido una infraestructura global por las carencias que se habrían producido como mínimo en interactividad.
Aunque desde mi perspectiva habríamos acabado yendo a parar a la misma Internet que hoy conocemos, sigamos con la suposición planteada para en definitiva terminar comprendiendo que si tal supuesto paso no se ha dado, y por tanto tampoco se ha mantenido, es por algo. Vaya por delante que soy plenamente consciente de que, pese a su globalidad, sigue sin ser Internet a fechas actuales accesible en todo el mundo de la manera universal que sería deseable, pero en sus fundamentos no deja de estar precisamente la globalidad y de todo esto se deriva, de hecho, que bien pueda considerarse que aún estamos en fase de globalización y no en sí de globalidad. Para empezar, una Internet que en su esencia no tuviese con propiedad lo global, si bien quizá sí de algún modo lo mundial, no debería haberse llamado Internet. Más bien, y dependiendo de la clase o las clases de acceso que hubiese ofrecido, habría si no tenido sí merecido otro nombre u otros nombres: ¿Supranet e Infranet? Ya se hubiesen dado ambas o sólo una de ellas, la diferencia respecto a nuestra Internet, a la que reitero que hubiésemos acabado llegando de todos modos, estribaría en que una Supranet estaría enfocada a la hipertextualidad entre una serie de sujetos tal vez calificables en cierto modo de élite y una Infranet lo estaría entre lo calificable de gran público.
En un sistema económico verdaderamente consolidado y estable como supuestamente tenía que ser el capitalismo en el momento en que Internet empezó a ser una realidad abierta y generalizada, hubiese podido tener algún sentido emprender una infraestructura tipo Supranet, Infranet o ambas combinadas y en cualquiera de los casos a modo de simple complemento de las infraestructuras ya existentes y propias de tal sistema económico. Pero no, bien puedes apreciar que directamente, y creo que acertadamente, se pasó a Internet con la consiguiente renuncia que para el capitalismo supuso respecto a la idea de propiedad, síntoma de que tal sistema económico no estaba tan consolidado ni era tan estable.
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