Como buena respuesta que la informática supone a nivel ecológico por la reducción en el consumo de papel que posibilita, cabe que no conlleve por otra vía un impacto contrario precisamente a la conservación y mejora del medio ambiente. La producción y el consumo de un hardware sostenible resulta clave para ello.
La experimentación para lograr nuevos materiales con los que elaborar productos más ecológicos y sostenibles parece ir alcanzando cada vez mayor número de áreas del consumo comercial. En informática, no por posibilitar ya de por sí una mejoría ecológica y medioambiental gracias a la reducción en el consumo de papel habría que descartar justo tal experimentación en lo que específicamente a hardware se refiere.
Tanto en las partes aislantes como en las conductoras de la corriente eléctrica, el hardware informático tal vez se pueda llegar a construir con materiales ecológica y medioambientalmente óptimos. El resultado sería un hardware sostenible que, en este sentido, por completo fuese reciclable y hasta quizá biodegradable.
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